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La observación
de su perfil
Antes de continuar con la transcripción de los contactos con este individuo hemos de describir
algo de como fue la observación de su perfil. Vaya por delante el reconocimiento de que el material
que fue colgando en Facebook ha llegado a alterar el estado de ánimo del analista. Frente a la
brutalidad de las acciones recogidas en los vídeos y fotografías, la argumentación a la que recurre
sistemáticamente este despreciable individuo, la significación constante de sus amenazas, incluso
dirigidas aparentemente hacia mi persona... frente a todo ello -decía- es difícil mantenerse ‘frío’.
Descubrir hasta qué extremo un hombre puede desprenderse de las más mínimas cualidades que
deberían identificarle como miembro de la humanidad es como asomarse a un abismo. Se trata
de un individuo, como otros muchos de los que han sido observados, ideologizado en extremo;
no se trata de un soldado que recurre a la violencia propia de su oficio; ninguna de las conductas
que exalta o en las que aparece vinculado responde a los parámetros de quien se implica en un
conflicto armado en uno u otro bando. Este individuo, como otros miles que operan a favor de
los intereses del ISIS o la propia Al Qaeda evidencian una falta absoluta de compasión, observan
al contrario como un objeto. La cosificación del ser humano llega al extremo de que cuando se
tortura, se asesina de la forma más vil, se hace entre muestras de plena satisfacción, entre risas y
vítores.
En uno de los vídeos aparecen varios jihadistas en el interior de un vehículo que circula a gran
velocidad por una carretera. Sin que aparentemente haya ningún objetivo claro disparan sistemáticamente
contra los ocupantes de otros vehículos hasta que los mismos se detienen. Los
jihadistas bajan armados con pistolas y Kalasnikov, se acercan hasta los ocupantes y los rematan,
sin más. En el vídeo no hay menos de una decena de este tipo de ataques y entre las víctimas hay
personas de todas las edades. El documento termina cuando estos jihadistas localizan a un joven,
del que afirman que es un soldado de las tropas de Assad (aunque no viste ningún uniforme).
El muchacho se encuentra desarmado en una zona agrícola y huye a pie cuando comienzan a
perseguirlo con el todo terreno. Actúan con él como si de la presa de una cacería se tratara. Finalmente
le alcanzan con un disparo, que no le causa la muerte de forma inmediata; entonces los
jihadistas se van acercando hasta él, al tiempo que van descargando ráfagas de Kalasnikov. En
otro vídeo se observa a un jihadista con el rostro tapado, situado a las espaldas de dos muchachos
cuyo terror era claramente visible en sus rostros. El terrorista da lectura a una especie de sentencia,
que lleva escrita en un papel. La escena se produce en plena calle, junto a la esquina de una
vivienda. En un momento dado, quien da lectura al ‘fallo’, saca una pistola y descerraja un tiro en
la nuca a cada chico. Como en el caso anterior, acto seguido, varios jihadistas descargan sobre los
muchachos varias ráfagas de disparos con sus Kalasnikov, al tiempo que pronuncian parte de la
Sahada o gritan “Allah Akhbar” (Alláh es el más grande).
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