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Las semanas de trabajo de investigación y análisis previo y encubierto permiten tener una idea de
quién es el personaje, cómo ha sido aproximadamente su vida desde que se incorporó al conflicto de
Siria en el bando de los jihadistas del ISIS, la interacción que mediante el uso de redes sociales ha tenido
con otros perfiles, la ubicación geográfica de sus ‘amigos’, cuál es su vinculación a España, Marruecos,
Francia y Bélgica entre otros países; observar qué bagaje religioso sirve para justificar su apuesta por la
violencia más radical y si ha desplegado conductas extremas tales como la profanación de cadáveres o
la práctica de la decapitación de enemigos... o si las ha divulgado.
Tal como ha quedado dicho, el primer conocimiento que tenemos de Abou Abd Lah Guitone se produjo
la pasada primavera merced a un vídeo que él mismo colgó en redes sociales en el que aparece
registrando el cadáver de un hombre, abatido a tiros. El jihadista, con un desprecio absoluto respecto
del fallecido, va grabando y hablando en árabe, saca de entre las ropas del cadáver un fajo de dólares
que cuenta ante la cámara (unos 3.000 dólares dice el jihadista) se burla del fallecido, se queda con el
dinero y finaliza. A partir de ahí se va rastreando mediante comparación de fotografías de seguidores
de otros perfiles radicales que están siendo analizados en Facebook, hasta lograr la identificación del
individuo -tal y como él se presenta- y se observa durante varias semanas (una foto suya aparece dentro
del perfil de otro jihadista vinculado a Ceuta y Castillejos del que hablaremos más adelante). El perfil
de Abou Abd Lah Guitone se mantiene muy activo en la mencionada red social durante el tiempo de
observación, tanto dando sus opiniones como haciéndose eco de las consignas informativas del ISIS,
así como de la evolución del conflicto en Siria. Se le suman ‘amigos’ que, a su vez, tienen un perfil radical
integrados en ese grupo terrorista en el lugar del conflicto y otros con vinculaciones a Marruecos, España,
Francia y Bélgica que a su vez comparten cada una de las actividades del jihadista en la red. Todo
ello nos lleva a iniciar el contacto. Teniendo en cuenta que en Facebook la totalidad de la actividad de
Abou se hace en francés y árabe, el primer intento de contacto se realiza en esta segunda lengua, se señala
que el analista no maneja tal idioma y que se auxilia de un traductor electrónico y así se le indica al
propio individuo (en otras ocasiones, que no se desvela a los jihadistas con los que hemos contactado,
quien nos ayuda en la traducción es un profesional de alta cualificación en estas labores). La respuesta
de Abou es en inglés y se interesa por nuestro origen, le respondemos que hablamos desde España.
Abou pregunta entonces si el analista es una chica (yo empleo en mi perfil de Facebook la identidad
Chema Gil). El individuo en cuestión no debe conocer el uso del apelativo pese a que sabemos previamente
de su vinculación con España y que habla castellano. A partir de se momento el jihadista utilizará
el español para interactuar.
INSTITUTO DE SEGURIDAD GLOBAL 9