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El trabajo conjunto España-Marruecos
En las II Jornadas sobre Prevención de Radicalización Yihadista en Barcelona en 2013, organizadas por
www.monitorys.wordpress.com , foro que recomiendo especialmente por su vinculación a lo que llamo
‘realidad-real’, tuve la oportunidad de conversar, durante esos días, con buena parte de los asistentes,
que eran miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. La opinión unánime de estos profesionales
era que la cooperación bilateral entre España y Marruecos funciona bien y que, en materia antiterrorista,
tal relación, resulta vital para los intereses de ambos países.
Cuando se producen misiones internacionales de carácter militar, los trabajos de análisis de inteligencia,
orientados al desarrollo de determinadas acciones, en un momento dado, pasan a ‘centros de fusión’
en los que converge la inteligencia -ya elaborada- que los países implicados consideran necesaria para
alcanzar los objetivos previstos en la misión.
En materia antiterrorista, Marruecos y España han de trabajar en el establecimiento de un sistema integrado
permanente de captación y análisis de información, así como de elaboración de inteligencia,
orientado a la identificación de individuos y grupos sobre los que existan indicios racionales de su
relación con el terrorismo internacional y el crimen organizado vinculado, cuyas actividades afecten
a la seguridad de los dos países. No se trata de que la inteligencia española y marroquí se conformen
como un todo homogéneo, nada de eso; se trata de establecer un mecanismo ‘ad hoc’, exclusivamente
orientado a objetivos concretos que pueden ser inmediatos o mediatos, pero sobre los que ha de ejercerse
una observación o monitorización permanente.
Es evidente que un recurso así puede aportar grandes ventajas al desarrollo de investigaciones
policiales en la materia pero, más aún, creo que en la fase de análisis de información, lo que un instrumento
de esta naturaleza va a aportar es ‘conocimiento’ que, en mi humilde opinión, no es sólo
una virtud ‘per se’, sino que -cuando hablamos de seguridad- es un requisito operativo.
Los tratados bilaterales de cooperación entre ambos países, en esta materia, debieran modificarse para
ser un poco más ambiciosos y recoger la creación formal de este centro conjunto de prevención y acción
contra el terrorismo, permitiendo -con los límites de interacción que se estimen oportunos- que
especialistas en la lucha antiterrorista puedan actuar en ambos territorios bajo la fórmula de ‘unidades
mixtas’, incluso, en labores de infiltración. A otro niveles policiales ya existen experiencias conjuntas.
INSTITUTO DE SEGURIDAD GLOBAL 34