Caza de la mujer - Viento Sur

mercantil así como en la organización racional del trabajo capitalista, en el lugar
ocupado por el cálculo y la previsión racional.
La categoría de "racionalidad" se hace entonces central, como para André Gorz
en Mélamorphoses du travail: "El capitalismo industrial no ha podido tomar su
empuje mas que a partir del momento en que la racionalidad económica se ha
emancipado de todos los demás principios de racionalidad para someter a su
dictadura" (p.32). El autor parece por otra parte ignorar las diferencias existentes
entre uno y otro cuando a veces toma prestado de Marx, sin darse cuenta del
cambio de problemática entonces introducido.
Así, tratando de la "invención del trabajo" por la modernidad capitalista,
desarrolla primero la temática weberiana de la racionalización económica
necesaria del trabajo, de la necesidad de hacer su coste calculable. Pero añade:
"Para hacer el coste del trabajo calculable, (...) era preciso poder tratarle como
una amplitud material cuantificable, era necesario dicho de otra forma, poder
medirle en si mismo, como algo independiente, desligado de la individualidad" del
trabajador (p.34)
La constatación es de importancia: determinar, a escala de toda la sociedad, la
"rentabilidad" de los diferentes trabajos por el cálculo supone en efecto que los
trabajos individuales, heterogéneos por definición, sean reducidos a una medida
común, transformados pues en ese "algo independiente" del trabajador singular a
fin de poder medirlo. Max Weber no aporta respuesta a la pregunta.
En el apartado que sigue, André Gorz pasa de hecho a Marx (sin decirlo) para
hablar del trabajador que debe transformarse en "simple fuerza de trabajo
intercambiable y comparable con la de cualquier otro trabajador" (p.35). La igualación
de los diferentes trabajos a través del mercado es decisiva para comprender el estatuto
del trabajo en la sociedad capitalista. Dar cuenta de ello supone tratar sobre la
transformación de la fuerza de trabajo en mercancía, en "cosa independiente", cuya
existencia es, de alguna forma, un previo al cálculo, a la cuantificación.
Pero André Gorz se contenta con la constatación hecha en la cita precedente y
no se sabrá nunca como puede operarse esta igualación sin embargo decisiva. Es
cierto que Marx trata de ello utilizando el concepto de trabajo abstracto que el
autor se niega a tomar en cuenta. De hecho, si habla sin parar de mercancías,
André Gorz no trata sobre el proceso de producción capitalista como proceso de
valorización a partir del cual se organiza toda una mecánica de reproducción de las
relaciones sociales.
Así, se lee: "El hecho de que una actividad sea objeto de un cambio mercantil en
la esfera pública denota de entrada que se trata de una actividad socialmente útil,
creadora de un valor de uso socialmente reconocido como tal" (p.173). Pero,
¿según qué criterio un valor de uso es socialmente reconocido?. Debido a que es
valor de cambio, es decir producción de mercancías , realización de un trabajo del
cual el hecho de que sea "objeto de un cálculo contable" no es sino el efecto
secundario de la existencia de ciertas relaciones de producción.
De hecho, es importante subrayarlo por lo que viene continuación, André Gorz
no razona en términos de producción/reproducción de una relación social
dominante, sino de un simple proceso de diferenciación de las funciones sociales.
Uno de los equívocos de la racionalidad, categoría central de Max Weber para
VIENTO SUR Número 17¡Octubre 1994 83