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Claustro Jerónimo<br />
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD JERÓNIMA CUADERNOS 5 • NAVIDAD 2003<br />
EL CULTO Y DEVOCIÓN A MARÍA<br />
EN LA ORDEN DE SAN JERÓNIMO
Claustro<br />
Jerónimo<br />
EDITA:<br />
Monasterio de Santa María del Parral<br />
40003 - SEGOVIA<br />
Teléf. 921 431 298 • Fax: 921 422 592<br />
E-mail: oshsmparral@plan<strong>alfa</strong>.es<br />
Fotografía portada:<br />
Retablo del Coro de las Monjas del Monasterio<br />
Jerónimo de San Bartolomé de Inca<br />
(Mallorca).<br />
Fotografía contraportada:<br />
San Jerónimo con la Vírgen. Óleo del<br />
Monasterio de Santa María de los Ángeles.<br />
Jávea (Alicante)<br />
Maqueta e imprime:<br />
Gráficas CEYDE<br />
Depósito Legal: Sg-56/2000<br />
C U A D E R N O S N º 5<br />
Introducción ........................................ 2<br />
Conferencia de Fr. Ignacio de Madrid .. 4<br />
Apéndice 1............................................ 20<br />
Apéndice 2............................................ 21<br />
Fotografías de Ntra. Sra. ...................... 22<br />
Textos mariológicos de San Jerónimo .... 24
INTRODUCCIÓN<br />
Como estrambote de este especial Año Mariano del Rosario, que acaba de clausurarse,<br />
o como anticipo del hermoso tiempo de Adviento, tiempo que encarna plenamente<br />
las virtudes de María, llega a vuestras manos el número cinco de “<strong>Cuadernos</strong>-Claustro<br />
Jerónimo”, dedicado íntegramente a María enfocado desde la vivencia<br />
y espiritualidad en la Orden Jerónima.<br />
Su autor, fray Ignacio de Madrid, de todos conocido, une en este texto, que redactó<br />
para el una conferencia que pronunció en el L aniversario de la fundación del<br />
Monasterio Jerónimo de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Constantina –Sevilla-,<br />
su saber y amor a la Orden y su arraigada devoción a la Virgen, y nos lo ofrece, con<br />
nuevas aportaciones, para que, como dice en su conclusión, hagamos vida nuestro<br />
afecto a María hasta poder decir: QUIEN ME VEA, QUE VEA A MARÍA.<br />
Unimos dos pequeños apéndices: uno poético y otro gráfico. El primero es una<br />
parte de la Glosa sobre el Ave María del primer Arzobispo de Granada, el jerónimo<br />
fray Hermando de Talavera más un soneto a María Santísima de nuestro historiador<br />
por excelencia fray José de Sigüenza. La parte gráfica incluye algunas de las imágenes<br />
de la Madre de Dios, titulares de nuestro Monasterios. Cerramos la publicación<br />
con tres textos sobre la Virgen María de nuestro santo padre Jerónimo.<br />
Por último quiero hacer una pequeña mención sobre la portada y contraportada,<br />
así como de los dibujos que se intercalan en las páginas. La portada es la reproducción<br />
de un bello retablito que se conserva en el Monasterio de Monjas Jerónimas de San<br />
Bartolomé de Inca (Mallorca). Perdone la familia Dominicana al pintor, Mateo Llopis<br />
júnior que en el año 1579 modificó la iconografía clásica del Rosario e hizo que el niño<br />
Jesús y María entregarán éste a San Jerónimo y a Santa Paula. Fijémonos en como la<br />
Madre de Dios está envuelta por los quince misterios del Rosario que figuran pintados<br />
dentro de bellos pétalos de rosas. La contraportada es un ejemplo de la abundantísima<br />
iconografía de san Jerónimo con la Virgen. Este ejemplo que os ofrecemos está<br />
tomado de un lienzo anónimo encontrado en el Monasterio de Santa María de los<br />
Ángeles de Javea, Alicante. ¿Y que decir de los miniados de los cantorales alusivos a<br />
los misterios marianos? Hemos escogido, casi al azar, unos del Monasterio de<br />
Guadalupe y otros del Monasterio de Espeja que actualmente están en la Catedral de<br />
El Burgo de Osma (Soria). Sirvan también estas obras para refrendar las aportaciones<br />
de Fray Ignacio sobre la devoción a María en la Orden Jerónima.<br />
2
Conferencia de Fray Ignacio de Madrid, OSH,<br />
en el L Aniversario de la fundación del<br />
Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles,<br />
de Monjas Jerónimas, Constantina (Sevilla),<br />
pronunciada el día 6 de septiembre<br />
del año de la Natividad del Señor de 2001.<br />
Quiero comenzar esta charla, queridas hermanas, resaltando cómo vuestro<br />
Monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles, en Constantina (Sevilla), es un monasterio<br />
más dedicado a la Santísima Virgen María en la Orden de San Jerónimo. Y es que<br />
este dato lo considero interesante, para el tema que quiero desarrollar, sobre todo si<br />
tenemos en cuenta que los otros cuatro últimos monasterios fundados en nuestro<br />
tiempo también llevan advocación mariana: Ntra. Sra. de las Mercedes (Almodóvar<br />
del Campo), Santa María de Jesús (Cáceres), Ntra. Sra. de Belén (Toral de los<br />
Guzmanes), y el que está en gestación en la India, Mater Ecclesiae. Ello nos confirma<br />
una vez más que la Orden de San Jerónimo tuvo siempre a María como a principalísima<br />
patrona.<br />
Fijaros que éste, el de que su [ad]vocación tienen las más casas de ella, es uno de los<br />
argumentos fuertes que se empleó siempre en la Orden para demostrar la devoción<br />
de ésta a la Santísima Virgen María. A ello me volveré a referir más adelante.<br />
Por eso me ha parecido oportuno hablaros en este momento, con motivo del acontecimiento<br />
que celebramos -el L aniversario de esta fundación- del CULTO Y DEVO-<br />
CIÓN A MARÍA EN LA ORDEN DE SAN JERÓNIMO, destacando, para procurar<br />
hacerlo vida intensamente, este patronazgo de María sobre la Orden Jerónima.<br />
Pero, para no quedarnos en pura historia, como preámbulo y justificación del<br />
tema, voy a comenzar con unas palabras de Juan Pablo II en la Exhortación<br />
Apostólica “Vita Consecrata”. El n. 28 se lo dedica a María como modelo de consagración<br />
y seguimiento. Un poco larga va a ser la cita, pero la considero como una bonita<br />
y sustanciosa síntesis de la teología de la presencia de María en la vida religiosa, en<br />
la que debemos fundamentar nuestro amor y devoción a Ella.<br />
Dice así:<br />
María es aquella que, desde su concepción inmaculada, refleja más perfectamente la<br />
belleza divina. “Toda hermosa” es el título con que la Iglesia la invoca. “La relación<br />
3
que todo fiel, como consecuencia de su unión con Cristo, mantiene con María Santísima<br />
queda aún más acentuada en la vida de las personas consagradas [...] En todos (los institutos<br />
de vida consagrada) existe la convicción de que la presencia de María tiene una<br />
importancia fundamental tanto para la vida espiritual de cada alma consagrada, como<br />
para la consistencia, la unidad y el progreso de toda la comunidad” [Disc. en la<br />
Audiencia gral., 29 marzo 1995].<br />
En efecto, María es “ejemplo sublime de perfecta consagración”, por su pertenencia<br />
plena y entrega total a Dios. Elegida por el Señor, que quiso realizar en ella el misterio<br />
de la Encarnación, recuerda a los consagrados la primacía de la iniciativa de Dios.<br />
Al mismo tiempo, habiendo dado su consentimiento a la Palabra divina, que se hizo<br />
carne en ella, María aparece como “modelo de la acogida a la gracia” por parte de la<br />
criatura humana.<br />
Cercana a Cristo, junto con José, en la vida oculta de Nazaret, presente al lado del<br />
Hijo en los momentos cruciales de su vida pública, la Virgen es maestra de seguimiento<br />
incondicional y de servicio asiduo. En ella, “templo del Espíritu Santo” (LG 53),<br />
brilla de este modo todo el esplendor de la nueva criatura. La vida consagrada la contempla<br />
como modelo sublime de consagración al Padre, de unión con el Hijo y de docilidad<br />
al Espíritu, sabiendo bien que identificarse con “el tipo de vida en pobreza y virginidad<br />
(LG 46) de Cristo significa asumir también el tipo de vida de María.<br />
La persona consagrada encuentra, además, en la Virgen una “Madre por título<br />
muy especial”. En efecto, si la nueva maternidad dada a María en el Calvario es un<br />
don a todos los cristianos, adquiere un valor específico para quien ha consagrado plenamente<br />
la propia vida a Cristo. “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,27): las palabras de<br />
Jesús al discípulo “a quien amaba” (Jn 19,26), asumen una profundidad particular en<br />
la vida de la persona consagrada. En efecto, está llamada con Juan a acoger consigo a<br />
María Santísima (Cf. Jn 19,27), amándola e imitándola con la radicalidad propia de<br />
su vocación y experimentando, a su vez, una especial ternura materna. La Virgen le<br />
comunica aquel amor que permite ofrecer cada día la vida por Cristo, cooperando con<br />
Él en la salvación del mundo. Por eso la, relación filial con María es el camino privilegiado<br />
para la fidelidad a la vocación recibida y una ayuda eficacísima para avanzar<br />
en ella y vivirla en plenitud.<br />
Si esto es así, y no podemos dudarlo por la autoridad de quien lo escribe, no es de<br />
extrañar que en vuestras Constituciones (n. 10) se os advierta: es nuestro incomparable<br />
modelo la Bienaventurada Virgen María, la figura más perfecta de la semejanza a Cristo,<br />
“huerto cerrado, fuente sellada” (Cant 4, 12), ejemplo preclaro de la vida contemplativa y<br />
4
de su fecundidad redentora, en quien la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de<br />
la Redención y la contempla gozosamente, como una purísima imagen de lo que ella misma,<br />
toda entera, ansía y espera ser.<br />
Por otro lado, las mismas Constituciones os recuerdan que nuestra Orden...la tuvo<br />
y tiene por patrona singularísima (n.97), y os recomiendan: imitemos a la Virgen<br />
María... confiemos en su amparo (n. 27) 1 .¿Se os puede decir más?<br />
En verdad que toda la historia de la OSH, referida a monjes y monjas, demuestra<br />
que fue así y, gracias a Dios, se corrobora en la actualidad. Ahora bien, pienso que<br />
sobre este tema de la espiritualidad mariana en la OSH, caben dos enfoques . Es algo<br />
así como aquello de ¿”qué es antes, el huevo o la gallina”...? - ¿Qué fue antes, la<br />
espiritualidad litúrgica, base y fundamento de la espiritualidad jerónima, de la que<br />
surgiría después la devoción mariana, o fue antes la devoción mariana, que luego se<br />
reflejaría, a su manera, en la celebración y vivencia litúrgica?<br />
Ciertamente que hoy es claro que hay un influjo mutuo. Al menos objetivamente<br />
hablando no hay espiritualidad litúrgica sin espiritualidad mariana, ni hay verdadera<br />
devoción mariana sin una conexión, sin un ir de acuerdo con la sagrada liturgia<br />
y, en cierto sentido, derive de ella y a ella conduzca. Al menos así lo ve la Constitución<br />
Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia, del Vaticano II (SC 13) y, poco<br />
después, Pablo VI en su famosa Exhortación Apostólica Marialis Cultus.<br />
Pero, ¿y en los orígenes de la OSH, allá en el siglo XIV, cuando la liturgia no estaba<br />
tan profundizada como hoy y, pudiéramos decir, los ejercicios piadosos estaban<br />
desligados, disociados de una mentalidad litúrgica, que apenas existía? Pues no sabría<br />
que decir. Aunque más bien me inclino a pensar que la devoción mariana ya venía<br />
bien cuajada en el corazón de nuestros fundadores -me estoy refiriendo, claro es, a<br />
Pedro Fernández Pecha y a Fernando Yáñez de Figueroa- y que ellos mismos la dejaron<br />
en herencia y bien asentada en los que vinieron detrás.<br />
Sin embargo, también podemos decir que si, desde el principio, la liturgia era el<br />
principal cometido del quehacer y de la espiritualidad jerónima, la razón esencial del ser<br />
de jerónimos y jerónimas, como no se puede poner en duda, el matiz mariano tenía que<br />
ser una consecuencia lógica y natural de esa vivencia litúrgica que les alimentaba.<br />
1 En las Constituciones de los monjes se nos dice: Veneremos con amor filial a la Madre del Señor, la<br />
Virgen María, a la que nuestros mayores invocaron siempre como a singularísima Patrona, viendo en<br />
ella un modelo perfecto de vida contemplativa, silenciosa y oculta (n. 92/1).<br />
5
Si la liturgia ocupaba -y ocupa- ese lugar entre nosotros, MARÍA tenía que estar<br />
muy presente en la mente y en el corazón de los jerónimos -ya desde nuestros primeros<br />
padres-, puesto que dentro de la liturgia MARÍA tiene un lugar preeminente.<br />
Si la liturgia se desarrolla en torno a los misterios y vida de Cristo, nadie pudo estar<br />
más unida a estos misterios y a la vida de Jesús que ELLA 2 .<br />
Basta recorrer el Evangelio. Allí aparece MARÍA asociada a la obra salvadora de<br />
su Hijo en todos los momentos de su vida “desde la concepción virginal de Cristo<br />
hasta su muerte” (LG 57) e, incluso, después, en su resurrección y en Pentecostés:<br />
- MARÍA recibió el mensaje del ángel de parte de Dios, anunciándole la<br />
Encarnación del Verbo. Desde ese momento MARÍA fue hecha Madre de Dios<br />
y se consagró con generoso corazón a la persona y a la obra de su Hijo (LG 56).<br />
- Los ángeles anuncian a los pastores el nacimiento de un salvador y, puestos en<br />
camino, encontraron allí a MARÍA y a José, y el Niño acostado en el pesebre.<br />
- MARÍA presenta a Jesús en el templo.<br />
- Toda la vida de Nazaret se pasa en sumisión a MARÍA.<br />
- A ruegos de MARÍA Jesús obra el primer milagro.<br />
- Se entrevistó con Jesús en alguna ocasión durante los años de su predicación<br />
evangélica.<br />
- Asistió al sacrificio de su Hijo en la cruz y escuchó y recibió las palabras de Juan:<br />
Mujer, he ahí a tu hijo.<br />
- La tradición asegura que MARÍA fue la primera que recibió la visita del<br />
Resucitado.<br />
- Y por último se nos dice que MARÍA perseveró en oración junto con los discípulos,<br />
antes de Pentecostés, y con ellos recibió la venida del Espíritu Santo.<br />
Y todo esto los jerónimos y jerónimas lo iban celebrando, actualizando y viviendo<br />
en el transcurso del Año litúrgico: Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma,<br />
Pascua, Pentecostés.<br />
2 Sobre el tema, recomiendo la lectura de SARTOR, Danilo M., Las Fiestas de la Virgen.Madrid,<br />
Publicaciones Claretianas, 1990, págs. 19-65.<br />
6
Pero,además, MARÍA tenía y tiene en el mismo Año litúrgico sus fiestas propias,<br />
no sólo las que nos hacen recordar su historia: Inmaculada Concepción, Natividad,<br />
Anunciación, Visitación, Presentación y Asunción, sino también las que nos hacen<br />
penetrar en los secretos de su espíritu: Santa María, Madre de Dios; Inmaculado<br />
Corazón de María, Santa María Reina..., y las distintas advocaciones y títulos... Ntra.<br />
Sra. de los Ángeles, Santa María de Guadalupe, Santa María del Parral, etc.<br />
Por otro lado, no había día en que, también en la misma celebración litúrgica, no<br />
resonara la voz en alabanza de MARÍA, ensalzando sus gracias y recordándola que,<br />
si es Madre de Dios, también es Madre de los hombres. Me estoy refiriendo al canto<br />
diario del “Magníficat” -en el que ELLA queda perfectamente retratada- y a la<br />
Antífona mariana, al final del día, después de la celebración de Completas, mediante<br />
la cual la Iglesia se complace en recordarnos el privilegio de la maternidad divina,<br />
fundamento de todas las demás gracias de MARÍA 3 .<br />
A todas estas referencias litúrgicas, podemos añadir otros actos y devociones que<br />
la Orden tenía incorporados en su espiritualidad y régimen de vida : el “Ángelus” tres<br />
veces al día, el ayuno en las vigilias de sus nueve Fiestas, las Letanías Lauretanas de<br />
los sábados, una “estación” a la Virgen en las procesiones claustrales, el rezo del Oficio<br />
de la Virgen, con rito doble, todos los sábados no impedidos...<br />
Sobre el rezo del Rosario no puedo aducir textos en que se hable de tal obligación<br />
o costumbre comunitaria, pero si he encontrado referencias que nos pueden ilustrar<br />
acerca del tema. Por ejemplo, en el Capítulo General de 1506 se reprende -por razón<br />
de pobreza- traer uno el rosario o cuentas de ámbar, otro de corales, otro de unos cabos de<br />
cuchillos pulidos (Sig. II, 89). En el capítulo de 1514 se habla de que algunos monjes<br />
suelen hacer algunas cosas de mano, como lucernas, rosarios, cruces... (Sig. II, 98). En<br />
cuanto al rezo del rosario he encontrado una disposición del Rótulo del Capítulo<br />
General de 1627, referida a una consulta que les ha hecho el Monasterio de la<br />
Concepción Jerónima, de Madrid. Dice así: “ lo que piden que no se les impongan novedades<br />
ni obligaciones nuevas como es acudir a rezar el Rosario de nuestra Señora de<br />
Comunidad y en voz en tono de los salmos, como ahora se ha introducido, sino que vayan<br />
las que quisieren por su devoción. Respondemos que acudan al coro, que es más obligación, y<br />
que si después del coro quisieren acudir puedan rezar el Rosario pero no a coros.<br />
3 Recordemos que, hasta antes de la reforma litúrgica del Vaticano II, después de cada Hora, al<br />
menos en la recitación pública, se cantaba una de las llamadas Antífonas finales de la bienaventurada<br />
Virgen María.<br />
7
También tenemos referencia de un donado del Monasterio de San Jerónimo de<br />
Valparaíso, Córdoba, a quien mirábanle no como a criado, sino como a hermano, de quien<br />
se dice que rezaba cada noche un rosario entero, con sus santas consideraciones, mostrando<br />
bien con las lágrimas de los ojos el sentimiento del alma (Sig. I, 243). Del padre fray<br />
Martín de Torralva, del Monasterio de San Blas de Villaviciosa (Guadalajara), escribe<br />
su biógrafo que le hallaron muerto puesto de rodillas delante de una imagen... y con<br />
un rosario en las manos (Sig. II, 246). Fray Pedro de Quintanilla, del monasterio de<br />
Espeja -músico y ciego- por donde quiera que andaba llevaba el Rosario en las manos, y<br />
las alabanzas de Dios y de su Madre en la boca y corazón, con que quedaron en aquel<br />
monasterio tan ejemplares como célebres las Oraciones del ciego... (Santos, Quarta Parte de<br />
la Historia de San Jerónimo,p.471). Fray Diego de San Ildefonso, del Monasterio de<br />
la Sisla (+ 1650) se dice que juntaba la oración mental con la vocal, en que era tan continuo,<br />
que jamás le vio alguno que no fuese rezando, siendo su más particular devoción con<br />
la Reina de los Ángeles, cuyo rosario nunca dejaba de la mano, saludándola con todo amor<br />
y rendimiento de día y de noche... (Santos, o.c., p. 368).<br />
Me viene ahora a la memoria nuestro buen hermano fray Marciano de Pozoantiguo,<br />
monje de nuestros días, profeso del Parral, portero sencillo, atento y edificante<br />
para todos los que con él se relacionaban, siempre con la sonrisa en la cara y el rosario<br />
en la mano, que se marchó a la Casa del Padre el 16 de julio, día de la Virgen del<br />
Carmen, de 1999.<br />
En 1752, por el entorno del Monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Gandía-<br />
Valencia) se produjo una peste que ocasionó la muerte de 7 monjes, lo que puso a esta<br />
comunidad en la última agonía y aflicción, por lo cual determinó implorar el auxilio de los<br />
Santos, y cada religioso puso en una urna el Santo de su devoción. Salió por tres veces<br />
Nuestra Señora de la Salud... de que quedaron sumamente consolados y gozosos. Votóle la<br />
comunidad una fiesta perpetua con misa y sermón y colocar en una capilla muy suntuosa la<br />
imagen muy hermosa de la Virgen... Desde entonces se reza a Nuestra Señora todos los días,<br />
después de Completas, en el coro un tercio del Rosario con su letanía y oraciones en señal de<br />
que militamos bajo su patrocinio y protección; y fiamos será perpetua su devoción 4<br />
Otra referencia a textos oficiales que aborden este tema del culto y devoción a<br />
MARÍA en la Orden es la de una “Carta común” del P. General, fray Cristóbal de<br />
Santa María, en 1633, que comunica: Por tener nuestra Sagrada Religión a la Reina del<br />
4 SAEZ GARCÍA, José, “Novena... de la Santísima Virgen de la Salud de Rótova” Valencia, 1953,<br />
Datos históricos, pág. 3.<br />
8
Cielo nuestra Señora por particularísima<br />
Patrona y abogada suya,<br />
y ser la más de las casas nuestras<br />
de su advocación, se determinó<br />
hacerle algún servicio particular y<br />
fue que todos los sábados del año,<br />
diciendo vísperas y completas, se le<br />
cate la Letanía que con muchas<br />
indulgencias se canta en nuestra<br />
Señora de Loreto en la forma que<br />
Vs. Rs. vieron que se hizo en el<br />
capítulo general pasado, para lo<br />
cual quedé encargado enviar la<br />
Letanía a las casas que no la tienen,<br />
porque muchas la cantan ya<br />
con mucha devoción, y porque no<br />
Asunción de María al cielo. M.G. Cantoral 2, Siglo XV.<br />
he hallado orden para imprimirla<br />
sin mucha costa, la procuraré<br />
enviar de mano con toda brevedad, en llegando [a] Vs. Rs. la pongan en ejecución porque<br />
haya conformidad en todas nuestras casas. También se trató por la misma devoción y a petición<br />
de algunos religiosos que nos conformemos, en no comer grosura los sábados, con la<br />
Corona de Portugal... (Libro 3º de los Actos..., fol. 475v-476r)<br />
Y comenta el historiador, fray Francisco de los Santos: Desde entonces se hace generalmente<br />
en la Orden este especial culto, con grande cuidado, devoción y alegría, como todos<br />
los demás que miran a este fin de la veneración de tal Reina, que en el discurso del año son<br />
muchos... (p. 129).<br />
Ahora decidme, quienes así vivían cada día y cada año, ¿no os parece que no es de<br />
extrañar que tuvieran un gran amor a MARÍA y fomentaran, con todas sus fuerzas y<br />
saberes, la devoción y el culto a la Madre de Dios?<br />
Pero volvamos atrás. Decía antes que la devoción a MARÍA ya venía bien cuajada<br />
en el corazón de nuestros fundadores.<br />
Por de pronto hagamos memoria de que la gestación de la Orden se produce en dos<br />
ermitas dedicadas a la Santísima Virgen. Primero en la de Nuestra Señora del Castañar,<br />
poco más de cinco leguas de Toledo, poblada por ermitaños venidos de Italia, en razón a la<br />
profecía de Tomás Succio: Veo que el Espíritu Santo desciende sobre España en la funda-<br />
9
ción de una religión. En ella se retira nuestro Fernando Yáñez y con él entra en relación<br />
Pedro Fernández Pecha. Después Yáñez determinó pasarse a otra ermita más sola y de<br />
menos ocasiones de ser visitado. Dábale mucha pena la frecuencia de los que venían a verle...<br />
de la Corte y de Toledo... y tomando consigo algunos compañeros de aquellos se pasó a una<br />
ermita de Nuestra Señora, llamada Villaescusa [Bellaescusa], en la ribera del río Tajuña,<br />
entre Orusco y Ambite (Madrid), en donde por fin se le une Fernández Pecha, y allí están<br />
hasta que deciden marchar a la ermita de San Bartolomé, etc., etc. (cfr. Sig. I, 14-20).<br />
Pues bien, entretengámonos, al respecto de lo que venimos hablando, con Pecha<br />
y Yáñez. De fray Pedro Fernández Pecha se dice que trataba con la Reina del cielo los<br />
negocios del alma, la decía dulces requiebros y le encomendaba el aumento de la Orden que<br />
había nacido en sus manos. De él mismo es este precioso -no sé si llamarlo poemasobre<br />
la Virgen que dejó escrito en sus famosos “Soliloquios”:<br />
O Tú, por la gracia de la humildat bienaventurada,<br />
e por la pureza de la voluntad.<br />
e por la lynpieza de la carne virgen siempre,<br />
e por la predestinación del Padre escogida,<br />
e por el abundamiento de la gracia digna,<br />
e por la obra del Espíritu Santo Madre de Dios,<br />
que pariste nos el Señor, a nos siervos,<br />
Padre-hermano e Rey-compañero,<br />
e resplandeciente a nos, Sol de justicia,<br />
e palabra de verdat,<br />
e manaste a nos agua de alynpiamiento de perdón,<br />
e diste a nos melezyna de salud<br />
e precio de vida:<br />
pues asy es, bienaventurada syenpre Virgen,<br />
escogida.<br />
llena de gracia,<br />
dina Madre de Dios,<br />
fuente de misericordia,<br />
carrera de nuestra salud:<br />
Rogamoste, Señora, por la piedad de tu talante,<br />
que ayuntes a la poquedat de las nuestras obras<br />
la dignidad del tu merescimiento,<br />
e al atribulamiento de la nuestra devoción<br />
el fervor de la tu caridat,<br />
10
porque tirada la vergüenza de las nuestras consciencias,<br />
e reforçaza la nuestra fe,<br />
e acrescentada la nuestra esperanza<br />
en virtud de la tu obra,<br />
osadamente puesta en el tu ruego la nuestra petición,<br />
segund asmamos piadosa e concordable a la justicia,<br />
humildosamente ante el tu bienaventurado Fijo<br />
pedimoste sea presentada<br />
porque nin por la mengua de los nuestros merescimientos,<br />
nin por la tibieza de la nuestra devoción<br />
el nuestro ruego sea menospreciado;<br />
mas que tu con nusco<br />
e nos en uno contigo,<br />
afincada e diligentemente rogando,<br />
lo que piadosamente pedimos,<br />
graciosamente lo rescibamos.<br />
Y también -y, si cabe, más- fray Fernando Yáñez de Figueroa. Puede ser un dato<br />
valioso referirme ahora al hecho de la fundación del Monasterio de Guadalupe. Se<br />
dice que, cuando se ofreció el Santuario a la comunidad de San Bartolomé de<br />
Lupiana, el prior -fray Fernando Yáñez- y sus monjes respondieron con modestia, haciendo<br />
gracia a su alteza y a su señoría por la confianza que hacían de ellos, mas que era negocio<br />
de consideración y así tenían necesidad de mirarlo para responder.<br />
Aquellos monjes de Lupiana no se osaban determinar, teniendo por dificultoso, cosa<br />
fuera de su intento y de su vocación, que era buscar soledad y alejarse de los ruidos del<br />
mundo, recogimiento, silencio y sosiego para la meditación; a todo esto parecía contrario lo<br />
que imaginaban de aquel Santuario, donde sabían que concurría todo el mundo: frecuencia<br />
de gentes naturales y extranjeras, acoger peregrinos, oír confesiones, acudir a remediar necesidades,<br />
cuidado de muchas almas, propios ejercicios de vida activa, profesando ellos el de la<br />
vida contemplativa y monástica, que va huyendo de todo esto. (Sig I,86). Dice el historiador<br />
que sólo hallaron una razón que les asentase para aceptar el partido: LA DEVO-<br />
CIÓN A LA VIRGEN. Y ésta era tanta que contrapesaba a todos los otros inconvenientes.<br />
Por eso, después de haber encomendado el negocio a nuestro Señor..., salió la mayor parte de<br />
los votos en favor del servicio a la Santa Virgen. Entonces de inmediato rogáronle con<br />
lágrimas, que pues sólo por su amor se determinaban a una cosa tan fuera de sus<br />
intentos, tuviese por bien favorecerlos, y alcanzarles gracias que por esto no desdijesen<br />
de lo que pedía su hábito y profesión.<br />
11
¿Qué os parece? En verdad que es un buen botón de muestra de la devoción<br />
mariana de nuestros primeros monjes, que después heredasteis las monjas.<br />
Asentados ya en Guadalupe, se dice que fray Fernando Yáñez lo primero que hizo<br />
fue entrar en cuenta con la Señora de la Casa. Púsose de rodillas a los pies de Ella, y levantando<br />
los ojos y las manos, le dijo con gran devoción: “Ve aquí, Reina soberana, donde me<br />
han traído por mayordomo de vuestro real palacio, por ministro y guarda de él, y para que<br />
aquí, en compañía de mis hermanos, os sirva. Para que respondan nuestras vidas a tantas<br />
obligaciones y seamos dignos de estar en vuestra presencia, ningún caudal tenemos de nuestra<br />
parte; de todo punto nos confesamos por necesitados y pobres. La primera merced que aquí<br />
en nombre de todos os pido (sea éste, Señora, el primer milagro que hacéis en nuestro favor)<br />
es que con vuestra poderosa mano levantéis instrumentos tan imperfectos a la suficiencia de<br />
tan gran obligación, que si fuéramos gratos a vuestros ojos, todo lo demás se nos hará fácil.<br />
Respondan, Señora, primero nuestras vidas con las reglas que nos dejó vuestro Hijo y nuestro<br />
Señor, y resplandezca en nosotros, por vuestra misericordia, alguna semejanza de vuestra<br />
pureza y e vuestra profunda humildad, que sobre tan firmes cimientos no tendré miedo<br />
en levantar una fábrica que sea digna de vuestro nombre”. Otras muchas razones pasó a sus<br />
solas el siervo de Dios con su Señora, teniendo los ojos fijos en aquella santa Imagen, derribado<br />
en su acatamiento con profunda humildad, y Ella de secreto le revelaba en el alma<br />
mucho de las cosas del cielo. Poníale también ánimo grande para emprender cosas grandes<br />
en su servicio y aumento de aquella Casa...<br />
Del mismo P. Yáñez se cuenta que, después de su muerte, se apareció a fray Juan<br />
de Carrión y, entre otras cosas, le dijo: Sabe también, y así lo podrás decir, que la Virgen<br />
santísima, y el bienaventurado N. P. S. Jerónimo, defienden y amparan la Orden, y este<br />
monasterio, como piadosísimos Patronos... (Sig. I, 181).<br />
Podéis comprender que, con tan buenos principios de devoción mariana, tampoco<br />
puede extrañarnos que, a los pocos años de morir los fundadores, en el tercer capítulo<br />
general, año 1418, se hicieran eco de la herencia recibida y determinaran<br />
otra cosa muy pía y digna de unas almas tan llenas de devoción: que fue encargar<br />
se esmerasen todos en el servicio de la Virgen nuestra Señora, encareciendo esto con<br />
palabras tiernas que mostraban bien el alma de donde salían. Sentíanse muy obligados<br />
a sus favores, porque allende de los generales con que se muestra madre piadosísima<br />
de cuantos la invocan, con la Orden de San Jerónimo había mostrado grandes señales<br />
de su amor y clemencia, así en las casas que se habían edificado por sus favores y maravillas,<br />
como por lo que regalaba en particular a muchos religiosos, visitándoles y dándoles<br />
divinos consuelos.<br />
12
Visto hemos en lo de hasta aquí, señaladas pruebas de esto, y adelante se verán otras<br />
tan grandes, o mayores.<br />
Ordenaron por estas consideraciones que en todas las casas de la Orden se hiciesen<br />
los sábados de todo el año, fiesta doble en su memoria, con oficio propio, que para ello se<br />
compusiese de nuevo, o tomándolo de los que la Iglesia tiene recibidos. Mandaron también,<br />
que en todas las casas la tuviesen por patrona singularísima, pues Ella no se desdeñaba<br />
de recibirlos debajo de su amparo, mostrando con tan claras señales cuan grata<br />
le era esta religión y lo que con ella se servía su Hijo y la corte celestial de sus santos.<br />
Asentose esto luego, porque halló bien dispuestos los ánimos, ni pudo venir precepto<br />
de sus superiores que con mayor alegría fuese recibido. Hízose un oficio propio, devoto y<br />
de buena erudición, que se usó en toda la Orden por más de 140 años. Durara hasta el<br />
fin del mundo, si la obediencia de la Iglesia (que es más hermosa en los ojos de Dios y de<br />
la Virgen, que todas nuestras alabanzas), con el nuevo rezado que se reformó por su<br />
Pontífice, no mandara acomodarse a otro, aunque es muy poco diferente. (Sig. I, 293).<br />
De este mismo tenor nos encontramos con otros muchos textos. ¿Me toleráis que<br />
os cite alguno más? - Me parece ver que vuestros rostros me dicen que sí...<br />
¿Recordáis a Alonso Fernández Pecha, el hermano de nuestro Pedro Fernández<br />
Pecha, que renunció al obispado de Jaén? Pues hablando de la donación que hizo de<br />
sus bienes a la Orden, en cuya escritura se reseñaba que: por servicio de Dios, y por aver<br />
propicia a la sagrada Virgen María, y a San Jerónimo, daba y donaba al Monasterio de San<br />
Bartolomé de Lupiana..., el P. Sigüenza comenta: Véese aquí también la plática primera,<br />
y el fin de esta Religión en estos dos patronos que nombra en su donación, la Virgen María<br />
y San Jerónimo, de donde se descubre la razón de ser de casi todas las casas de esta Religión<br />
de estas dos vocaciones, de la Virgen Santísima y del Doctor sacro, porque desde sus principios<br />
pusieron en ellos los ojos aquellos varones píos (I, 52).<br />
Fray Pedro de la Vega, autor de la primera Crónica de los frayles de la orden del bienaventurado<br />
sant Hieronymo,impresa en 1539, refiriéndose a esos mismos argumentos<br />
que acreditan la devoción de los primeros jerónimos a la Santísima Virgen, escribe:<br />
cuan acepto fuese a la sacratísima Madre de Dios el estudio de estos primeros padres en su<br />
servicio, esa clementísima Señora tuvo por bien de lo revelar, según lo hallamos escrito en los<br />
anales de la Orden, por esta manera: Como al principio de la Orden unos frailes se saliesen<br />
de su monasterio con propósito de se pasar a otra orden porque les parecía que la nuestra aún<br />
no tenía asiento, y no había de ella sino tres o cuatro monasterios, luego que salieron y se<br />
apartaron un poco de espacio del monasterio les apareció visiblemente la Santísima Virgen<br />
Madre de Dios, nuestra Señora, y les mandó tornar a su monasterio, diciéndoles que Ella<br />
13
había de ser servida en esta Orden, y que en breve había de crecer y ser prosperada, lo cual<br />
por sus merecimientos hoy se ve bien cumplido (Fol. XIIIv).<br />
En 1636 se sigue argumentando con las mismas razones. Se comunica a los<br />
monasterios en el Rótulo del Capítulo General de dicho año: Iten por la devoción<br />
grande que siempre nuestra sagrada Religión ha tenido al Ssmo. Sacramento y a nuestra<br />
señora la Virgen María, debajo de cuya protección y amparo milita nuestra sagrada<br />
Religión, y su vocación tienen las mas casas de ella, mandamos... (Libro 3º de las Actos...,<br />
fol. 504r).<br />
Más adelante, el Padre General, fray Pedro de Béjar, recibe una carta del Rey y<br />
Señor Carlos Segundo, fechada en 28 de noviembre de 1697, en la que le dice: En<br />
continuación de mi devoción a la Virgen Santísima Ntra. Señora he resuelto que en su obsequio<br />
y reverencia se celebren novenarios en todos mis Reinos, en Capilla de Nuestra Señora,<br />
con misa solemne todos los nueve días... El Padre General se lo comunica a todos los<br />
monasterios diciéndoles: Y siendo tan piadoso el celo, y tan fervorosa la devoción a María<br />
Santísima, Señora nuestra, Patrona de nuestra Sagrada Religión, y titular de la mayor<br />
parte de nuestros Monasterios, no sólo no lo debemos tener por molesto, sino por especial<br />
agrado... (Ídem., fol. ).<br />
Fijaros, por otro lado, que hasta hablando del hábito que Gregorio XI vistió a<br />
Pedro Fernández Pecha y su compañero, dice el P. Sigüenza: y no falta quien añade que<br />
nuestra soberana reina y señora jamás vistió otros colores... Y comenta: y no pareciera mal<br />
nuestra Virgen Madre, con este hábito... (I, 30).<br />
También podríamos hablar un poco del tema de la Concepción Inmaculada de<br />
María. Sabéis que hasta 1854 no fue definida como dogma. Hasta entonces fue una<br />
cuestión muy controvertida, de la que ahora no vamos a hacer historia. Pero sí la<br />
nuestra propia. Al menos desde 1510 se ordenó que la fiesta de la Concepción de nuestra<br />
Señora se celebre y haga doble mayor (Const. 1613, C. 23, E. VI, p. 51). Y los formularios<br />
de la Misa y del Oficio divino ya aparecen en sus respectivos libros propios<br />
de la OSH: Misal de 1510 y Breviario de 1512.<br />
He podido consultar incluso un escrito de nuestro P. General, fray Ildefonso de la<br />
Concepción, fechado el 18 de octubre de 1732, dirigido a S. Santidad Clemente XII,<br />
en el que solicita la definición del dogma. También otros dos Padres Generales, fray<br />
Baltasar de los Reyes (año 1664) y fray Antonio de San Pedro Carrasco (año 1788),<br />
en sus respectivas “cartas comunes” dirigidas a todas las Comunidades, recomiendan<br />
la piadosa y atenta devoción y el mayor culto de la Concepción Purísima de la Reina<br />
del Cielo, encareciendo la celebración de su fiesta y octava.<br />
14
También puedo hacer una referencia muy concreta a nuestras monjas del<br />
Monasterio de Santa Paula de Granada. En su actual archivo tienen un códice cuyo<br />
título es: Libro de profesiones que hacen las religiosas que en este Monasterio de Santa<br />
Paula se dedican y consagran a Dios Ntro. Sr. que tiene principio en el año que corre de<br />
1645. Feliz por haberse votado en este convento que María Santísima fue concebida sin<br />
pecado original. En él se recogen las cartas de profesión en las que consta que cada<br />
monja, a la vez que hacía la profesión, hacía el voto de la Concepción. La última carta<br />
de profesión que está en este libro es del 23 de enero de 1826.<br />
Por último, podría hacer alusión a multitud de monjes y monjas de quienes sus<br />
biógrafos -Sigüenza y Santos- destacan su especialísima devoción a María y las intervenciones<br />
de Ella en ellos. No debo extenderme más... Sin embargo dejarme que os<br />
narre siquiera un par de ellas, casi cogidas al vuelo... Precisamente de dos segovianos,<br />
profesos del Monasterio de Ntra. Sra. de la Mejorada, en Olmedo (Valladolid). Creo<br />
que nos pueden dejar buen sabor de boca... La primera es la de fray Andrés de<br />
Segovia, de quien escribe su biógrafo: Tan devoto de la Virgen nuestra Señora que ponía<br />
admiración: comiendo estaba, y creo que también durmiendo (tanto puede un buen hábito)<br />
y le sonaba el Ave María en los labios; palabras y oración para él tan regalada, que no hay<br />
panal tan dulce a nuestro paladar como ella al gusto de su alma. No nos dijeron cuanto vivió<br />
el santo ni que ocupaciones tuvo por la obediencia, contentándose con avisarnos que cuando<br />
partió de esta vida la Reina soberana vino a consolar a su siervo y a darle la buena nueva<br />
de su feliz tránsito y cómo le habían sido gratos sus servicios. Fue tan público este favor, que<br />
le entendieron cuantos estaban presentes, pretendiendo en esto nuestra Princesa que no nos<br />
descuidemos en servirla, pues se muestra tan agradecida a los que en este destierro celebran<br />
su memoria.<br />
Pareciósele mucho su compañero fray Antonio de Segovia en el nombre y en la devoción<br />
de la santa Virgen, enterneciéndose tanto en sus amores que, para salirle las lágrimas de los<br />
ojos en abundancia no era menester más de oír su santo nombre, y no había ocupación ni<br />
entretenimiento tan preciso ni tan fuerte que, si volvía los ojos a donde estaba su imagen,<br />
no llorase de devoción y de alegría. Decíale tan tiernos amores y dulzuras que no le hacían<br />
en esto ventaja san Anselmo, ni san Bernardo, ni san Ildefonso, ni ningún otro de los más<br />
abrasados en su devoción. Todas cuantas misas decía eran de la Virgen; y cuando por la obediencia<br />
de la Iglesia no podía sino celebrar lo que ella manda, íbase a su celda o a una capilla<br />
y allí tornaba, en la manera que podía, a decir la Misa de la Virgen, lo que tocaba a las<br />
oraciones y todo lo que está fuera del sacro Canon... Tres semanas antes que muriese dijo claramente:<br />
tengo que morir tal día y a tal hora. Estaba aquella sazón tan sano y tan entero<br />
como siempre. Preguntáronle algunos religiosos amigos les dijese cómo sabía aquello, respon-<br />
15
dió que de un muy fiel original... dijo<br />
claramente que nuestra Señora se lo<br />
había revelado, porque así era la voluntad<br />
de su Hijo nuestro Señor. Decía esto<br />
el santo con tanta simplicidad y llaneza<br />
como ello pasaba... (Sig. II, 232-233).<br />
Haré también, al menos, una breve<br />
alusión a nuestra gran sierva de<br />
Dios, Sor María de Ajofrín, de las<br />
primeras monjas de San Pablo de Toledo.<br />
Su biógrafo -en opinión de Siguënza<br />
hombre docto y gran fraile y que<br />
confesó a esta santa casi todo el tiempo<br />
en que nuestro Señor la hacía las mercedes<br />
que diremos-, en el Prólogo del<br />
escrito que nos dejó sobre ella, nos<br />
dice: Yo, el muy indigno siervo de los<br />
siervos de Dios, fray Juan de Corrales,<br />
Prior de La Sisla de Toledo, recontaré a<br />
honra y gloria del soberano Rey, Dios<br />
nuestro Señor, las maravillas y secretos<br />
que por mis ojos vi, y por mis manos<br />
traté, y oy a personas dignas de fe y de<br />
gran memoria, las cuales nuestro Señor<br />
Anunciación. Cantoral nº 1, Fol. 114v. Monasterio<br />
de Espeja. Burgo de Osma. Catedral.<br />
quiso poner y demostrar en una pobrecilla sierva suya, llamada María de Ajofrín, virgen y<br />
santa, en el monasterio y casa de doña María García, en la ciudad de Toledo.Tales “maravillas<br />
y secretos” están muy relacionadas con su gran devoción a la Santísima Virgen<br />
María, pero no es posible, ni siquiera, sintetizarlas aquí. Podéis acudir a<br />
Sigüenza(Tomo II, Libro II, capítulos XLV-XLIX).<br />
En fin, toda esta historia es muy interesante, pero si la vemos en la perspectiva de<br />
aquello que corrientemente se dice: “la Historia es maestra de la vida”. Bien pudiera<br />
servirnos ésta, que venimos narrando, para empujarnos a jerónimas y jerónimos, a<br />
crecer en amor a María, e incrementar nuestra devoción y culto a Ella.<br />
Más pienso que, pues tanto hemos hablado anteriormente de la relación María y<br />
Liturgia - Liturgia y María, bien podríamos entretenernos ahora un poco, y terminar<br />
profundizando algo en este aspecto particular de las relaciones entre María y la Liturgia.<br />
16
Vamos a ir de manos de Pablo VI, sintetizando un capítulo de su exhortación apostólica<br />
“Marialis cultus”, que titula: La Virgen modelo de la Iglesia en el ejercicio del culto.<br />
Pablo VI nos la quiere poner como ejemplo de la actitud espiritual con que la Iglesia<br />
celebra y vive los divinos misterios. Escuchémosle:<br />
La ejemplaridad de la Santísima Virgen en este campo dimana del hecho que Ella<br />
es reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad<br />
y de la perfecta unión con Cristo, esto es, de aquella disposición interior con que la<br />
Iglesia, Esposa amadísima, estrechamente asociada a su Señor, lo invoca y por su medio<br />
rinde culta al Padre Eterno.<br />
María es la “Virgen oyente”, que acoge con fe la palabra de Dios: fe, que para Ella<br />
fue premisa y camino hacia la Maternidad divina, porque, como intuyó San Agustín:<br />
“la bienaventurada Virgen María concibió creyendo al [Jesús] que dio a luz creyendo”:<br />
en efecto, cuando recibió del Ángel la respuesta a su duda, “Ella, llena de fe, y concibiendo<br />
a Cristo en su mente antes que en su seno, dijo: “he aquí la esclava del Señor,<br />
hágase en mí según tu palabra”; fe, que fue para Ella causa de bienaventuranza y seguridad<br />
en el cumplimiento de la palabra del Señor; fe, con la que Ella, protagonista y<br />
testigo singular de la Encarnación, volvía sobre los acontecimientos de la infancia de<br />
Cristo, confrontándolos entre sí en lo hondo de su corazón.<br />
Esto mismo hace la Iglesia [-y hacemos nosotros-], la cual, sobre todo en la Sagrada<br />
Escritura, escucha con fe, acoge, proclama, venera la palabra de Dios, la distribuye a los<br />
fieles como pan de vida y escudriña a su luz los signos de los tiempos, interpreta y vive<br />
los acontecimientos de la historia.<br />
María es, asimismo, la “Virgen orante”. Así aparece Ella en la visita a la madre del<br />
Precursor, donde abre su espíritu en expresiones de glorificación a Dios, de humildad,<br />
de fe, de esperanza: tal es el “Magnificat”, la oración por excelencia de María...<br />
“Virgen orante” aparece María en Caná, donde, manifestando al Hijo con delicada<br />
súplica una necesidad temporal, obtiene además una efecto de la gracia: que Jesús,<br />
realizando el primero de sus “signos”, confirme a sus discípulos en la fe en Él (cf. Jn 2,<br />
1-12).<br />
También el último trazo biográfico de María nos la describe en oración: Los<br />
Apóstoles >perseveraban unánimes en la oración, juntamente con las mujeres y con<br />
María, Madre de Jesús, y con sus hermanos= (Act 1-14): presencia orante de María en<br />
la Iglesia naciente y en la Iglesia de todo tiempo, porque Ella, asunta al cielo, no ha<br />
abandonado su misión de intercesión y salvación.<br />
17
“Virgen orante” es también la Iglesia [-somos todos nosotros-], que cada día presenta<br />
al Padre las necesidades de sus hijos, alaba incesantemente al Señor e intercede<br />
por la salvación del mundo.<br />
Finalmente, María es la “Virgen oferente”. En el episodio de la Presentación de<br />
Jesús en el Templo (cf. Lc2, 22-35), la Iglesia, guiada por el Espíritu, ha vislumbrado,<br />
más allá del cumplimiento de las leyes relativas a la oblación del primogénito y de<br />
la purificación de la madre, un misterio de salvación relativo a la historia salvífica:<br />
esto es, ha notado la continuidad de la oferta fundamental que el Verbo encarnado hizo<br />
al Padre al entrar en el mundo (cf. Heb 10, 5B7); ha visto proclamada la universalidad<br />
de la salvación, porque Simeón... reconocía en Él al Mesías...; ha comprendido la<br />
referencia profética a la Pasión de Cristo...<br />
Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la redención alcanza su culminación<br />
en el Calvario, donde Cristo >a sí mismo se ofreció inmaculado a Dios= (Heb.<br />
9,14) y donde María estuvo junto a la Cruz (Jn 19,15) sufriendo profundamente con<br />
su Unigénito y asociándose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose amorosamente<br />
a la inmolación de la víctima por Ella engendrada y ofreciéndola Ella misma<br />
al Padre eterno...<br />
En fin, tomemos conciencia e interioricemos estos tres matices de la ejemplaridad<br />
de María en este aspecto particular de las relaciones entre Ella y la Liturgia:<br />
María oyente<br />
María orante<br />
María oferente<br />
Fijarnos en Ella bajo estos tres aspectos y procurar imitarla, será la mejor garantía<br />
de una verdadera y auténtica devoción y culto a María.<br />
Pues bien, queridas hermanas, con ánimo y alegría, administremos esta rica<br />
herencia de nuestros mayores: la devoción y el culto a MARÍA. Devoción y culto que,<br />
como nos advierte el Concilio Vaticano II, no consiste ni en un sentimentalismo estéril<br />
y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce<br />
a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia nuestra<br />
Madre y a la imitación de sus virtudes (LG 67). Que todo ello os lleve, a todas y a<br />
cada una, queridas hermanas, a una hermosa aspiración: QUIEN ME VEA, QUE<br />
VEA A MARÍA. (Buen fruto de esta celebración jubilar: 50 años de este Monasterio<br />
y Comunidad de Nuestra Señora de los Ángeles!<br />
18
MONASTERIOS ESPAÑOLES DE MONJES JERÓNIMOS<br />
DEDICADOS A SANTA MARÍA<br />
1. Santa María de la Sisla (Toledo)(1374)<br />
2. Santa María de los Ángeles ( Javea - Valencia)(1374)<br />
3. Santa María de Aniago (Valladolid) (1376)<br />
4. Santa María de Guadalupe (Cáceres) (1389)<br />
5. Santa María de la Mejorada (Valladolid) (1396)<br />
6. Santa María de la Murta (Alzira - Valencia) (1401)<br />
7. Santa María de la Armedilla (Valladolid) (1402)<br />
8. Santa María del Frexdelval (Burgos) (1403)<br />
9. Santa María de Montamarta (Zamora) (1407)<br />
10. Santa María de Toloño (Alava) (¿1415?)<br />
11. Santa María de Villavieja (Navarra) (¿1415?)<br />
12. Ntra. Sra. de la Estrella (San Asensio - Logroño) (1419)<br />
13. Ntra. Sra. de Prado (Valladolid) (1441)<br />
14. Santa María del Paso (Madrid) (1455)<br />
15. Santa María del Parral (Segovia) (1447)<br />
16. Santa María de la Victoria (Salamanca) (1477)<br />
17. Santa María de la Concepción (Granada) (1492)<br />
18. Ntra. Sra. de la Luz (Lucena del Puerto - Huelva) (1492)<br />
19. Santa María del Rosario (Bornos - Cádiz) (1495)<br />
20. Santa María de la Esperanza (Segorbe - Valencia) (1495)<br />
21. Santa María de la Piedad (Baza - Granada) (1502)<br />
22. Colegio Sta. Mª de Guadalupe (Salamanca) (1511)<br />
23. Santa María de la Piedad (Valdebusto - Valladolid) (1515)<br />
24 Santa María de Jesús (Tábara - ) (1559)<br />
25. Santa María de los Remedios (Sanlúcar de Barrameda - Cádiz)(1440 - 1567)<br />
26. Santa María de Gracia (Carmona - Sevilla) (1477 - 1567)<br />
27. Santa María del Valle (Ecija - Sevilla) (1486 - 1567)<br />
Casas dedicadas a Santa María 27 45 %<br />
Casas dedicadas a San Jerónimo 13 21,66 %<br />
Casas dedicadas a otros santos 20 33,33 %<br />
NOTA: No todas las casas existieron al mismo tiempo. Cuando más, hubo unos 48 monasterios a la vez.<br />
19
APÉNDICE 1<br />
Reina de Todos los Santos. Cantoral nº 3, F. 20s. Monasterio de Espeja. Burgo de Osma. Catedral.<br />
20
APÉNDICE 2<br />
Ntra Sra. de la Carbonera<br />
(Madrid)<br />
Ntra Sra. de Bellaescusa<br />
(Orusco - Madrid)<br />
Ntra Sra. de la Luz<br />
(Huelva)<br />
Ntra Sra. de la Salud<br />
(Garrovillas)<br />
Ntra Sra. de los Remedios<br />
(Yunquera)<br />
Ntra Sra. de la Murta<br />
(Santa María de Alzira)<br />
Concepción Jerónima<br />
(Madrid)<br />
Ntra. Sra. del Rosario<br />
(Bornos - Sevilla)<br />
Ntra. Sra. de Guadalupe<br />
(Cáceres)<br />
22
Ntra Sra. de la Murta<br />
(Alzira - Valencia)<br />
Santa Mª del Parral<br />
(Segovia)<br />
Ntra Sra. de la Piedad<br />
(Baza - Granada)<br />
Ntra Sra. de los Ángeles<br />
(Constantina)<br />
Ntra Sra. de Prado<br />
(Valladolid)<br />
Ntra. Sra. de Guadalupe<br />
(Cáceres)<br />
Ntra. Sra. de los Ángeles<br />
( Jávea)<br />
Ntra. Sra. de la Estrella<br />
(Logroño)<br />
Ntra. Sra. del Valle<br />
(Écija)<br />
23
ALGUNOS TEXTOS MARIOLÓGICOS DE SAN JERONIMO<br />
María Virgen y Madre.<br />
Cristo es virgen, y la madre del virgen es virgen también para siempre virgen y<br />
madre. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entro el interior; en el sepulcro que<br />
fue María, nuevo, tallado en la más dura roca, donde no se había depositado a nadie<br />
ni antes ni después. Ella es la puerta oriental de la que habla Ezequiel, siempre cerrada<br />
llena de luz, que , cerrada, hace salir de sí al Santo de lo Santos la cual el Sol la<br />
justicia entra y sale.<br />
Que ellos me digan como entró Jesús (en el cenáculo) estando las puertas cerradas<br />
... y yo les diré como María es, al mismo tiempo, virgen y madre...<br />
(Ep 49,21, a Pamaquio)<br />
Virginidad perpetua de María.<br />
Creemos que Dios nació de una Virgen, porque así lo hemos leído.<br />
No creemos que María se casó después del parto porque no lo hemos leído.<br />
Y no decimos esto para condenar el matrimonio, pues la misma virginidad es fruto<br />
del matrimonio.<br />
(Adv. Helvid. PL 23)<br />
Eucaristía y maternidad divina.<br />
La tierra ha dado su fruto. La tierra es Santa María, de nuestra tierra, de nuestro<br />
linaje, de esta arcilla, de este barro, de Adán. Esta tierra ha dado su fruto: lo que perdió<br />
en el paraíso, lo recuperó en el Hijo. La tierra ha dado su fruto. Primero dio la<br />
flor. dice el Cantar de los cantares: “Yo soy a flor del campo y el lirio de los valles”.<br />
Así pues, esta flor se ha convertido en fruto para que nosotros la comamos nos alimentamos<br />
con su propia carne. Queréis saber que es ese fruto?. El Virgen que procede<br />
de la Virgen, el Señor de la esclava, Dios hecho hombre; el hijo nacido de la<br />
Madre, el fruto de la tierra ...<br />
(Trac. in Ps 66,6)<br />
24
SI DESEAS INFORMACIÓN VOCACIONAL PONTE EN CONTACTO CON:<br />
Noviciado Orden de San Jerónimo. Monasterio de Santa María del Parral - 40003 Segovia<br />
Teléf. 921 43 12 98 • E-mail: oshsmparral@plan<strong>alfa</strong>.es