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Sabotaje biológico fuzzy
Lo ideal sería poder hacerlo utilizando colorantes ya aprobados
por la Food and Drug Administration y, por ende, considerados
como inocuos para el hombre, en lugar de producir el
tinte desde cero. Pero si este tinte se desarrollara, podría funcionar
como marcador contestatario en los campos y, quizá,
también en los supermercados y en las casas. Una posibilidad
viable es la de usar un kit para hacer test domésticos. Este
marcador actuaría como una etiquetadora de «Hazlo tú mismo»
(htm), que podría obligar a las corporaciones a aplicar
una forma más transparente de etiquetaje. Finalmente, con
esto se demostraría a las corporaciones que el futuro de las
biotecnologías, y de los transgénicos en particular, se convertirá
de un modo u otro en un asunto de política pública.
La esperanza de pasar de lo posible a lo real reside en hacer
ver a todas las corporaciones que en realidad son vulnerables y
que el interés público debe entrar a formar parte de sus procedimientos
de producción y distribución. Con una presión tal,
es posible que estas empiecen a investigar por iniciativa propia
sobre los procedimientos a seguir en caso de problemas o
emergencias, simplemente por el riesgo de perder beneficios
(algo que en el fondo sería un golpe bajo para su imagen). No
hay que olvidar sin embargo que este plan no es una solución
inmediata; su desarrollo podría llevar años, pero puede hacerse.
Identificar objetivos específicos es una tarea ardua. Al igual
que el hacking electrónico de cierto nivel, el hacking genético
y la ingeniería inversa son tácticas muy especializadas, lo que
explica por qué de momento las corporaciones no se sienten
amenazadas. La revolución de los ogm ha sido incruenta
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