Argentina - CLUB BERLIN (Buenos Aires)
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Rumbo a lo imposible<br />
Las expediciones alemanas a los hielos continentales, 1914-1916<br />
Resulta irónico que uno de los lugares más fríos e inhóspitos del planeta haya sido el escenario,<br />
en el cual las relaciones argentino-alemanas de comienzos del siglo XX hayan vivido uno de<br />
sus momentos más cálidos.<br />
La suposición de que debía existir una conexión entre los grandes lagos del sur de la<br />
Patagonia oriental (Argentino, Viedma y San Martín) y los fiordos del Pacífico ya había seducido<br />
a muchos exploradores hacia 1916. Entre ellos se encontraba el geólogo alemán Rudolf<br />
Hauthal. Como miembro de la delegación argentina en la Comisión de Límites, Hauthal realizó<br />
entre 1899 y 1900 una exhaustiva investigación de un glaciar al que llamó Bismarck.<br />
Pocos años después cambiaría de nombre para convertirse en lo que es hoy uno de los íconos<br />
de la <strong>Argentina</strong> de hoy: el glaciar Perito Moreno.<br />
Durante sus años de investigación Hauthal intentó cruzar la Cordillera desde el Lago<br />
Argentino hacia el fiordo Peel, en el lado chileno, pero no pudo ganar el interior de las montañas<br />
para encontrarse con el mar de hielo que allí aguardaba. Ese honor le correspondió a los<br />
miembros de la expedición Flora <strong>Argentina</strong>, compuesta por el químico alemán Fritz Reichert,<br />
el botánico Cristóbal M. Hicken, el botánico y biólogo Lucien Hauman-Merck, el pintor Juan<br />
Jörgensen y el peón chileno Rojas.<br />
Si bien los miembros de esta expedición llegaron el 27 de febrero de 1914 “marchando a través<br />
de un suelo inexplorado y virgen, por ningún pie hollado” desde el Canal de los Témpanos del<br />
Lago Argentino hasta los glaciares que descienden al fiordo San Andrés en Chile, no pudieron<br />
descender hasta el Océano Pacífico debido a las inclemencias del tiempo. No obstante, pudieron<br />
dar un testimonio auténtico sobre los secretos que allí aguardaban a las generaciones futuras.<br />
Como consecuencia de esta primera expedición a la región del Lago Argentino, la Sociedad<br />
Científica Alemana de <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong> preparó una expedición de exploración a los glaciares de la<br />
región del lago Viedma. Formaron parte de ella el geógrafo Franz Kühn, el químico Alfred Kölliker,<br />
el topógrafo Adolf Tomsen, el geólogo Lutz Witte y el pintor Juan Jörgensen. Los acompañaron el<br />
cocinero Augusto Tannert y los peones Pablo Silbermann, Adán Diener y Tobías Buechele.<br />
Fue así que en el verano de 1915/1916 cuatro de estos exploradores –Kölliker, Witte,<br />
Silbermann y Diener– lograron llegar por primera vez a lo más profundo de la zona de los<br />
hielos continentales del lago Viedma. Para ello ascendieron por el valle del río Túnel y cruzaron<br />
por el Paso del Viento al campo de hielo, que atravesaron en dirección noroeste hasta la<br />
vertiente pacífica.<br />
Al igual que la expedición de Reichert y Hicken, tampoco ellos pudieron descender al mar por<br />
los temporales reinantes en esas latitudes. Kölliker, cuyas fotografías cubren los hielos en un<br />
ángulo de 360 grados, describió sus impresiones en el libro In den Einsamkeiten Patagoniens,<br />
publicado en 1926: “El campo helado que se extiende entre los dos cordones de cerros Adela y<br />
Mariano Moreno, se extiende desde el lago Viedma en semicírculo, hacia el Norte, para perderse<br />
en el horizonte. Dominamos con nuestra vista una extensión de más o menos 100 kilómetros de<br />
Norte a Sur y aún no logramos ver ninguno de los extremos del campo helado”.<br />
Varias son las huellas que recuerdan todavía hoy que las dos primeras expediciones que pudieron<br />
cruzar los Hielos Continentales en dirección Este-Oeste estaban integradas por representantes<br />
de la comunidad científica alemana, que desarrollaban sus actividades en dependencias públicas<br />
argentinas.<br />
Se recuerda también que aún en plena Guerra Mundial algunos lograron ver más allá del rencor<br />
y del enfrentamiento de toda una época. Su legado nos queda en la magia de lugares como<br />
Paso del Viento, Cerro Witte, Nunatak Witte, Cerro Kölliker, Glaciar Hicken, Cordillera Reichert<br />
y Cordón Adela (este último llamado así en referencia a la madre de Alfred Kölliker), que se<br />
convirtieron en destinos del alpinismo internacional.<br />
La expedición alemana sobre el Hielo Continental en 1916.<br />
(Foto: A. Kölliker / Del libro In den Einsamkeiten Patagoniens).<br />
Hans A. Schulz<br />
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