C A N C U N R I V I E R A M A Y A - Alter Ego

EL AUGE RELOJERO
Una obra en tres actos
THE
WATCH BOOM
A play in three acts
Por / By:
FRANCISCO ARMAND
12 HARRY WINSTON - Project Z6
El auge de mercado relojero en la década
2000-2010, nos ha dejado en claro que los
relojes de muñeca llegaron para quedarse, sin
embargo después de 8 años de crecimiento
ininterrumpido la industria relojera, al igual que el
resto de las industrias del mundo, se vio afectada
por la crisis financiera detonada en 2008. Como
toda crisis hubo sus muertos y heridos, tal fue el
caso de la empresa fabricante de complicaciones
relojeras BNB Complications dirigida por Matías
Butet, el rumor corría en enero del 2010 en la
apertura del Salón de la Alta relojería en Ginebra
(SIHH). La atmósfera del evento fue de
preocupación, de reflexión: la bonanza había
terminado, el exceso se acabó, ahora hay que
volver a los orígenes… a la tradición. La obra de
teatro llegó a su clímax. Estamos siendo testigos de
una obra de teatro en tres actos y ya vamos en el
Segundo Acto.
¿Y por qué en tres actos? Le explico: el Primer
Acto fue la reactivación de la industria relojera, el
cual fue un proceso relativamente largo que inició
la década de los 80s, fue cuando los relojes
mecánicos de nuevo estuvieron en el gusto de los
consumidores. Poco a poco las preferencias por la
relojería mecánica fueron desplazando a los relojes
The boom in the watch market during the
decade of 2000 - 2010, made clear that wrist
watches are here to stay; however after 8
years of non-stop growth, the watch industry, as
with all other industries worldwide, was hurt by the
financial crisis detonated in 2008. As in every crisis
there were some casualties. That was the case with
the manufacturer of watch complications BNB
Complications, directed by Matthias Butet, in
January of 2010 during the opening of the
International Hall of Fine Watchmaking (SIHH in
French) rumours of this bankruptcy were the talks
of the day. The atmosphere at the event was one of
apprehension and reflection: the bonanza was over,
the excess was over and now the industry had to
turn to its roots… to tradition. The play arrived at
its climax. We are being witnesses of a three act
play, and we are already enjoying the Second Act.
Why three acts? Let me explain: the First Act
was the reactivation of the watchmaking industry,
which was a relatively long process that began in
the 80’s, when mechanical watches were back again
in the costumers tastes. Little by little preferences
for mechanical watches were displacing quartz
watches when in the 90’s wrist watches burst into
the auction market as an important collector’s item.
de cuarzo y en los 90s los relojes de pulsera
irrumpen en el mercado de las subastas como un
producto importante de colección. La suerte estaba
echada: el reloj mecánico estaba de nuevo en el
escenario y en las muñecas del mundo…
Segundo Acto. Este fue consecuencial del
primero, pues al aumentar la demanda de relojes
mecánicos, se genera una mayor oferta de marcas y
se abren más fábricas de relojes. A su vez se
genera una tensión en las líneas de producción
relojera, con los respectivos recortes en las
existencias de movimientos, especialmente los del
mayor fabricante de calibres del mundo: Grupo
Swatch con ETA, Fréderic Piguet, Unitas y Lemania
entre otros.
Ante tal demanda de movimientos, Grupo
Swatch advierte que para el 2010 dejará de surtir
movimientos a las fábricas ajenas al conglomerado
relojero. Esto aunado al frenesí de los relojes
mecánicos y tuvo un efecto decisivo en el curso de
la industria relojera; el nacimiento de nuevas
manufacturas y el crecimiento acelerado de otras,
como es el caso de Soprod, Dubois Depráz, Sellita,
Vaucher Manufacture, el propio Christophe Claret,
Renuad et Papi, AGH Complications, sólo por
mencionar algunas.
The dice was on the table: the mechanical watch
was once more on the stage and on the wrists of
the world…
Second Act. This was the consequential result
of the first act. When the demand for mechanical
watches increased, it generated a greater offer of
watch brands, and more watch factories opened. At
the same time tension in the lines of production
was created, with the respective cuts in the stocks
of movements, especially those from the largest
calibre manufacturer in the world: the Swatch
Group with ETA, Fréderic Piguet, Unitas and
Lemania among others.
Facing such an increase in the demand for
movements, the Swatch Group warned that in 2010
it would stop supplying movements to watchmakers
unrelated to the Swatch conglomerate. This,
added to the frenzy for mechanical watches, had a
decisive effect on the course of the watchmaking
industry; the birth of new manufactures and the
accelerated growth of others, as was the case of
Soprod, Dubois Depráz, Sellita, Vaucher
Manufacture, Christophe Claret, Renuad et Papi,
AGH Complications, just to mention a few.
This is the core of the Second Act, the genesis
of watch brands, of watch manufacturers and
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