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DT 53-Armando_Martinez_Web - ielat

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<strong>Armando</strong> Martínez. La ambición desmedida: una nación continental llamada Colombia(IELAT‐ Agosto 2013)Seguía en esta visión de nación como “una sociedad política independiente con unestado soberano” a su maestro, Christian Wolff. En consecuencia, Chiaramonte recalcóque mucho antes de la Revolución Francesa ya el concepto de nación, entendido como“una concertación de intereses comunes que necesariamente obliga a establecer unaautoridad pública para ordenar y dirigir a cada uno lo que debe hacer con relación alprincipio de asociación” (Vattel), aparecía en escritores de amplia difusión en losambientes culturales alemán y francés.En 1758 ya Vattel había establecido en su obra que en el acto de asociaciónpolítica cada ciudadano se sometía a la autoridad del cuerpo entero para todo lo queinteresara al bien común”. Toda nación tiene que gobernarse a sí misma, bajocualquier régimen, pero sin dependencia de algún poder extranjero, para considerarseun Estado soberano. Como sus derechos son naturalmente los mismos que los demásestados, se consideran persona morales que viven relacionadas en una sociedadnatural, sometida al Derecho de Gentes. En consecuencia, para que una nación tengael derecho de pertenecer ingresar en la gran Sociedad, tiene que ser verdaderamentesoberana e independiente, es decir, autogobernada por su propia autoridad y por lasleyes.Toda retórica nacional basada en las ideas de Vattel necesariamente erarevolucionaria, pues la imaginación política que consistía en hacer transitar un reino devasallos de un rey soberano a cuerpo nacional autogobernado por sus propias leyestenía que conducir, tarde o temprano, a una declaración de independencia política.4. La escurridiza nación entre los estados provinciales de la Nueva Granada.La experiencia del Congreso Constituyente de Venezuela, instalado en Caracas el 2 demarzo de 1811 con 30 de los 42 diputados de las provincias de la antigua CapitaníaGeneral de Venezuela, fue políticamente exitosa para el diseño del proceso deconstrucción de una nueva nación, si se la compara con la fallida experiencia delprimer Congreso General de las provincias del Nuevo Reino de Granada que habíadesconocido la autoridad de la Regencia, instalado en Santa Fe el 22 de diciembre de1810, y con el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada que se instalóen la Villa de Leiva el 4 de octubre de 1812. En el primer caso, el proyecto de un únicocuerpo político nacional se abrió paso, mientras que en el segundo no fue posible elavance hacia su formulación constitucional.Recordemos que el 3 de julio de 1811 fue puesto a debate en el CongresoConstituyente de Venezuela el grave asunto de la oportunidad de emitir unadeclaración de independencia, la cual fue aprobada dos días después. En su texto seofreció una justificación razonada para concluir que la necesidad del tránsito a laconstrucción de una nueva nación, según las razones de Vattel (“es ya de nuestroindispensable deber proveer a nuestra conservación, seguridad y felicidad”) y, además,Citado por José Carlos CHIARAMONTE en “Mutaciones del concepto de Nación durante el siglo XVIII y laprimera mitad del XIX”, en Nación y Estado en Iberoamérica. El lenguaje político en tiempos de lasindependencias, Buenos Aires, Sudamericana, 2004, 34.Instituto de Estudios Latinoamericanos – Universidad de Alcalá | 64

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