YOUKALI, 3 página 14 <strong>el</strong> materialismoEL MATERIALISMO:UNA PRÁCTICA DE LA MIRADApor Juan Pedro García d<strong>el</strong> Campo *La palabra es <strong>el</strong> instrumento básico de la interacciónhumana con <strong>el</strong> mundo. No sólo porque, como la tradiciónpsicoanalítica ha venido a concluir, a su travésse constituya la unicidad libidinal d<strong>el</strong> “yo soy”, sinoporque sólo simbólicamente es posible dotar almundo de una unidad (o de una “entidad”, más simplemente)en cuya virtud quepa proyectar sobre éltanto la actuación como <strong>el</strong> conocimiento: siendo lapalabra <strong>el</strong> símbolo de los símbolos o, si se prefiere, <strong>el</strong>código de los códigos, es desde <strong>el</strong>la y por su articulaciónen <strong>el</strong> discurso que se produce ese curioso fenómenoque llamamos “mundo”. En este sentido, portanto, paradójicamente, cabe entender la plausibilidadde aqu<strong>el</strong>la prédica que pretendía colocar al“<strong>ver</strong>bo” como principio, y que narraba <strong>el</strong> surgimientod<strong>el</strong> mundo como “dictum” sucesivo o como unnombrar que se hace carne: plausible como todo loideológico, que sólo tiene fuerza de convicción cuandose superpone a lo fáctico y, conservando la tramade su presencia ante los ojos, lo interpreta por sucuenta y lo integra en la discursividad previa de losimbólico d<strong>el</strong> Orden.El conjunto de datos que son captados por losórganos de los sentidos, por los ojos por ejemplo,carecen de capacidad referencial o informativa si noson estructurados simbólicamente y ordenados significativamentepor la actividad de la mente humana:La palabra, como metáfora de los discursos enque se articula <strong>el</strong> sentido, es <strong>el</strong> nombre de un mirar,necesariamente simbólico, que ordena y vehiculaunos datos que sólo por <strong>el</strong>la adquieren plenitud significativa.Hay una realidad que se impone a cualquiermirada como aqu<strong>el</strong>lo que no puede ser obviado,como constancia “física” d<strong>el</strong> ser circundante,pero sin la mediación física de nuestro cuerpo y sin lamediación simbólica de “lo imaginario” que conviert<strong>el</strong>os datos percibidos en información significativa,no hay mirada sobre <strong>el</strong> mundo: sin mediación“humana” no hay mundo percibido sino impactosperceptivos en la debilidad fisiológica d<strong>el</strong> ser-homínido.En este sentido (¿pero quién podría pensar enotro sino los ideólogos de lo previo fundante e infundado:de la palabra como absoluto, divino u ontológico?)la palabra es <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> mundo, y sus articulacionesdiscursivas son otros tantos mecanismospara su con<strong>ver</strong>sión en campo posible para la actuaciónhumana: la palabra (retomando de nuevo paradójicament<strong>el</strong>a expresión utilizada por D<strong>el</strong>euze-Guattari a propósito de la literatura) sólo es “significativa”en la medida en que es apertura de un “agenciamiento”,en tanto que origina y pone en funcionamientouna “máquina” de significación y/o sentido.* El presente artículo forma parte de un libro d<strong>el</strong> propia autor titulado Opaco, demasiado opaco, que será publicado en los próximosmesesISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.net
La mirada de los humanos sobre <strong>el</strong> mundo, por eso,es siempre, necesariamente, una mirada simbólica:construida desde una cierta codificación o articulaciónde los símbolos en cuya virtud reconocemoscomo coherente con nuestra actividad habitual lopercibido, “naturalizándolo” como evidencia que secorresponde sin sobresaltos con las formas históricamentecodificadas de nuestra conducta y de nuestrosaber-para-la-supervivencia. No hay, pues, en <strong>el</strong>ámbito humano, una mirada física neutral y neutra:toda mirada “humana” es una mirada simbólica. Unamirada cargada de códigos y normas y, al tiempo,una mirada que carga de códigos y normas <strong>el</strong> mundoal que se aplica. Una mirada que hace “natural” y“evidente” (es decir, coherente con <strong>el</strong> uni<strong>ver</strong>so “cultural”de sentido en <strong>el</strong> que nuestra humanidad seconforma) aqu<strong>el</strong>lo que con su constitución concuerda.Una mirada, por eso, que es siempre “de-la-integración”e “integrada”, una mirada que sólo problematiza<strong>el</strong> mundo y su orden si problematiza la pretensión(inducida por la coherencia simbólica de lovisto con la construcción simbólica de la mirada) deser una mirada neutra.El materialismo es una práctica de la mirada: unamanera de mirar, un punto de vista. Más exactamente,un empecinamiento en mantener siempre <strong>el</strong> mismopunto de vista: no, desde luego, un punto de vistacualquiera, sino <strong>el</strong> de quien se niega a admitir la introducciónen <strong>el</strong> discurso de un Absoluto fundante,de un Orden o de un Sentido previos; <strong>el</strong> de quienrechaza cualquier tipo de sobreentendido, cualquierprincipio de autoridad o cualquier tipo de trascendencia.El materialismo es la mirada que, sabiendoresultante (y resultante de un proceso histórico, realy “material” muy concreto: <strong>el</strong> proceso de naturalizaciónsimbólica de la impotencia y d<strong>el</strong> sometimiento)la integración y <strong>el</strong> orden, lo mira desde fuera parainsistir en la necesidad de su ruptura. El materialismoes, haciendo nuestra la expresión althusseriana,<strong>el</strong> empeño por explicar sin contar(se) cuentos. Nadamás simple y, al tiempo, nada más complejo. Nadamás simple porque no exige la adhesión a dogma o aprincipio supremo alguno. Nada más complejo porquesupone la ruptura con la palabra que construye lasubjetividad dominada. Apuesta simple, porque lo essólo por la mirada abierta. Empeño comprometidoporque equivale a romper con los lugares comunesde la evidencia cultural y simbólica que la normavehicula: con la mirada d<strong>el</strong> Orden.Primer y fundamental aserto: hay una mirada-d<strong>el</strong>orden,y es posible también una mirada-otra; segundoaserto, no menos importante: en la diferenciaentre ambas, precisamente, está la que hay entre <strong>el</strong>idealismo y <strong>el</strong> materialismo, y no en otra cosa.Hay, ciertamente, una mirada d<strong>el</strong> Orden, unamirada construida sobre la aceptación incuestionablede un orden social que sustenta su irrebasabilidaden la afirmación de un Absoluto fundante, de unSentido que todo lo ordena y d<strong>el</strong> que todo depende,una mirada de la “presencia”, una mirada d<strong>el</strong> sometimientoa lo inmutable, una mirada de la impotencia,una mirada de la ignorancia y de su sublimaciónmítica o r<strong>el</strong>igiosa, una mirada que pretende anidar lamorada d<strong>el</strong> Ser, una mirada metafísica.Y frente a <strong>el</strong>la hay una mirada d<strong>el</strong> conocimiento o,lo que es lo mismo, d<strong>el</strong> “no contar(se) cuentos”, unamirada de la potencia, de la afirmación de la liberaciónposible, d<strong>el</strong> rechazo d<strong>el</strong> sometimiento y d<strong>el</strong>cuestionamiento continuo de la “naturalidad” y la“inmutabilidad” d<strong>el</strong> orden dado, una mirada queniega la resignación ante la impotencia, una mirada,por tanto, desfundamentadora d<strong>el</strong> poder y de su ejercicio,una mirada crítica y desmitificadora: porque enúltimo término, íntimamente unidas, son esas doslas cuestiones que, para <strong>el</strong> pensamiento, están siempreen juego: la d<strong>el</strong> poder y la d<strong>el</strong> conocimiento. Nadatiene de extraño que fueran los griegos los que, en lamisma época y (evidentemente) frente a los mismosproblemas, los que inventaran la ciencia, la filosofía yla democracia.YOUKALI, 3 página 15 <strong>el</strong> materialismoISSN:1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.net
- Page 2 and 3: Youkali: revista crítica de las ar
- Page 4 and 5: EDITORIALCon unos días de retraso
- Page 6 and 7: YOUKALI, 3 página 6 el materialism
- Page 8 and 9: YOUKALI, 3 página 8 el materialism
- Page 10 and 11: YOUKALI, 3 página 10 el materialis
- Page 12: YOUKALI, 3 página 12 el materialis
- Page 19 and 20: te distinto, desempeñado por los
- Page 21: Lo cierto es que si atendemos al co
- Page 24 and 25: YOUKALI, 3 página 24 el materialis
- Page 26 and 27: YOUKALI, 3 página 26 el materialis
- Page 28 and 29: YOUKALI, 3 página 28 el materialis
- Page 30 and 31: YOUKALI, 3 página 30 el materialis
- Page 32 and 33: YOUKALI, 3 página 32 el materialis
- Page 34 and 35: YOUKALI, 3 página 34 el materialis
- Page 36 and 37: YOUKALI, 3 página 36 el materialis
- Page 38 and 39: YOUKALI, 3 página 38 el materialis
- Page 40 and 41: YOUKALI, 3 página 40 el materialis
- Page 42 and 43: YOUKALI, 3 página 42 el materialis
- Page 44 and 45: YOUKALI, 3 página 44 el materialis
- Page 46 and 47: YOUKALI, 3 página 46 el materialis
- Page 48 and 49: YOUKALI, 3 página 48 Sel materiali
- Page 50 and 51: YOUKALI, 3 página 50 el materialis
- Page 52 and 53: YOUKALI, 3 página 52 el materialis
- Page 54 and 55: YOUKALI, 3 página 54 el materialis
- Page 56 and 57: YOUKALI, 3 página 56 el materialis
- Page 58 and 59: YOUKALI, 3 página 58 el materialis
- Page 60 and 61: El amor libreYOUKALI, 3 página 60
- Page 62 and 63: YOUKALI, 3 página 62 el materialis
- Page 64 and 65:
YOUKALI, 3 página 64 el materialis
- Page 66 and 67:
YOUKALI, 3 página 66 el materialis
- Page 68 and 69:
YOUKALI, 3 página 68 el materialis
- Page 70 and 71:
YOUKALI, 3 página 70 el materialis
- Page 72 and 73:
YOUKALI, 3 página 72 el materialis
- Page 74 and 75:
YOUKALI, 3 página 74 Elementos de
- Page 76 and 77:
YOUKALI, 3 página 76 Elementos de
- Page 78 and 79:
YOUKALI, 3 página 78 Elementos de
- Page 80 and 81:
YOUKALI, 3 página 80 Elementos de
- Page 82 and 83:
YOUKALI, 3 página 82 Elementos de
- Page 84 and 85:
YOUKALI, 3 página 84 Elementos de
- Page 86 and 87:
YOUKALI, 3 página 86 Elementos de
- Page 88 and 89:
YOUKALI, 3 página 88 Elementos de
- Page 90 and 91:
YOUKALI, 3 página 90 Elementos de
- Page 92 and 93:
YOUKALI, 3 página 92 Elementos de
- Page 94 and 95:
YOUKALI, 3 página 94 Elementos de
- Page 96 and 97:
YOUKALI, 3 página 96 Elementos de
- Page 98 and 99:
YOUKALI, 3 página 98 Elementos de
- Page 100 and 101:
YOUKALI, 3 página 100 Elementos de
- Page 102 and 103:
YOUKALI, 3 página 102 Elementos de
- Page 104 and 105:
YOUKALI, 3 página 104 Elementos de
- Page 106 and 107:
YOUKALI, 3 página 106 Elementos de
- Page 108 and 109:
YOUKALI, 3 página 108 Elementos de
- Page 110 and 111:
YOUKALI, 3 página 110 Análisis de
- Page 112 and 113:
YOUKALI, 3 página 112 Análisis de
- Page 114 and 115:
YOUKALI, 3 página 114 Análisis de
- Page 116 and 117:
YOUKALI, 3 página 116 Análisis de
- Page 118 and 119:
YOUKALI, 3 página 118 Análisis de
- Page 120 and 121:
YOUKALI, 3 página 120 Análisis de
- Page 122 and 123:
YOUKALI, 3 página 122 Análisis de
- Page 124 and 125:
YOUKALI, 3 página 124 Análisis de
- Page 126 and 127:
YOUKALI, 3 página 126 Análisis de
- Page 128 and 129:
YOUKALI, 3 página 128 Un clásico,
- Page 130:
YOUKALI, 3 página 130 Un clásico,