10.07.2015 Views

ver el número completo - Youkali

ver el número completo - Youkali

ver el número completo - Youkali

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hanna continúa tomándose <strong>el</strong> sol d<strong>el</strong> D<strong>el</strong>ta.Hubiera preferido remar, pero a <strong>el</strong>los les gusta <strong>el</strong> motor que ruge en vez de los rumores d<strong>el</strong> río. Tiramos ancla,finalmente, cerca d<strong>el</strong> arroyo Abra Vieja. Camalotes henchidos de agua. Algunos patos pasan atraídos por losjuncos, que se bambolean debido al aire fresco. Más tarde, <strong>el</strong> sonido d<strong>el</strong> silencio, apenas interrumpido poralgunos pájaros. También, un largo suspiro de Hanna. Te quiero, Hanna, me casaré con vos y Martín no vaa darte ningún beso.Por la noche nos encontramos en la fiesta que organizó una amiga de Reynaldo para c<strong>el</strong>ebrar nunca supimosqué, porque <strong>el</strong>la habla tanto que no coordina. A la medianoche, sus padres nos dejaron la casa. No me gusta<strong>el</strong> barrio de San Isidro, soy un bicho de ciudad. A veces, aunque podría alcanzarme <strong>el</strong> chofer, subo a un colectivopor <strong>el</strong> afán de recorrer San Juan y Boedo, las avenidas Corrientes, B<strong>el</strong>grano y Paseo Colón, los alrededoresde Alsina y <strong>el</strong> barrio de Barracas sur. Rincones de Buenos Aires, construida de culo al río, que re<strong>ver</strong>beranen <strong>el</strong> cuatro por cuatro - música de malevos y d<strong>el</strong> bajo fondo.Se arma la batahola entre dos parejas que compiten en <strong>el</strong> baile. El estruendo de la música y <strong>el</strong> olor a cigarrillome hastían lo suficiente como para huir y quedar desparramado en <strong>el</strong> sillón rococó de la recepción. Abrola ventana de par en par y observo al grupo retorciéndose al compás de un mambo, luego de un fox trot. Salvodos chicas con caderas mullidas como un edredón, que no bailan y se pasean por la pista, las otras muevensus piernas y brazos con entusiasmo. Parecen salidas de una pantalla de cine: sonrisa de propaganda, cinturaavispa y pollera acampanada.¿Te aburrís, <strong>ver</strong>dad? – Hanna se sienta a mi lado. No tiene la b<strong>el</strong>leza que imponen las reglas autoritarias d<strong>el</strong>a moda, ni siquiera su p<strong>el</strong>o parece recién peinado, lleva escaso maquillaje y no fuma.- Sos vos la que te aburrís siempre, Hanna. Yo tengo cuerda para rato. Le sonrío. Me abalanzaríasobre <strong>el</strong>la para improvisar una lucha cuerpo a cuerpo en ese mismo sillón. (No lo mancharíamos.)Me contengo. Veo sus piernas, parecen aún más largas sin <strong>el</strong> traje de baño azul. La parte más jugosa escondidatras <strong>el</strong> vestido. No hablamos mucho, nos miramos. De pronto Omar, como caído d<strong>el</strong> infierno, se mete ypondera la ciencia, qué imbécil.No me extraña tanta devoción, con tu padre médico… – meto baza, furioso, por haber sido invadido con supresencia. Es menos costoso ir a la iglesia – continúo-, prefiero los fanatismos con fines más humanos. Omarme contesta que la ciencia salva vidas, yo le replico que vidas, no almas. Él, que la r<strong>el</strong>igión es como <strong>el</strong> opio.Yo: resultaste comunista. Él: no seas ignorante, hombre, creer no significa negarlo todo, parecés un sacerdote.Yo: repetís cosas de Marx y ni siquiera sabés quién es…, y antes de que nos agarremos a trompadas, Hannanos pide alguna bebida h<strong>el</strong>ada, se muere de sed.El capitán nos avisa que <strong>el</strong> barco está listo. Zarpamos. Hanna baja a buscar no sé qué cosa. Sus hombros sehan ensanchado por la gimnasia y al agachar su cabeza debido a la escalera, me doy cuenta de que <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o haperdido los reflejos dorados que me llamaron la atención la primera vez en <strong>el</strong> Rowing. Me habría gustadoinvitar a los Durañona, pero <strong>el</strong>la no quiso. No me aburriré, <strong>el</strong> Río de la Plata tiene sus mañas y quizá tengamosalgún chapuzón antes de Carm<strong>el</strong>o, pese a que <strong>el</strong> capitán insiste en una travesía sin sorpresas.Cuando volví de aqu<strong>el</strong>la fiesta, mi madre estaba esperándome. Debés graduarte antes que conocer a nadie.Como si hubiera tenido la bola de cristal entre sus manos. Tu padre, empresario, <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o, rentista, y heredarásmis campos: para las chicas sos un buen partido. Lo mejor es graduarte de abogado, no se te ocurrapensar en casamiento, los Santa Coloma te ofrecen un puesto importante en su empresa por si no querésejercer la abogacía, no sé si me explico… y tal.ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.netYOUKALI, 3 página 87 Elementos de producción crítica

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!