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DOCTRINA DE SALVACION I - Cumorah.org

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LOS SANTOS SON LA MEJOR GENTE. Somos, a pesar de nuestras debilidades, la mejor gentedel mundo. Yo no lo digo jactanciosamente, pues creo que esta verdad es evidente por sí misma a todosaquellos que se sientan inclinados a observar personalmente. Somos moralmente limpios, en toda formaiguales —y en muchas otras formas, superiores— al resto de la gente. La razón de esto es que hemosrecibido la verdad, el evangelio del Señor Jesucristo. Para nosotros el evangelio no es la letra muerta, algopara considerarse tal vez durante el día de reposo y olvidarse durante los seis días restantes de la semana,sino que nuestra religión es de todos los días. Se espera que vivamos de acuerdo con los principios de laverdad cada día de nuestra vida, pues estos principios son verdaderos, tanto a mediados de la semanacomo en el día de reposo. 17 PRIVILEGIOS Y <strong>DE</strong>BERES <strong>DE</strong> LOS SANTOSEL PRIVILEGIO <strong>DE</strong> VIVIR AHORA, CUANDO EL EVANGELIO ESTÁ AQUÍ EN LA TIERRA.Mi deseo es ver a los demás participar de la luz de la verdad tal como ha sido revelada. Todos podemosregocijarnos por el hecho de haber nacido en esta dispensación en la cual se nos da la oportunidad deconocer y comprender la verdad. Muchas veces le he agradecido al Señor por no haber sido mandado a latierra durante las edades de obscurantismo o cuando el evangelio no estaba entre los hombres. Auncuando no tuviéramos nada más, este gran privilegio de vivir ahora cuando la plenitud de la verdad hasido revelada, es una bendición tan maravillosa como cualquier otra que pudiéramos anhelar.Una de las cosas que yo conozco y que me extraña es el hecho de que la gente vive al alcance de lasombra protectora del evangelio pero no quiere nada de él. Cierran sus ojos y rehusan ver; cierran susoídos y rehusan oír. Y aun entre los miembros de la Iglesia encontramos a muchos que no quieren vivir enla luz de acuerdo con sus propias convicciones. 18CON<strong>DE</strong>NACIÓN PARA LOS SANTOS PEREZOSOS. El hombre que ha recibido la verdad y sinembargo no ande en ella, merece la mayor condenación. Un miembro de esta Iglesia que se entregue aluso del tabaco, que viole la Palabra de Sabiduría, que rehuse pagar su diezmo, que no santifique el día dereposo, o que en cualquier otra forma no escuche la palabra del Señor, no es leal a La Iglesia de Jesucristode los Santos de los Ultimos Días.Aquí en casa, en las estacas de Sión, aun a la sombra de los templos, se encuentran aquellos queaunque están contados entre los de la Iglesia, no quieren obedecer los mandamientos del Señor. Algunosde ellos han hecho convenios en estos lugares santos y sin embargo no valoran la verdad; no valoran lasenseñanzas de los siervos del Señor y no andan con el conocimiento que poseen, y menos aún con todapalabra que procede de la boca de Dios. Ellos recibirán la mayor condenación. 19NUESTRO PROPÓSITO: EDIFICAR EL REINO. Todo individuo irradia cierta influencia. Nuestrainfluencia debe ser para bien, para la edificación del reino de Dios. No deberíamos tener otro propósito,sino solamente el de llevar a efecto esta gran obra y verla establecida sobre la tierra tal como el Señor loquiere.En los primeros días de la Iglesia, los hermanos se dirigieron al profeta José Smith y le preguntaronqué es lo que el Señor quería que ellos hiciesen. La respuesta que les fue dada era “exponer y establecer lacausa de Sión”. Esa es nuestra obra: establecer Sión, edificar el reino de Dios, predicar el evangelio acada criatura en el mundo de forma que ni una sola alma quede a un lado si es que existe la oportunidadde que le presentemos la verdad. 20MANTENER EL NOMBRE <strong>DE</strong> LA IGLESIA POR ENCIMA <strong>DE</strong> TODA CENSURA. Debemos,como Iglesia y como individuos, mantenernos limpios, con mente y alma puras, sin contaminarnos de lospecados del mundo. Es el deber de cada uno de nosotros mantener sin mancha, individualmente, el buennombre de esta Iglesia.No obstante, hemos sido acusados de muchas cosas. No hay delito que no se haya imputado a losmiembros de la Iglesia. El Señor dijo que así sería, que los hombres malvados hablarían mal de la verdad.Cada vez que ellos lo hacen, deberíamos regocijarnos, no en el hecho de ser acusados por quienes danfalso testimonio, sino por ser inocentes de todas esas cosas. De eso deberíamos regocijarnos. 21117

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