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DOCTRINA DE SALVACION I - Cumorah.org

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traiga a mi mente el uso similar que le dan los blasfemos en la calle. Naturalmente, tal cosa como unaexpresión inapropiada nunca pasó por la mente ni fue la intención de quien ofreció la oración.LA ORACIÓN ES PARA NUESTRO BIEN. Luego tenemos que no oramos ni dirigimos ejerciciosreligiosos en bien de El, sino por el nuestro propio. Nuestro Redentor ha hecho todo lo que es esencialpara nuestra salvación, y nos ha enseñado que si lo servimos con toda nuestra alma y todos nuestros días,aun así somos siervos inútiles y habremos hecho solamente aquello que era nuestro deber hacer. Pablodice que fuimos comprados por un precio y no nos pertenecemos. 42 Nuestro Redentor tiene perfectoderecho de mandarnos y todo lo que hagamos es para nuestro bien; El puede obrar sin nosotros, peronosotros no podemos obrar sin El. Se nos dice que somos siervos inútiles, 43 y lo somos si es que estamospensando en pagarle a nuestro Salvador lo que El ha hecho por nosotros, pues eso nunca lo podremoshacer; y no podemos colocar a nuestro Salvador en nuestro débito, no importa el número de obras quehagamos ni una vida plena de servicio fiel.ORAR EN EL NOMBRE <strong>DE</strong> CRISTO. ¡Cuánto mejor es que en nuestra adoración y en nuestrasoraciones, al llegar al final, terminemos lo que estamos haciendo con una declaración simple y sencillasegún se nos ha mandado hacer, esto es “en el nombre” de Jesucristo, nuestro Señor! 44CRISTO NUESTRO HERMANO MAYOR. Otra expresión que está encontrando lugar entrenosotros, especialmente de parte de los oradores y de los que escriben sobre temas del evangelio, esreferirse a nuestro Señor como el Cristo. Naturalmente que no hay, y no puede haber, otro. Se nos hainformado, sin embargo, que su nombre es Jesucristo y que El es el Unigénito del Padre en la carne, peroel Primogénito en el espíritu. El es nuestro Hermano Mayor y fue honrado por el Padre con la plenitud deautoridad y poder como miembro de la gran Presidencia: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Fuecomisionado antes que el mundo fuese formado, para venir a esta tierra y aquí ofrecerse en sacrificio, pormedio del derramamiento de su sangre por los pecados de la humanidad, a condición de suarrepentimiento, y por la transgresión de nuestros primeros padres, la cual acarreó este nuestro estadomortal y caído.CUÁNDO USAR EL TITULO: “EL CRISTO”. El nombre Cristo es un título comparado al deMesías y significa El Ungido y tiene que ver con el oficio de nuestro Salvador. Si las palabras de unorador hacen referencia a la naturaleza y llamamiento de nuestro Señor en el oficio que El posee, entoncesel artículo definido antepuesto al nombre está usado correctamente. Sin embargo, cuando hablamos delRedentor en algún otro sentido que no sea haciendo referencia a su título oficial, es mejor no usar elartículo, sino el nombre completo de nuestro Señor, o, mejor aún, a fin de evitar la frecuente repetición,podemos decir nuestro Redentor o Salvador, el Señor.La gran lección que tenemos que aprender, en toda nuestra prédica, en nuestros escritos yconversaciones, es usar los títulos Divinos moderadamente, no con demasiada familiaridad ni con faltade reverencia. 45¿COMIÓ EL PADRE CON ABRAHAM?EL SEÑOR VISITÓ A ABRAHAM. No tenemos justificación en enseñar que nuestro PadreCelestial, con otros personajes celestiales, bajase, sucio de polvo y muy cansado, y que haya comido conAbraham. Esto no es lo que se enseña en el capítulo 18 de Génesis. El primer versículo de ese capítulodebería decir lo siguiente: “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre.” Ese es un pensamientocompleto. La segunda parte de este párrafo no tiene nada que ver con la aparición del Señor a Abraham ydebería haber otro párrafo u oración expresando: “Y se sentó él a la puerta de su tienda en el calor del día;y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él.” Estos tres hombres eran mortales.Ellos tenían cuerpos y pudieron comer, lavarse y sentarse y descansar de su fatiga. Ninguno de estos tresera el Señor.ABRAHAM AGASAJÓ A SUS HERMANOS. Os daré una clave: era natural que los inglesestradujesen, como aparece en el versículo tres, a y dijesen “Mi Señor” al referirse a personajes distinguidos,9

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