• • • • •F U N D A M E N T O SEn los evang<strong>el</strong>ios aparecen tres pasajes que pueden iluminarestas ideas:1. Si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréisen <strong>el</strong> Reino de los Ci<strong>el</strong>os (Mt. 18, 2).El niño es alguien que confía en los demás, es sencillo,es alguien con quien se juega a gusto, es una personita quese abandona en manos de sus padres y se deja guiar por<strong>el</strong>los.2. Ha ocultado estas cosas a sabios e int<strong>el</strong>igentes y se lashas rev<strong>el</strong>ado a los pequeños (Mt. 11, 25).Pequeños aquí no se trata de niños. Se dirigen estas palabrasa aqu<strong>el</strong>las personas que saben poco y que todavíatienen mucho que aprender, en contraposición con aqu<strong>el</strong>laspersonas que se sienten ricos en cultura y doctrina yque no tienen nada que aprender de nadie.3. Ha puesto los ojos en la humildad de su esclava... derribóa los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes(Lc.l, 48-52).Aquí se habla de la actitud humilde de María contra lasoberbia de los fariseos. Son dos estilos de vida. Este es <strong>el</strong>mensaje hacia un cambio de actitud, hacia un corazón nuevoque busca transformar al ser humano haciéndolo sencilloy no engreído por lo que posee. En otras palabras, noshace capaces de confianza, de abandono, de espera en Dios.Aquí es en donde se da <strong>el</strong> verdadero encuentro de Dios con<strong>el</strong> hombre.Frankl habla en su obra sobre <strong>el</strong> vacío existencial. Es laépoca en que <strong>el</strong> ser humano ha logrado los mayores avancestécnicos de toda su historia; y sin embargo, es <strong>el</strong> periodode su historia en <strong>el</strong> que se ha sentido más vacío existencialmente,desnudo, desprovisto de sentimientos profundos,de humildad, de fe, de esperanza y de amor. Desgraciadamenteno sólo ha dejado de creer en Dios, sino tambiénha dejado de creer en <strong>el</strong> hombre.Quiero terminar con unas palabras esperanzadoras deAntonio Alonso (1986), que dicen así:F<strong>el</strong>ices los que creen en <strong>el</strong> hombre• Porque sabrán esperar en <strong>el</strong> futuro.• Porque amarán al mundo y lo ayudarán en su caminod<strong>el</strong> verdadero progreso.• Porque darán aliento a los cansados.• Porque sabrán sembrar una sonrisa.• Porque alargarán la mano al que se cayó.• Porque dirán todos los días: ¡ad<strong>el</strong>ante!Sí, amigos. Tenedlo por seguro. Desde ahora y parasiempre f<strong>el</strong>ices los que creen en <strong>el</strong> hombre. #• • • • •Ernesto Rage es doctor en Psicología y Desarrollo Humanoy profesor de tiempo en la UIA Santa Fe.BIBLIOGRAFÍAAlonso, A., (1986), Bienaventuranza y lamentos para tiemposdifíciles, Salamanca, Sigúeme.González, L.J., (1990), La liberación para <strong>el</strong> amor,Guadalajara, Font.Leal, 1, Páramo, S., Alonso, J., (1970), La Sagrada Escritura(Nuevo Testamento, Tomo I), Madrid, BAC.Maccise, C, (1986), "La espiritualidad de la inserción: uncamino de Iglesia en América Latina", Chile, Revista Testimonio,45, pp. 579-604.Maccise, C, (1988), "El clamor de los <strong>pobre</strong>s: fuerzainterp<strong>el</strong>ante y transformadora de la Iglesia", Madrid, Revistade Espiritualidad, 47, pp. 233-64.Traducción de varios especialistas (1976) Biblia de Jerusalén,Bilbao, Desclée de Brouwer.Varios, (1982), Nuevo Catecismo para adultos, (Versión íntegrad<strong>el</strong> Catecismo holandés), Barc<strong>el</strong>ona, Herder.Varios, (1993), Catecismo de la Iglesia Católica, Bilbao, Grafo.14• ••
• • • • •F U N D A M E N T O S¿ES ANALIZABLE EL PACIENTE POBRE?Antonio SantamaríaEn 1974, presenté en <strong>el</strong> XIII Congreso NacionalAbierto de Psicoanálisis de la Asociación PsicoanalíticaMexicana, la ponencia que titulé "¿Es <strong>analizable</strong><strong>el</strong> <strong>paciente</strong> <strong>pobre</strong>?", y que desde entonces ha sidoacaloradamente controversial.Es mi propósito reconsiderar por ahora -en otro contexto,<strong>el</strong> universitario-, las ideas que en aqu<strong>el</strong> entoncessostuve. Para <strong>el</strong> efecto, voy a dividir mi exposición en lossiguientes temas: 1) resumen de lo que dije en 1974; 2) loque en aqu<strong>el</strong> entonces se discutió; 3) lo que actualmentereconsidero; 4) algunas sugerencias para analizar <strong>paciente</strong>s<strong>pobre</strong>s; y, 5) reflexiones finales.Mi objetivo va en <strong>el</strong> mismo sentido que enuncié en 1974:"Nunca me ha gustado que al <strong>paciente</strong> <strong>pobre</strong> se le niegue <strong>el</strong>derecho a probar la analizabilidad que solicita" (sic). Por lotanto, mi finalidad es continuar investigando lo óptimo d<strong>el</strong>a instrumentación de sistemas para analizar a la mayoríade los mexicanos: los <strong>pobre</strong>s.I. RESUMEN DE LO QUE DIJE EN 19741. Desde <strong>el</strong> punto de vista de la psicología psicoanalíticad<strong>el</strong> yo, que es la que entonces yo instrumentaba, <strong>el</strong> <strong>paciente</strong><strong>pobre</strong>, <strong>el</strong> <strong>paciente</strong> sin dinero, no es <strong>analizable</strong>. Su altaterapéutica requiere de la satisfacción al menos de estostres requisitos (Kninght, 1941): a) desaparición definitivade los síntomas; b) mejoría d<strong>el</strong> funcionamiento mental; y c)buen ajuste a la realidad.2. Desde la perspectiva de los hechos, de la experienciaclínica, para mi investigación me apoyé en una muestrade 13 <strong>paciente</strong>s de la Clínica d<strong>el</strong> Instituto de Psicoanálisisde la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM) a quienesasistí, como práctica de aprendizaje, durante mi formaciónpsicoanalítica. A dichos <strong>paciente</strong>s no podíacobrárs<strong>el</strong>es mas de $75.00 por sesión (entonces seis dólares).De los 13, sólo dos resultaron <strong>analizable</strong>s; <strong>el</strong> restofue descontinuándose. Los dos <strong>paciente</strong>s estaban al parejoterapéutico cuando presenté la ponencia. Mas de ahíen ad<strong>el</strong>ante uno de <strong>el</strong>los, <strong>el</strong> que era <strong>paciente</strong> homosexualesquizoide, se fue estancando hasta lo imposible; en cambio<strong>el</strong> otro, una mujer que era histérica, continuó hasta sucuración. Efectivamente, no me fue posible analizar a los11 <strong>paciente</strong>s restantes porque presentaban los siguientestres defectos yoicos que según Minuchin (1968), Bernstein(1964) y Reisman (1964) hacen in<strong>analizable</strong>s a los <strong>paciente</strong>s<strong>pobre</strong>s: 1) dificultades de autobservación; 2) incapacidadde comunicar lo observado; y 3) imposibilidad deaceptar a un otro que le dará ayuda.3. En cuanto a los <strong>paciente</strong>s, clasifiqué a los <strong>pobre</strong>s en: 1)<strong>pobre</strong>s <strong>paciente</strong>s <strong>pobre</strong>s (ppp) y 2) <strong>paciente</strong>s mini<strong>pobre</strong>s(pm). Los primeros presentan un "síndrome multicorencialcompleto" (<strong>pobre</strong>za interna y <strong>pobre</strong>za externa); en tantoque los segundos sólo están subcarenciados (<strong>pobre</strong>za externasin <strong>pobre</strong>za interna). Estos últimos en mi opinión son<strong>analizable</strong>s siempre y cuando se tome en cuenta:4. La personalidad d<strong>el</strong> analista. Quienes tengan dificultadesen analizar <strong>paciente</strong>s mini<strong>pobre</strong>s, nada más poreste factor, <strong>el</strong> origen de esta dificultad lo encontrarán enla contratransferencia. Para lo que entonces sólo quedaun remedio: "Más análisis... al analista", a fin de quepueda alcanzar la humildad científica que lo capacitepara analizar <strong>paciente</strong>s mini<strong>pobre</strong>s, sin sentirse autodevaluado.II. LO QUE EN AQUEL ENTONCES SE DISCUTIÓEn general mi ponencia causó enojo y confusión en <strong>el</strong> públicoanalítico y no analítico, aunque más en este último. Sentíque no me entendieron d<strong>el</strong> todo. Comenzaré por <strong>el</strong> enojo:15• ••