• • • • •I N S T R U M E N T O STEATRO:PROPUESTA PARA NIÑOS MARGINADOSViviana Demich<strong>el</strong>is y Ménica Díaza <strong>pobre</strong>za es un problema que ataca especialmentea los grupos vulnerables como son los niños,lo cual es patente en las cifras: en América Latina<strong>el</strong> 48% de los niños son <strong>pobre</strong>s (Figueroa, 1994). En esteartículo expondremos cuáles son los principales efectos d<strong>el</strong>a marginalidad sobre <strong>el</strong> desarrollo de los niños. Por otraparte, propondremos un taller de teatro como intervencióndestinada a aminorar los efectos de la marginalidad.CONDICIONES ADVERSAS PARA EL DESARROLLODE LOS NIÑOS QUE LA POBREZA PROVOCAAlgunos de los problemas que provoca la <strong>pobre</strong>za son lascondiciones de salud deficientes y las condiciones de viviendainadecuadas. También es común que exista hacinamiento,<strong>el</strong> cual conlleva generalmente promiscuidad, faltade privacía y falta de espacios seguros donde jugar. Cu<strong>el</strong>i60• ••
• • • • •I N S T R U M E N T O S(1980) explica que <strong>el</strong> hacinamiento hace difícil <strong>el</strong> establecimientode límites de tipo territorial, sexual, social y familiar.Sin embargo, lo que más afecta <strong>el</strong> desarrollo de los niñosson las condiciones familiares adversas que la <strong>pobre</strong>zagenera. La <strong>pobre</strong>za provoca altos grados de estrés, precipitaconflictos maritales, provoca depresión clínica, bajaautoestima y produce aislamiento. En las familias marginadases común la desintegración. Eggebeen y Lichter (citadospor Garrett, Ng'andu y Ferron, 1994) señalan que entr<strong>el</strong>as familias de escasos recursos, de cada seis familias, cincoestán encabezadas por mujeres. Halpern (1990) explicaque las mujeres de bajos recursos tienen menos fuentes deapoyo práctico y emocional que las de otros niv<strong>el</strong>essocioeconómicos, y esto provoca altos índices de depresión.A su vez, las mujeres que están deprimidas reaccionanmenos a los estados de ánimo de sus hijos y están menosconscientes de lo que <strong>el</strong>los necesitan. Esto provoca nosolamente violencia, sino también negligencia.Por otra parte, es común que en las familias de escasosrecursos los niños experimenten pérdidas significativasdebido al abandono de algunos de los progenitores,muerte de algunos de los hermanos o situaciones imprevistasque pueden hacerlos muy vulnerables. Cu<strong>el</strong>i (1980)explica que la marginalidad se puede definir con la palabra"inconsistencia", porque su mundo es cambiante encuanto al número de miembros en la familia y su estadode ánimo. Lo anterior tiene como consecuencia que <strong>el</strong> niñono desarrolle confianza.En cuanto a las condiciones educacionales, varios autorescomo Pieck Gochicoa y Aguado López (1995) y Carióla(1981) concuerdan en que los sectores más marginadosreciben una educación más <strong>pobre</strong>, tanto en términos deoportunidades como en la naturaleza de la educación mismaque se imparte.Halpern (1990) explica que las escu<strong>el</strong>as a las cuales asistenlos niños de bajos ingresos tienen menos recursos parafavorecer <strong>el</strong> desarrollo de los niños. Además, en estas escu<strong>el</strong>as,a menudo se tienen expectativas muy <strong>pobre</strong>s sobre<strong>el</strong> desempeño de los estudiantes. Quizá es por esto por loque los niños de bajos recursos tienen un desempeño int<strong>el</strong>ectualy social más bajo que los niños de más recursos(Sameroff, citado por Garrett, Ng'andu y Ferron, 1994).Aymerich y Aymerich (1971) afirman que los niños quenacen y se desenvu<strong>el</strong>ven en un ambiente culturalmenteenriquecido, tienen más aptitudes para comprender y asimilarconceptos de orden estético y científico, comparadoscon los niños cuyo ambiente está más em<strong>pobre</strong>cidoculturalmente.61• ••