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Lorris el Elfo - Laura Gallego

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Capítulo I: "El Reino de los Enanos"Viajaron hacia <strong>el</strong> noroeste durante varios días. Los enanos eransilenciosos, reservados y adustos, y <strong>Lorris</strong> echó a menudo de menos asus amigos Evren, <strong>el</strong> <strong>el</strong>fo Nocturno, y Elga, la joven humana, ambosconversadores infatigables a quienes no les importaba responder atodas las preguntas que formulaba <strong>el</strong> curioso <strong>el</strong>fo.Un par de jornadas después de haber abandonado Liadarllegaron hasta <strong>el</strong> arroyo que separaba <strong>el</strong> Reino de los Humanos d<strong>el</strong>Reino de los Enanos.<strong>Lorris</strong>, que había estado durmiéndose sobre su montura, recibióun pescozón d<strong>el</strong> príncipe enano y despertó sobresaltado.-Te encuentras en <strong>el</strong> Reino de los Enanos, <strong>el</strong>fo -le dijo Rak.<strong>Lorris</strong> miró a su alrededor, interesado.Entre los peñascos bajaba salvaje <strong>el</strong> arroyo que marcaba lafrontera. Al otro lado había un extenso bosque de abedules, y másatrás se recortaba contra <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o la oscura silueta de una <strong>el</strong>evadacordillera.-Aquéllas son las montañas en las que se encuentra <strong>el</strong> arkal -explicó Kabi-. Por <strong>el</strong>lo, las dos principales fortalezas enanas, Ard yDenils, se encuentran allí.Prosiguieron la marcha durante dos o tres días más. Según ibanavanzando hacia <strong>el</strong> norte, <strong>el</strong> paisaje iba volviéndose más desnudo yagreste, y los árboles escaseaban más. La piedra fue sustituyendopaulatinamente a la hierba, y los arbustos de espinos comenzaron aabundar.Hasta que una noche llegaron al pie de las montañas.Se detuvieron a descansar al amparo de una gigantesca roca.Mientras los enanos se calentaban al fuego de la hoguera, <strong>Lorris</strong>extrajo un mapa de su saquillo y lo estudió atentamente.-Extraña configuración la de las montañas de tu país -lecomentó al príncipe de los enanos-. Es como si formaran una murallaalrededor d<strong>el</strong> Reino.No esperaba que <strong>el</strong> enano le respondiera, pero Rak, después deun breve silencio, contestó:

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