You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
la compuerta-Oye, tú -le dijo, imitando <strong>el</strong> acento sibilante de los hombres denegro-. Te esperan en la puerta principal.-¿Quién me espera? -preguntó <strong>el</strong> vigilante.-¡Cumple órdenes y no preguntes! -replicó <strong>el</strong> <strong>el</strong>fo.-Pero la compuerta...-Yo me quedaré vigilando.El humano dirigió una temerosa mirada a <strong>Lorris</strong> y se marchórápidamente.Una vez lo hubieron perdido de vista, los enanos dejaron laspalas y <strong>Lorris</strong> se acercó de nuevo a <strong>el</strong>los.Pero cuando iban a introducirse por la compuerta, una mano seposó en <strong>el</strong> hombro de Rak, que cerraba la marcha. El príncipe enanose volvió lentamente, y los otros tres con él.Un figura totalmente cubierta por una capa y una capucha, peroindudablemente enana, los miraba colérica.-Marchaos -dijo solamente.-A mí nadie me da órdenes -replicó Rak orgulloso-. Yo...-"Yo" sí puedo darte órdenes -interrumpió <strong>el</strong> enano-. Por tupropio bien, márchate y déjanos hacer a nosotros.-¿Pero qué...? -protestó Rak.Se vio rodeado de enanos encapotados. <strong>Lorris</strong> se dio cuenta d<strong>el</strong>p<strong>el</strong>igro demasiado tarde. Quiso advertir a sus compañeros de lasintenciones de los enanos, pero no tuvo tiempo. Los embozadossacaron gruesas estacas y lo último que oyó <strong>el</strong> <strong>el</strong>fo fue que algosilbaba junto a su oído.Después, todo se oscureció.