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Persio Flaco, Aulo - Sátiras [pdf] - Historia Antigua

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<strong>Aulo</strong> <strong>Persio</strong> <strong>Flaco</strong> S á t i r a s 17el arado a tu casa. «¡Bravo, poeta 26 ! ¿Es que hoy hay alguien que se entretenga con la obra,demasiado venosa, del báquico Accio 27 , con Pacuvio 28 y su Antíope llena de verrugas, que apuntalacon congojas su corazón enlutado?» Desde que ves que unos padres de ojos legañosos imbuyenestos preceptos a sus hijos, ¿te preguntas de dónde ha venido a las lenguas este estilo de sartén 29 , dedónde procede esta ignominia que [80] hace exultar a lo largo de los bancos al petimetre calvo? ¿Noes una vergüenza que no puedas defenderte de una cabeza cana sin que desees oír aquella tibiaexclamación:«¡Bien dicho!»? «Eres un ladrón», le sueltan a Pedio 30 . Y bien, Pedio, ¿qué es lo que hace?Equilibra los puntos de la acusación con antítesis bien limadas, pues se le alaba [85] haberintroducido figuras doctas: «¡Qué hermoso es esto!» ¿Esto es hermoso? ¿Acaso te contoneas,Rómulo? ¿Crees que me excitará? Pongamos que el náufrago cante 31 : ¿es que le voy a alargar unas? ¿Canturreas cuando llevas colgada del hombro la imagen de ti en una nave rota? El que quieraque me agache sobre sus lamentos debe de llorar con lágrimas sinceras y no amañadas la nocheanterior. [90]«Pero los versos mal digeridos han ganado en belleza y en armonía. Yo he aprendido a acabar unverso así 32 : Atis de Berecinto, y el delfín que surcaba el azul de Nereo; otro por el estilo: le hemosarrancado una costilla al largo Apenino. Las armas y el hombre, ¿no es un principio [95]espumoso, de corteza gruesa, como una rama añosa ahogada por una costra excesiva de corcho?»«¿Pues qué hay lo bastante tierno y que se deba leer con el cuello torcido lánguidamente? Esto 33 :han llenado las trompas feroces con los alaridos [100] de las bacantes, y la Basárida, que sellevará la testa arrancada al soberbio ternero, y la ménade, que dirigirá al lince con guirnaldas deyedra, aclaman: ¡evohé! el eco sonoro les responde. ¿Pasaría esto si dentro tuviéramos viva la venamás pequeña del testículo de nuestro padre? Esto es lo que sobrenada, deslomado, en la saliva a florde labio: la ménade y Atis suenan en [105] el vacío, esto no martillea la cabecera del lecho ni sabe auñas roídas 34 .«¿Pero qué necesidad hay de roer con el mordisco de la verdad los oídos delicados? Míralo, si teplace; a lo mejor se te enfrían los umbrales de los palacios: allí aúlla, [110] nasal, la letra canina 35 ».Por mí desde ahora todo es blanco; da lo mismo. ¡Todos bien! ¡Todos muy bien! Seréismaravillosos. ¿Os gusta? «Prohíbo» —exclamas— «que aquí hagáis porquerías». Tú pinta dosserpientes 36 . «Chicos, el lugar es sagrado; ¡a mear a otra parte!» Yo me voy. Y, con todo, Luciliodesolló la ciudad, y se ensañó contigo, Lupo, y contigo, Mucio; contra aquéllos se partió [115] lamuela del juicio. Horacio pone maliciosamente el dedo en la llaga a su amigo 37 , que se monda de26 El adversario de <strong>Persio</strong> cuando oye que éste ataca a los poetas contemporáneos, superficiales y artificiosos, ataca a suvez a los arcaicos.27 Accio, famoso trágico latino (que no cabe confundir con el poeta citado en la nota 18) de la época republicana,llamado aquí báquico sólo porque la tragedia griega procedía del culto báquico o dionisíaco.28 Pacuvio, otro poeta trágico aún de edad anterior. Había nacido en Bríndisi. Ambos se caracterizaban por la rudeza delestilo de su lenguaje. La obra más famosa de Pacuvio fue la Anilopa, en la que se evocaba el caso de esta heroína,madre de Zeto y de Anfión, perseguida por Dirce.29 Seguramente quiere decir: estrepitoso y vacío.30 Pedio Blaso, político de la época de Nerón, que fue condenado a cárcel por concusión. Quizás cultivara la poesíacomo simple aficionado. En tal caso la acusación de robo vendría doblada por la de plagio.31 Era algo frecuente que los que se habían arruinado en un naufragio pidieran limosna exhibiendo un cuadro querepresentaba precisamente el hundimiento de su nave.32 <strong>Persio</strong>, por boca de su adversario, cita tres ejemplos de la métrica contemporánea, de rara elegancia y de sonoridadafectada, propia de la poesía entonces en boga, y que recuerda a los poetas alejandrinos. Cita también, desdeñosamente,las dos primeras palabras de la Eneida de Virgilio.33 El adversario responde a la pregunta del poeta con cuatro versos que propone como modélicos, seguramente extraídosde algún poema en boga, que aluden a una orgía báquica. Su sentido más exacto no se puede precisar.34 Es decir, no se trata de un poema trabajado y acabado, obra de un artista consciente.35 Versos en los que abunda la consonante r, inicial de la palabra latina rabies.36 Se pintaban ritualmente dos serpientes en los lugares que se quería preservar de males, principalmente en estelasfunerarias. Bruscamente el poeta compara a los grandes personajes con los monumentos protegidos así.37 Principalmente en sus Sátiras y Epístolas.

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