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Persio Flaco, Aulo - Sátiras [pdf] - Historia Antigua

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<strong>Aulo</strong> <strong>Persio</strong> <strong>Flaco</strong> S á t i r a s 39rehúsas? ¿Quieres gozar del resto? «Al total le falta algo». Yo mismo lo disminuí, pero para ti,quede lo que quede, es un todo. No vayas a preguntarme dónde está lo que un día me legó Tadio 28 , yno me dictes: «Pon ahí el patrimonio; suma el producto de los intereses y resta los [65] gastos: ¿quédiferencia arroja?» ¿Qué diferencia 29 ? Ahora, ahora mismo aliña, muchacho, mis coles con másaceite. ¿Vas a hervirme, en un día de fiesta, ortigas y media cabeza de cerdo llena de humo y con laoreja horadada 30 [70] para que más tarde ese nieto tuyo, ahíto de hígado de oca, se corra en unavulva patricia cuando el imperioso deseo palpita en el pene promiscuo? ¿Voy a quedarme en puroshuesos mientras a él su panza de victimario 31 se le remueve de gorda?[75] Tú vende tu alma al lucro, negocia y escudriña afanosamente todas las partes del mundopara que no haya quien te supere en el arte de golpear con la palma de la mano a los gordoscapadocios 32 encima de una rígida estrada; multiplica por dos tu fortuna. «Ya lo hice: la riqueza seha triplicado, se ha multiplicado por cuatro, por diez en mi bolsillo; indícame el punto en que debohacer alto». Pues he encontrado uno, Crisipo, que pone fin a [80] tu sorites 33 .28 Un antepasado, sin duda imaginario, del poeta.29 El poeta pregunta, furibundo, y se contesta él mismo con el propósito de no reparar en gastos.30 O sea, una comida miserable.31 El que efectuaba los sacrificios de las víctimas era gordo porque comía de la carne de los animales sacrificados.32 Es decir, conviértete en un rico traficante de esclavos. Estos para su venta se exponían desnudos, para que lospresuntos compradores pudieran examinarlos a completa satisfacción. Para ello se ponía a aquellos desgraciados encimade un tablado o estrada, y los posibles clientes les palpaban las carnes y los huesos. Los esclavos procedentes deCapadocia gozaban de gran aprecio.33 Crisipo fue un filósofo estoico discípulo de Cleantes, que se hizo famoso por su sofisma llamado sorites (= montón).Según él, si a un montón de trigo se le quita un grano, el montón seguirá siendo exactamente igual (en la práctica,aunque no en la teoría), y lo mismo ocurrirá si se le quita otro grano, y luego otro, etc. Nunca se podrá determinar conseguridad cuándo el montón dejará de ser tal para ser un montón distinto. Lo mismo, apunta <strong>Persio</strong>, le sucede al avaro,que siempre será incapaz de determinar el punto fijo en que debe dejar de atesorar.

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