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Rimbaud, Arthur ''Les Illuminations''-Xx-Fr-Sp

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Niña monstruosa: El adjetivo no debe entenderse sólo como uninsulto, ya que en francés también posee ese otro sentidoque se ha ido imponiendo en nuestro idioma: prodigio de lanaturaleza, fabuloso/ a.Las flores enriadas: rouir: «enriar: meter en el agua durantealgunos días una planta (particularmente, el lino o el cáñamo)para que ésta se macere, y así separar la partefilamentosa útil de la materia gorro-resinosa que une susdiversas fibras. Por extensión, pudrir, hacer pudrir».El método aún se sigue empleando tanto en <strong>Fr</strong>ancia (lasArdenas y otras regiones del Norte) como en España (Cuenca,para ablandar los mimbres).Los juguetes y el incienso: Según S. Bernard, la «mañanaencapotada de julio» resulta tan invernal que hace pensara <strong>Rimbaud</strong> en dos emblemas típicos de la Navidad: los juguetesy el incienso.Mis reinas: Al parecer, este fragmento era el principio de algúnotro que o bien <strong>Rimbaud</strong> desechó o bien se ha perdido. Ensu loable empeño por demostrar la influencia que el Hermetismoen general ejerció sobre la obra del poeta, EnidStarkie comenta que los términos «hijas», «reinas» fueronempleados por los alquimistas para designar el nombre delos colores y de las etapas del proceso (psicológico, espiritual,como ya demostró Jung) que conduce a la consecuciónde la «piedra filosofal», del «elixir de la vida». Para A.Adam, en cambio, «esas mujeres, esas reinas, son figurasfemeninas que frecuentan la imaginación de <strong>Rimbaud</strong> desdela época de la pubertad, y que en él ocupan el mismolugar que la mujer real en la mayoría de los hombres». ¿Visiones?¿Alucinaciones autoprovocadas? ¿Proyeccionesdel ánima?OBREROSTexto del ms. Lucien-Graux, hoja 13.sommes très méchants, — queferait-on de nous?Parez-vous, dansez, riez. Je nepourrai jamais envoyer l’Amour parla fenêtre.Ma camarade, mendiante, enfantmonstre! comme ça t’est égal, cesmalheureuses et ces manoeuvres, etmes embarras. Attache-toi à nous avecta voix impossible, ta voix! uniqueflatteur de ce vil désespoir.Une matinée couverte, en Juillet. Ungoût de cendres vole dans l’air; —une odeur de bois suant dans l’âtre,— les fleurs rouies, — lesaccage des promenades, —la bruine des canaux par leschamps, — pourquoi par déjà lesjoujoux et l’encens?J’ai tendu des cordes de clocher àclocher; des guirlandes de fenêtre àfenêtre; des chaînes d’or d’étoile àétoile, et je danse.Le haut étang fume continuellement.Quelle sorcière va se dresser sur lecouchant blanc? Quelles violettesfrondaisons vont descendre?Pendant que les fonds publicss’écoulent en fêtes de fraternité, ilsonne une cloche de feu rose dans lesnuages.Avivant un agréable goût d’encre deChine, une poudre noire pleutdoucement sur ma veillée. — Je baisseles feux du lustre, je me jette sur le lit,et, tourné du côté de l’ombre, je vousvois, mes filles! mes reines!****OuvriersO cette chaude matinée defévrier! Le Sud inopportun vintrelever nos souvenirs d’indigentsabsurdes, notre jeune misère.Henrika avait une jupe de coton àcarreaux blanc et brun, qui a dû êtreportée au siècle dernier, un bonnet àrubans, et un foulard de soie. C’étaitbien plus triste qu’un deuil. Nousfaisions un tour dans la banlieue. Letemps était couvert et ce vent du Sudexcitait toutes les vilaines odeurs desjardins ravagés et des présdesséchés.Cuando somos muy malos, ¿qué podríanhacernos?Engalanáos, bailad, reíd.Nunca podré tirar el Amor porla ventana.¡Compañera mía, mendiga, niñamonstruosa! Qué poco te importan estasinfelices y estos tejemanejes, y misapuros. Únete a nosotros con tu vozimposible, ¡con tu voz!, único aduladorde esta vil desesperación.Mañana encapotada de julio. Unregusto a ceniza flota en el aire; unolor a madera sudando en el fogón;las flores enriad a s , losp a s e o s desolados, lallovizna de los canales en los campos;así pues, ¿por qué no ya losjuguetes y el incienso?He tendido cuerdas de campanario acampanario; guirnaldas de ventana a ventana;cadenas doradas de estrella a estrella,y ahora bailo.El alto estanque humea sin cesar.¿Qué bruja va a erguirse ahora en elponiente blanco? ¿Qué frondasvioletas van a disminuir?Mientras los fondos públicos sondilapidados en fiestas de fraternidad,resuena una campana de fuego rosa enlas nubes.Avivando un agradable regusto a tintachina, un polvo negro llueve suavementesobre mi velada. Bajo las llamasdel candelabro, me tumbo en la cama y,vuelto hacia el lado en sombra, ¡os veo,hijas mías!, ¡mis reinas!OBREROSAh, qué cálida mañana de febrero. ElSur inoportuno vino a reavivar nuestrosrecuerdos de indigentes absurdos, nuestrajoven miseria.Henrika vestía una falda de algodóna cuadros marrones y blancos que debióde llevarse en el siglo pasado, ungorrito con lazos y un pañuelo de seda,lo cual le daba un aspecto más triste queun luto. Paseábamos por las afueras. Elcielo estaba encapotado, y el viento Surexcitaba todos los olores desagradablesde los jardines devastados y de los pradossecos.12

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