Capítulo 3 | <strong>El</strong> <strong>fotorrealismo</strong> y <strong>otras</strong> <strong>figuraciones</strong> |226||227| <strong>El</strong> <strong>fotorrealismo</strong> y <strong>otras</strong> <strong>figuraciones</strong> | Capítulo 3|255|FernándezSpencer, Antonio.<strong>El</strong> Nuevo Realismoen Luis Bretón.Páginas 18-20.|256|Idem.que la conquista de la perspectiva en la pintura del renacimiento se produjo por el trasladoal lienzo de técnicas geométricas y topográficas que desde la antigüedad clásica seconocían, pero que hasta entonces no fueron aplicadas en un cuadro. Si una de las tendenciasdel arte realista de hoy se vale para la realización de su obra pictórica de trucosfotográficos, no debemos olvidar que la perspectiva en el arte pictórico surgió, a su vez,de un truco geométrico, y que todo pintor se vale continuamente de procedimientosmecánicos adquiridos en los talleres de arte. (…) Nuestra mirada no es la misma delhombre heleno ni la de aquel (…) en el renacimiento, aunque las ilusiones de nuestramente y de nuestra sensibilidad sientan, presas de nostalgia, que todavía podemos alojarnoscómodamente en el tiempo antiguo (…). Ahora en las grandes capitales la pinturaquiere ser realista. Fatigada la gente por tantos fantasmas de un mundo emocional«Retratos» de edificios coloniales (…), tan llenos de pormenores, perspectivas y espacios,aparentan estar vacíos de significados. Son, a la vez, tan concretos y tan absolutos.Dentro de su realismo se nos presentan tan escasamente realistas por el efecto de la intervenciónde una luz que baña con resplandores de espejos todo el espacio pictórico.En cada cuadro se ha empleado el color con una técnica muy exacta y, sin embargo,esos colores no parecen estar ahí en el lienzo, sino venir de las profundidades oníricasdel ojo que contempla unos edificios procedentes de un espacio infinito. <strong>El</strong> mundo colonialque Luis Bretón pinta pertenece, sin embargo, a un espacio histórico; es, pues,realidad el pasado. Pero en sus cuadros el contemplador siente la presencia de un tiempoabsoluto; (…) La mirada pictórica que se deleita y detiene en esos edificios colonialeses una mirada francamente fotográfica. Podría decirse que ella ha tematizado pictó-|257|Idem.Página 23.|258|Idem.Página 25.desorbitado, pide en un lienzo ver objetivamente la presencia de las cosas (…) el hombrese muestra ávido de objetos en las grandes urbes (…). La sensibilidad de ese hombreexige objetos y objetividad en la pintura.|255|ricamente lo fotográfico de esos edificios. Ralph Goings, uno de los maestros del realismofotográfico norteamericano, ha dicho: «<strong>El</strong> cuadro pintado es más importante quela realidad». No se trata pues de pintar la realidad concreta que está ahí fuera en el mundo,sino la realidad que ha de invertirse en concreto en el lienzo.|257|La reflexión de Fernández Spencer justifica el <strong>fotorrealismo</strong>, que es el producto de unamoda propiciada por la política de mercado del mundo capitalista.|256| Esta justificaciónse extiende a los representantes locales fotorrealistas, entre ellos Luis Bretón, cuyosPara Fernández Spencer, Luis Bretón no es un artista fotorrealista como lo es plenamenteAlberto Bass; pero su realismo parece proceder de esa tradición pictórica.|258|Luis Bretón|La Atarazana|Acrílica/tela|101.5 x 152.3 cms.|1993|Catálogo individual.Luis Bretón|Una tarde en Nagua (fragmento)|Acrílica/tela|40.6 x 51.2 cms.|1999|Catálogo «Calles hacia el cielo».
Capítulo 3 | <strong>El</strong> <strong>fotorrealismo</strong> y <strong>otras</strong> <strong>figuraciones</strong> |228||229| <strong>El</strong> <strong>fotorrealismo</strong> y <strong>otras</strong> <strong>figuraciones</strong> | Capítulo 3|259|Nova, Ignacio.PresentaciónCatálogode Bretón.Marzo 3 de 1999.Y el poeta y crítico, ante la llegada de un nuevo realismo dominicano, se pregunta: ¿PintaLuis Bretón lo que ve? Afirmando que ningún pintor pinta lo que ve. Por el contrario,ve lo que pinta.<strong>El</strong> ojo avizor o de la cámara de Luis Bretón recorre y fija el paisaje urbano del país consu variada arquitectura, desde la colonial hasta la vernácula, pasando por estilos criollizados.Él fija en las telas calles y recodos del Santo Domingo añejo, de Barahona, dePuerto Plata, de La Vega, de San Francisco de Macorís,... de donde al parecer procedenlos espejos de agua que a través de una luminosidad extensiva duplican ópticamente lasvisiones físicas en un realismo de efecto óptico y casi lleno de soledad, porque a excepcióndel automóvil que completa horizontes en perspectivas, la figura humana apenasaparece en el escenario. Ignacio Nova habla de la pintura afásica de Luis Bretón cuandoaprecia la reduplicación de edificios y estructuras y los incentivos reflejos de sugestivasirrealidades. Argumenta el crítico que esa paradoja entre el modelo y arte pareceser el reflejo de aquella otra situación contradictoria en la que el hiperrealismo terminasiendo una herramienta articulada por la surrealidad. La obra de Bretón, concluye,debe ser observada como el artista nos lo propone: Como calles hacia el cielo… imágenessilenciosas, apacibles y bellas hacia una realidad que está por encima de nuestraexperiencia y, quizás, por encima de nuestra corporeidad...|259|lismo, escribe la crítica Gil, quien resalta la pulcritud y la independencia del pintor respectoa los postulados básicos de ese movimiento o estilo, puesto que en Avilés la observacióny la recreación minuciosa de «realidad» se transforman muy pronto en indagaciónsobre motivaciones y simbolismos de índole social (…). En este punto es interesantedetenerse (…) entre unos postes de alumbrados eléctricos pintados por Avilés(…), la referencia extrapictórica es decisiva, las connotaciones sociológicas se imponencomo contexto inmediato. (…) este carácter significativo, referencial, es continuo en laobra de Avilés a través de sus cambios.|262||262|Gil, Laura.<strong>El</strong> Caribe.Suplemento.Agosto 18de 1990.Página 13.|260|Bass, Alberto.La Noticia.Suplemento.Septiembre 1985.Párrafo reproducidoen Catálogode Avilés.Julio de 1990.En 1986, <strong>El</strong>vis Avilés se vuelca hacia el paisaje de tierra adentro. Él testimonia su creenciade que la obra de todo verdadero artista debe reflejar con autenticidad las esencias mismasde su país, a pesar de cuán ligada esté su obra hacia el concepto de la universalidad|261|Soto Ricart,Humberto.Revista ¡Ahora!.Febrero 1986,párrafo producidoen catálogo deAvilés. Op. Cit..ELVIS AVILÉS es otro joven artista, vinculado a la tendencia que suelen llamar tambiénneorrealismo. Nacido en 1964, estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes, perfeccionandosus conocimientos con los también pintores Alberto Bass y Pedro Céspedes.En 1985 y 1986, respectivamente, realiza sus primeras individuales. Cuando expusopor primera vez su obra al público, en sus telas se percibió la intención de un jovenque se reafirmaba en el estudio de los efectos sensoriales que el arte es capaz de produciren la mente humana, escribe Bass|260| refiriéndose a la primera muestra que Avilésrealiza en la Galería Propuesta (1985). Enfocándolo a propósito de la segunda individual(1986), el crítico Soto Ricart escribe: <strong>El</strong>vis Avilés no deshecha temas humildísimosy los selecciona con gran cuidado, para ofrecer imágenes originales, utilizando elcolor según la imagen seleccionada (…) y adecúa sus espacios para convertirlos en prototipos(…) simples unos y otros que nos indican el subdesarrollo. <strong>El</strong> crítico alude al temade «La vieja aldaba», que centraliza toda la composición, elemento de metal quepende como signo interrogativo.|261| A ese tema se suman otros objetos: candados ypostes de luz recargados de contadores, e igualmente portones y muros cargados degraffitis o escrituras alusivas a reclamaciones sociales implícitas.<strong>El</strong>vis Avilés cultiva trabajos dentro de una vertiente de realismo fotográfico o hiperrea-<strong>El</strong>vis Avilés|Los pinos de Jarabacoa|Acrílica/tela|76.2 x 40.6 cms.|1987|Col. Banco Central de la RepúblicaDominicana.