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TerBi Nº 6Asociación Vasca de CF Fantasía y Terror***Fue el último día perfecto, el sol abrasaba la ciudad como de costumbre, pero unasuave brisa, producto de un anómalo centro de alta presión, que se desplazó desde el marhacia el interior, contribuyó que la temperatura ambiente fuese agradable, una pequeñaprimavera, estación que sólo conocíamos en teoría.Este inusual tiempo atmosférico fue pronosticado con anticipación, todos los mediosde comunicación invitaron a disfrutarlo. Al igual que muchos otros, solicité un día depermiso. Aura, mi mujer y mi hijo Zed me lo agradecieron y aquella mañana, despertamosmuy temprano, cuando aún no escampaba el rocío matinal, otra delicia que tuve el gusto deconocer.Después de preparar una cesta con alimentos, prescindimos del vehículo solar ycaminamos por las calles respirando aire fresco, sintiendo como nuestros cuerposexperimentaban la baja sensación térmica. Los parques y las plazas, cubiertos con céspedesartificiales y ornamentados con columnas, de diversas alturas y diámetros, coronados congrandes esferas metálicas, que asemejaban y reproducían la función de aquellas especiesvegetales ya extintas, llamadas árboles, cobijaban a miles de personas que habían apostadopor el mismo plan: un día de picnic al aire libre, sin temor a la radiación solar.Elegimos un lugar. Mientras Aura extendía una capa aislante y ordenaba utensilios yalimentos, me dediqué a jugar con Zed. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba con él.Acordamos transformar el cúbix -un juguete de masa irregular moldeable a voluntad- en unbalón y jugamos con él por largo rato. Pese a estar extenuados, por el exceso de ejercicio,corrimos cuando Aura, nos llamó para merendar. Me recosté, ocupando el regazo de miesposa como almohada y ahí me quedé por un buen rato, recibiendo las caricias femeninasque procuraban sus manos mientras escuchaba la risa de mi hijo. Luego, me incorporé yme dispuse a disfrutar de un bocadillo cuando mi móvil emitió un silbido. Aura, a modo decensura, enarcó sus cejas. Me encogí de hombros y contesté la llamada. La imagenproyectada era de Ebal, mi jefe del Centro de Investigaciones Espaciales, CIE. Aura y Zedprotestaron. Ebal, junto con saludar y disculpar la interrupción, explicó que se habíaproducido una emergencia y que era perentoria mi presencia.45

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