PATAL RESCATEJosé Pérez de Arce“LOS RAROSSOMOSNOSOTROS”Cristóbal Olivares8 Primavera, 2013 / Nº <strong>57</strong>
Luego de 40 años investigando e interpretando los sonidos de la Américaprecolombina, ahora está obsesionado con el guitarrón, un instrumento propiode la zona central de Chile, pieza clave en los cantos a lo divino y a lo humano.Dibujante, poeta, investigador, músico y museógrafo, Pérez de Arce dice queno rescata las tradiciones originarias como si fueran vestigios del pasado, sinopara hacer visible algo que está vivo en lo profundo de Chile y de su gente. “Loque quiero es recordar que hay otras formas de existir, fuera de la cultura delconsumo que hoy se nos impone”, afirma.Por Catalina Mena / Fotografías de Cristóbal Olivares, partitura de José Pérez de ArceJosé Pérez de Arce (1950) egresódel colegio convencido de que lahistoria de Chile comenzaba conla llegada de los españoles. “Nunca mehablaron de las culturas originarias deAmérica. Cuando las descubrí, me dicuenta de que me habían engañado.Y eso me marcó mucho. Significó uncambio total de perspectiva”, confiesa.Tanto así que ha dedicado su vidaa registrar, clasificar, almacenar ydivulgar sonidos e instrumentos deorigen precolombino, muchos de loscuales se reinterpretan actualmenteen las tradiciones del campo chileno.Según él, lo que le interesa son loscódigos originales de un tiempo enel que vivíamos conectados con lanaturaleza e integrábamos la música yel sonido a nuestra cotidianidad.Desde los años 70 viene investigandoaquellas creencias y visiones estéticasde las culturas prehispánicas de Chileque siguen inspirando manifestacionesactuales, tales como la música ritualmapuche, los bailes chinos que seofrecen en devoción a la Virgen, y loscantos a lo divino y a lo humano.En paralelo, ha utilizado estosconocimientos en sus propiascreaciones musicales, experimentandocon sonidos, instrumentos, técnicasvocales y formas compositivas de lasculturas prehispánicas, como son laimprovisación simultánea de variosinstrumentos, las voces y sonidosguturales, y las estructuras rítmicasrepetitivas, que suelen sumir a losejecutantes en un estado de trance.En 1982 montó una exposición sobreinstrumentos indígenas en el MuseoChileno de Arte Precolombino. Conel fin de acercar a los visitantes a esosextraños objetos en exhibición, convocóa un grupo de músicos para improvisarcon ellos. Así nació La Chimuchina, unabanda que sigue vigente, integrada porél y otros investigadores y arqueólogos, aquienes se suma Cuti Aste, acordeonistadel grupo Los Tres. El primer discosolista de Pérez de Arce, Son ido (2002),es fruto de su recopilación de vocesde etnias en peligro de extinción a lolargo de todo Chile, e incluye tambiénmúsicas instrumentales y registros de lanaturaleza, como algunos cantos de ave.“Para los yámanas o kawésqar, todas lascosas tienen canción: el lobo de mar, lapiedra, el pajarito. Y dicen que tambiénlos sonidos de la naturaleza poseen unsignificado y anuncian lo que va a pasar.Por ejemplo, si va a llover o si habrásequía”, asegura.Hoy, la obsesión de José Pérez de Arcees el guitarrón chileno, instrumentoen el que se ha perfeccionado comointérprete y que ha convertido en sugran compañero: “Ya casi no toco nadamás”, confiesa. Con guitarrón grabóen 2004 su segundo disco como solista,Nometomesencuenta, donde mezclatemas de rock latinoamericano (deCafé Tacuba y Gustavo Cerati, entreotros) con décimas campesinas queél mismo cantó e interpretó. En lagrabación participaron los músicos de LaChimuchina, además de Silvio Paredes(de Electrodomésticos y Los Mismos),más los folcloristas Santos Rubio yOsvaldo Ulloa.En sus trabajos con guitarrón, Pérezde Arce puede sumar instrumentoscomo la batería o las flautas que seusan en los bailes chinos a la Virgen.9