PATREPORTAJELa fotografía corresponde a la décimocuarta y última etapa delRally Dakar 2013, desarrollada entre La Serena y Santiago.Archivo del INDFlores y bacteriasHoracio Larraín, Ph. D. en Antropología Social y coordinadorregional del Centro del Desierto de Atacama de la PontificiaUniversidad Católica, es uno de los expertos referidos porel Colegio de Arqueólogos en lo que a patrimonio naturalse refiere. Larraín asegura que, entre otras, la competenciapone en riesgo a la bromeliácea Tillandsia Landbecki, pequeñaplanta que crece entre Arica y el río Loa y que constituyeuna especie botánica única. No obstante, la Subsecretaríadel Medio Ambiente constató en terreno que el trazado dela próxima competencia no afecta la zona específica dondecrece dicha especie.Por otra parte, Larraín comenta que el singular DesiertoFlorido se encuentra amenazado por la carrera, aunque elIND señala que esta no corre a campo traviesa en las áreasdonde se produce dicho fenómeno.pese a lo que se pueda decir, los avances son innegables. Estose puede constatar en el informe de daños post Dakar 2013—el más completo y oportuno realizado hasta la fecha—, yaque la comitiva de inspección pasó inmediatamente despuésde los competidores para ver si en efecto fueron ellos los queprovocaron el daño. Lo anterior no significa que el Consejode Monumentos crea que el Dakar dejó de ser perjudicial, enningún caso: hemos sido constantes en señalar el daño queprovoca la competencia”.Sobre esto último, en todo caso, los competidores opinandistinto. El motociclista Felipe Prohens, por ejemplo —elmejor chileno en la octava etapa del Dakar 2013—, defiendela conciencia ecológica de los deportistas. “Todo el mundohabla de las bellezas de la Patagonia, pero cuando estásvarias horas bajo el sol y en completa soledad te das cuentadel enorme caudal de vida que hay en el desierto; y el rallysirve para darlo a conocer”.26 Primavera, 2013 / Nº <strong>57</strong>
Prohens apunta más bien a otro fenómeno: “Soy atacameño,criado en Copiapó. Y, en realidad, lo que verdaderamente meda rabia es la explotación de la zona: la contaminación de losrelaves, las tuberías que atraviesan las dunas, los socavonesque hacen desaparecer cerros completos, ¡eso sí quees preocupante!”.L a esperanza del SEIAEl deterioro que menciona Prohens es causado por proyectosque por su naturaleza productiva están, sin embargo,sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental(SEIA). Pero el rally “no cuenta con las características queestablece la ley como para ingresar a dicho sistema”, indicaGabriel Ruiz Tagle. Según la Ley de Bases Generales delMedio Ambiente, los proyectos o actividades susceptiblesde causar impacto ambiental que deben someterse al SEIAcomprenden ejecución de obras, programas o actividades enparques nacionales o en “cualesquiera otras áreas colocadasbajo protección oficial” 5 . Por su parte, el reglamento delSEIA detalla que, para ser colocadas bajo protección oficial,dichas áreas deben estar delimitadas geográficamente y serestablecidas mediante un acto de autoridad —entre otrosrequisitos—. Por tanto, el primer problema que surge paraincorporar los sitios arqueológicos a este sistema, es queen la mayoría de los casos, estos carecen de un polígonodefinido. Además, el señalado “acto de autoridad” no tienelugar en el caso de los monumentos arqueológicos en Chile,sencillamente porque estos tienen calidad de tales por el soloministerio de la ley, sin que medie una declaración explícitaen cada caso.Pero la mencionada normativa no es inamovible, pues ladicta el Primer Mandatario en el marco de su potestad5 Art. 10 de la Ley de Bases Generales del Medio Ambientereglamentaria. “Cualquier modificación que se considerepertinente a este reglamento, debiera proponerse alPresidente de la República”, advierte Diego Montecinos,encargado del Área Jurídica del CMN. Según la institución,por lo demás, el rally sí podría ingresar al SEIA en formavoluntaria, tal como se señala en el artículo 9 de la Ley19.300. “Si la carrera cumpliera con los estándares delsistema de evaluación ambiental, los sitios presentes en elárea de influencia directa debieran ser cercados o rescatadospreviamente”, comenta Paola González, del Colegiode Arqueólogos.“Nos parece que la carrera debiera someterse al sistema:sería lo más transparente”, concuerda Emilio De la Cerda. “Siel Dakar va a producir daños eventuales, que opere bajo lasmismas lógicas de revisión que exigimos a las mineras y alas inmobiliarias. Eso sería lo más ecuánime y técnicamenteadecuado: el ingreso al SEIA debería ser requisito paracualquier actividad que se pueda prever y que vaya aafectar eventualmente a sitios”, sentencia. “No se trata deser fundamentalistas, sino de conciliar la conservación delpatrimonio con iniciativas de desarrollo que válidamentese realizan”.De esta forma podría, quizás, comenzar a zanjarse lacontroversia acerca de una iniciativa que, pese a su atractivosobre los medios y el público, enfrenta a dos organismos deEstado —el IND y el CMN— y levanta duras críticas de losarqueólogos colegiados —quienes afirman que viola la ley—:si, tal como cualquier actividad productiva, el Rally Dakar sesometiese a la normativa asociada al SEIA —que estableceun marco preciso para el levantamiento de líneas de base ypara las medidas de mitigación y compensación—, se daríaun paso significativo en la protección de nuestro patrimonioy, por consiguiente, en el resguardo de nuestra identidad.Según Gabriel Ruiz Tagle,subsecretario de Deportes,Chile es el país con máskilómetros de competencia porcaminos existentes y menos acampo traviesa.Prensa Hermanos Prohens27