e-Book PDF - Universidad de La Punta (ULP)

ordó de júbilo. La fiesta creció con el mismo ímpetu que la iniciativa.Fue, sin lugar a dudas, una gran fiesta. Luces de colores por doquier,miles y miles de papelitos, música y tres pantallas gigantes, en un imponenteescenario dieron el soporte ideal para premiar el esfuerzo y ladedicación al estudio de los participantes.En las pantallas, al proyectarse cada una las once disciplinas y los nombresde los noventa y cuatro ganadores, miles de voces generaronun bullicio que emocionaba a quienes estaban sobre el escenario. Seentregaron más de cien premios. Los estudiantes recibieron, según lospuestos alcanzados, entre 200 y 900 pesos, también fueron premiadoscon becas computadoras y un viaje a Buenos Aires para los más pequeñosy una visita a la NASA para los alumnos del secundario.Las escuelas cuyos alumnos sumaron más puntaje fueron premiadas.Trece instituciones educativas se llevaron una computadora cada una.Al igual que en la premiación del año anterior, subieron al podio escuelasdel interior provincial. En esta ocasión fue el turno de institucionesde Quines, Tilisarao, Justo Daract, Villa Mercedes y Buena Esperanza.Todavía quedaba una sorpresa más, que fue la gran atracción de lafiesta. De entre una densa cortina de humo emergió sobre el escenarioun personaje vestido con una réplica exacta de los trajes que llevanlos astronautas en el espacio como adelanto de lo que vendría conla segunda visita a la NASA. Los flashes no cesaron un segundo, losaplausos tampoco. Así se cerraba la ceremonia de premiación. Peroquedaba mucho más. El Centro Espacial Kennedy esperaba a un nuevogrupo de jóvenes puntanos.El sábado 7 de febrero y nuevamente desde el Instituto Tecnológicolos jóvenes partieron a la NASA.La cuenta regresiva advertía el inminente despegue de un transbordadoren el Centro Espacial Kennedy, de Cabo Cañaveral. La tripulación:once chicos que la ULP premió por su gran desempeño en lasOlimpíadas del 2008. Los jóvenes abordaron un simulador de vuelo.Además, contemplaron las plataformas de lanzamiento, que soportantemperaturas incalculables con el fuego de las naves.Capítulo 2also received their prizes. Thirteen schools receiveda computer each, and in the same way as previousyears, schools from the interior of the Province werealso on the podium. In this occasion, it was the turnfor Quines, Tilisarao, Justo Daract, Villa Mercedes, andBuena Esperanza.There was still another surprise, which was in theend the biggest attraction of the party. From a densesmokescreen, a character wearing an exact replica ofan astronaut outfit emerged, anticipating what was tocome with the second trip to the NASA. Flashes of photographsdid not stop even for a second, neither did theovation. And this is how the ceremony ended. But therewas still much more. The Kennedy Space Center was tohost a new group of students from San Luis.On Saturday, February 7th, and again from the Instituteof Technology of the ULP, the young studentsembarked on their trip to the NASA.The countdown announced the imminent launch of aspace shuttle from the Kennedy Space Center, in Florida.Eleven young students that the ULP awarded fortheir outstanding performance in the 2008 Olympiadsboarded a flight simulator. They also contemplate thelaunch pads, which support immensely high temperatures.As if there was still a lack of adventures, the kids got tosit for lunch with Roger Crouch, an astronaut who hasbeen six times to the space and who told them abouthis fantastic experiences and also offered himself forhundreds of pictures with took a tour of the kids. Thestudents also visited a memorial in honor to those astronautsthat dedicated their lives to space, and touredthe museum where the honored Apolo shuttles, iconsof space travel, are on exhibit.In a second visit, the group had a more exciting experience.Kids handled the commands onboard a shuttleto explore the cosmos. They simulated space expeditionswith different outcomes. They all worked withmanuals and in teams of fifteen people. Some wereonboard the shuttle and some other were in chargeof giving instructions and other roles from the land.One of the missions landed successfully, following theinstructions of an American commander. The othermission, however, turned out differently. ‘Houston, wehave a problem’, said repeatedly the communicationOlimpíadas | 47