The Ruta Magazine nº8 Diciembre 2015

RUMBO AL SOL DE MEDIANOCHE.
(PART. II) PERLANEGRAVIAJES.
Son las 07h, nuestras coordenadas son 71º 10’ 21’’,
el Sol luce espléndido, el cielo es azul, estamos a
unos 8ºC y empezamos el viaje…
La carretera de vuelta a Skarsvåg tiene otro color, o
al menos eso nos parece, la sensación es que ves
el horizonte mas claro, mas nítido, quizás será por
la latitud o todavía estamos borrachos de la “Bola”
mientras nos cruzamos con varios osados motoristas
que van de subida al final terrestre, les aguardaba
también la gloria…
En el Hotel, el café y las tostadas nos pareció el
mayor de los banquetes, aquí la mayoría de los
huéspedes comenzaban el día y su destino era la
“Bola”, para nosotros nos esperaba el verdadero
viaje… El regreso a casa.
Hoy nos aguarda una etapa de enlace,
y los 460 km hasta Birtavarre se
convertirán en un bucle que se irá
repitiendo a lo largo de todo el trayecto
de vuelta en tierras noruegas.
Los únicos habitantes que colonizaban
aquel paisaje que recordaban
los cuadros de Mondrian eran renos
y más renos. No podía evitar estirar
los brazos, en un intento por tocar las
nubes y, al mismo tiempo, acariciar el
agua del mar, que se mostraba a un
tiro de piedra en forma de espejos de
cristal turquesa, cuando la montaña
lo permitía y te arropaba, como recordándonos
que estábamos en tierras
de vikingos; los tonos fríos se imponían
en este cosmos a escala divina
de verdes y azules; veíamos con la
mayor admiración como estas mastodónticas
montañas, cubiertas de
espesos arbustos de plantas aromáticas
y pintadas de líquenes y musgo
demostrando su antigüedad, no cesaban
de sudar riachuelos y cascadas,
que se precipitaban sobre acantilados
de vértigo. De vez en cuando, aisladas
del mundo, algunas casas de
madera, pintadas de colores vivos
(blanco, amarillo, rojo…), en medio
de florecillas lilas; y sobre nuestras
cabezas, cubriendo las praderas más
altas, un manto de nieve que parece
observarte, recordando el clima reinante
frío que en estas latitudes se
mantiene buena parte del año.
Ante ello, no pudimos evitar hacernos
la pregunta: ¿vamos realmente hacia
el sur?, porque los bloques de nieve
van en progresivo aumento.
Son las 10h y estamos encima de la
Perla, ya ronronea quiere marcha y
nos esperan 521kms hasta Ballstad.
Nada mas salir comenzó a llover; este
milagro de la naturaleza es la causa
de que aquí esté todo tan verde, y el
agua fluya por todas partes. La carretera
no ofrecía mucha confianza;
tampoco teníamos prisa; había que ir
despacio. Habíamos perdido la cuenta;
no sabíamos en aquel momento
si nos hallábamos frente a un fiordo,
o bien ante el Mar del Norte, o cerca
de un lago; tampoco sabíamos con