The Ruta Magazine nº8 Diciembre 2015

El ferry era enorme, no me explico
como puede flotar con tanto peso y
las casi 4 horas de navegación han
sido un ligero vaivén de un tren de
cercanías.
bilidad y creo que han sido muy blandas.
El delantero sigue bien.
Es curioso pensaba que tendría problemas
con el aceite (que tragaría
aceite) pero de aceite esta impecable...
así que mañana en Dinamarca
a buscar una sustituta.
El despertador sonaba a las 06h, tenía
que buscar la Perla al parking y
llevarla a la puerta del hotel, cargarla
(hay que ver lo deprisa que hacemos
la carga y descarga de la Perla en
comparación del primer día) e ir al ferry
que a las 08h sale con puntualidad
Suiza.
Ya en Dinamarca nos ha visitado el
hijo de Njord (el viento, en la mitología
escandinava) y no nos ha abandonado
hasta tierras germanas.
En la tierra del viento teníamos que
cambiar la rueda si o si, no podíamos
alargar con mas kilómetros ya que por
una simple rueda te estas jugando un
pinchazo, un reventón o el viaje... por
una mísera rueda. Así que en Aalborg,
la ciudad más grande después
de Copenhage, teníamos que encontrarla.
No fue nada fácil, porque nos
hicieron ir de un lugar a otro, como
una partida de ping-pong-, pero al final
dimos con un taller de motos, y en
sólo 15 minutos estábamos de nuevo
en carretera.
Hay que ver lo que cuesta dar con el
lugar sin conocer el sitio, y la lengua
tampoco lo hace más fácil; pero, en
fin, otro problema resuelto, y que todos
sean estos!!! Después de calzar a
la Perla, y de darle alimento en el depósito,
nosotros también repusimos
fuerzas; ahora yas sólo nos quedaban
2.200 kilómetros hasta casa.
La frontera entre Dinamarca y Alemania
sólo es perceptible en las señales
de velocidad de la autopista, al desaparecer
con una señal tachada el disco
de ir a 110 km/h. Los germanos no
tienen límite, y, curiosamente, es uno
de los países que registran menor índice
de accidentes de circulación.
Ya hemos llegado a Flensburgo, ciudad
al norte de Alemania; mañana
nos espera una autopista abierta, sin
límites; aunque volvemos a la monotonía,
a que nos arranquen las pegatinas,
con el pensamiento en la Noruega
de los fiordos y lagos, de islas
y montañas, de renos y de vikingos.
Hoy es un día de esos raro, te levantas
por la mañana y hay algo que no
encaja, pero aún así no va nada mal,
es mas bien una sensación.
Conforme va pasando las horas te
sientes mas cansado y va en aumento,
la idea de hoy era llegar a la frontera
con Francia y hacer noche... pero
el cuerpo a estas alturas ya no tira.
Supongo que el acumulado de kilómetros
que hemos hecho esta comenzando
a pesar... y por hoy no podemos
avanzar mas.
Así que hemos parado en este pueblo
que no tengo narices a pronunciar y
mañana será otro día…
El día amaneció encapotado, las nubes
amenazaban lo que en poco nos
daría: mucha agua!!!
La patrulla de “Alerta Cobra” hoy tenían
trabajo en las autopistas alemanas
y la lluvia no mejoraba.
Llevamos todo el día debajo de una
lluvia tremenda, no sabíamos si parar
en un área de descanso a esperar
que Noe nos pasase a recoger con su
Arca.
Con estas condiciones no se puede,
llevamos horas debajo del agua y esto
no tiene pinta de mejorar... una cosa
es que pases por una nube y otra es
que estés conduciendo mientras cae
el diluvio universal.
Los coches te pasan sin contemplaciones
y la carretera esta muy mojada,
los trajes ya no pueden repeler
mas agua y hemos decidido aparcar
el submarino (Das Boot) y mañana
será otro día... ahora toca sacar el
agua de las botas que las tengo llenas
de jureles!!!
Hoy el chiri miri nos dio los buenos
días, parecía que no nos quitaríamos
el agua de encima y nuestra ropa seguía
húmeda de los estragos de la
tormenta de ayer.
Conforme pasaban los kilómetros el
cielo se secaba y nos daba una tregua.
Salir de Alemania se nos ha hecho
largo y la vieja Francia nos ha recibido
con menos nubes y un poco de
Sol... ese Sol que nos ha secado por
completo nuestros trajes y guantes!!!
Poco que decir de hoy, mucha autopista
alemana y el resto en autopista
francesa... paramos a 634.-kms. de
casa y mañana esperamos llegar.
Que son 634.-kms? Las aburridas
autopistas francesas nos llevan a la
Junquera, allí un atasco nos recibe,
cada vez que bajamos mas hacia el
Sur la gente se vuelve mas torpe circulando…
Llegamos a casa, bajamos de la Perla
y giramos la llave del contacto a
“OFF” en ese momento nos invade
un sentimiento opuesto de felicidad/
tristeza sin saber cual es mas fuerte:
la felicidad de llegar a casa o la tristeza
de dejar el Sol de media noche
atrás…