(=) ISBN 978-980-227-250-1

Y mientras en Venezuela está la esperanza, en Estados
Unidos no varía la decisión de la amenaza y así queda
evidenciado cuando, previo a la inauguración de la
cumbre, la subsecretaria para Latinoamérica, Roberta
Jacobson, en una entrevista en CNN en español declara
tajante que su país “no derogará” la Orden Ejecutiva
del 9 de marzo. El presidente Obama personalmente
no ha dicho nada, pero sus funcionarios le están haciendo
la antesala.
A la 1:05 de la tarde Nicolás Maduro llega a Ciudad
de Panamá, Panamá; para asistir a la VII Cumbre de las
Américas; es su primera cumbre como presidente; para
Barack Hussein Obama es la última y para Raúl Castro
el estreno de Cuba en este tipo de evento, porque antes,
“siempre fue excluida”. Un triángulo, históricamente
interesante.
Pero ese no es el único punto que marca el tiempo
histórico, también está la coincidencia entre dos amigos:
el panameño Juan Carlos Varela Rodríguez y el venezolano
Nicolás Maduro Moros, quienes se conocieron
como cancilleres (Varela fue canciller hasta 2011;
Maduro hasta 2012), ambos fueron vicepresidentes en
sus naciones (Varela hasta junio de 2014; Maduro hasta
marzo de 2013) y ahora la reunión, que concentra a representantes
de 35 países “de las Américas”, los reúne
como presidentes. Como dice la máxima popular, “las
vueltas que da la vida”.
Tan pronto Maduro pisó suelo panameño, tras el agasajo
del recibimiento acompañado de niños que le entregaron
flores, sintió en su corazón –como luego lo
definió– “un impacto de dolor” del pasado y el nombre
del barrio El Chorrillo se hospedó en su mente. Lo
que ocurre después se convierte también en historia;
rompe todos los protocolos, y el carro que él maneja
lo mueve en 32 minutos hacia el barrio. Es allí donde
comienza su verdadera visita a Panamá.
Nicolás Maduro llega al barrio El Chorrillo y se convierte
en el primer presidente extranjero en visitar la
populosa zona que el 20 de diciembre de 1989 fue
objetivo de bombardeo por parte de las tropas estadounidenses
que invadieron Panamá. Su presencia
genera el más grande revuelo. Todos los chorrillenses
salieron a recibirlo.
El que ha llegado con el espíritu y la idea de Bolívar,
como hombre de pueblo libre soñando con un mundo
de paz, ahora la valoriza mucho más y el lugar donde
está es otra inspiración para no desmayar en la tremenda
batalla que está dando para que se respete a su
país. Muchas veces lo ha dicho el presidente Maduro:
132 #ObamaDerogaElDecretoYa