(=) ISBN 978-980-227-250-1

2015
Venezuela (…). El pueblo de Venezuela es un
pueblo de paz, presidente Obama; y usted no
tiene derecho a agredirlo ni a declarar que Venezuela
es una amenaza para el pueblo de los
Estados Unidos:
• Son ustedes los que deciden invadir, matar, financiar
terrorismo en el mundo.
• Son ustedes la amenaza, los que no defienden
a los afroamericanos a quienes asesinan todos
los días en las calles de Wisconsin, de Nueva
York, de Chicago.
• Son ustedes la amenaza, que ha visto el crecimiento
de la pobreza que nunca había conocido
Estados Unidos en los últimos 100 años de la
forma como lo está viendo hoy.
• Son ustedes la amenaza, que entrenaron y
crearon a Osama Bin Laden y crearon Al Qaeda.
• Son ustedes los que invadieron Libia y crearon
el Estado Islámico.
¡Usted, presidente Obama, es responsable del
terrorismo que hay en el mundo!
(…) No tiene derecho usted a meterse con el
pueblo, ni con esta Patria que es de paz (…). Ya
usted ha decidido el camino de hundirse en el foso
de la historia, y cuando el pueblo de Venezuela recuerde
en el futuro quién fue Barack Obama, lo recordará
como a Richard Nixon y George W. Bush,
nefastos para América Latina y el Caribe (…). ¡Qué
error tan garrafal, presidente Obama!
La política de Estados Unidos hacia Venezuela
en dos años, desde la partida del comandante
Chávez, ha sido un caos.
Esta ley es un Frankenstein, un monstruo que
fueron mal componiendo con los aportes del
Departamento del Tesoro, del Departamento
de Estado, la CIA, la NSA, la derecha maltrecha
de aquí, ¡es un monstruo!, con un mensaje esquizofrénico
totalmente: a Venezuela la declaran
como una amenaza para la seguridad de los Estados
Unidos, una amenaza inusual y extraordinaria
y declaran la emergencia nacional en los
Estados Unidos y al final de la ley, ¡dicen que
desean las mejores relaciones con el Gobierno
de Venezuela! ¡Es un monstruo!
(…) Nosotros sabremos defendernos, bien sabía
yo, por tanta información, cuando convoqué
a la Unasur y a la Celac para que se convirtieran
en anillos protectores de Venezuela, Unasur estuvo
el viernes aquí, eso seguro desesperó aún
más a los redactores de esta ley agresiva, agresora,
amenazante.
Estamos ante una agresión y una amenaza del
Gobierno imperialista a la paz, la soberanía y la
integridad de la Patria venezolana; estamos en
las puertas ya.
El presidente Obama pasó los límites que él cuidaba,
hoy envió oficio informando al Congreso
de los Estados Unidos que ha emitido un decreto
presidencial, luego hubo una declaración
del secretario de prensa, Josh Earnest, de la Casa
Blanca y luego una hoja informativa sobre esta
situación.
(…) Aquí no necesitamos que venga ningún
gobierno extranjero y menos de los Estados
Unidos a inmiscuirse en los asuntos internos de
Venezuela ni a defender los supuestos derechos
humanos que dicen defender.
Barack Obama: defienda los derechos humanos
de los negros que matan en las ciudades norteamericanas
todos los días; de los 7 mil niños
que deportó y arrancó de los brazos de sus padres
y de sus madres, de las miles de personas
que no tienen dónde dormir y que mueren de
frío en las calles de Nueva York, Filadelfia, Boston,
Chicago; defienda los derechos humanos de
las personas que tiene su Gobierno secuestradas
en Guantánamo y que viven bajo la tortura,
sin juicio, sin reconocimiento internacional. Esos
son los derechos humanos que usted tiene que
atender en su país, porque en nuestro país, es
asunto de los venezolanos, aunque haya gente
de aquí, figuras políticas que han trabajado para
ustedes y viven permanentemente pidiendo la
intervención de Estados Unidos para gobernar
Venezuela”.
Lo que desembocó en la firma del decreto de
“Yo, Barack Obama”, tiene antecedentes.
#ObamaDerogaElDecretoYa 27