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<strong>Vampires</strong> Gone Wild<br />
en el mundo.<br />
Con un movimiento de su cabeza, cerró los ojos. No podía caer en esa trampa<br />
de nuevo. El dolor y la culpa casi lo habían destruido.<br />
—Oh, querido. ¿Sientes dolor? ¿Estás herido?<br />
Sí, estaba con dolor, pero había sido una bofetada en la cara que necesitaba<br />
urgentemente. Él había prometido hacía siglos que nunca se involucraría con otra<br />
mujer vanidosa y egoísta. El daño de la primera había devastado su corazón, y<br />
nunca podría permitirse ser vulnerable que otra vez.<br />
Su mente se compuso, abrió los ojos. Por desgracia, con una mirada hacia ella,<br />
al instante se vio sacudido por una nueva ola de lujuria. La agarró por los huevos y<br />
la apretó firmemente. Maldita sea, él la quería desesperadamente.<br />
Agarrándola por la parte superior de los brazos, la movió hacia atrás unos<br />
centímetros.<br />
—Estoy bien. Libérame, para poder ayudar a los demás.<br />
Ella le dio una mirada en blanco, entonces jadeó.<br />
—¡Oh! No me di cuenta. —Ella soltó su agarre sobre su camiseta—. Oh,<br />
querido, he arrugado tu camisa. Pido disculpas. —Ella trató de suavizar las<br />
arrugas.<br />
Apretó los dientes ante la sensación de sus manos frotando su pecho.<br />
Desnuda y mojada sobre un montón de pieles. Su ingle se hinchó. ¡Ahora no,<br />
maldita sea!<br />
Sus manos se detuvieron.<br />
—¿Estás usando chaleco antibalas debajo de esta camisa? —Su mirada se<br />
levantó y se cerró con la de él una vez más.<br />
Sus pantalones de cuero se hincharon.<br />
—No.<br />
—Oh. —Ella dio un paso atrás, sus mejillas sonrojándose—. Te pido perdón.<br />
No sabía que un hombre podía ser tan... duro.<br />
No tienes ni idea. Se dio la vuelta bruscamente cuando su visión se volvió de<br />
color rosa.<br />
—¡Dios mío! Debo de haberte ofendido —dijo en un apuro—. Obviamente, no<br />
hago un hábito sentir el pecho de los hombres. No recuerdo que mi difunto marido<br />
Love At Stake #<strong>13.5</strong>