13.5- Vampires gone wild

Vampires Gone Wild
era enorme.
—Esto es altamente inapropiado.
—Tenía que llevarte a alguna parte.
—Deberías haberme llevado a mi habitación.
Su boca se torció.
—¿Eso es una invitación?
—¡No! Quería decir a mi casa. En Londres. —Examinó la habitación una vez
más. ¿Esto era una cabaña de caza? Estaba tan bien amueblada como su casa. Y
ciertamente poseía un buen número de libros… para un bárbaro.
La liberó y dio un paso atrás.
—Si supiera el camino a tu casa, te habría llevado ahí. Deberías ir ahí ahora.
¿Y renunciar a su sueño?
—No. Voy contigo.
—No. Vas a ir a casa, donde estarás a salvo.
—Me niego. —Levantó la barbilla—. No voy a tomar el camino del cobarde.
Sus ojos se endurecieron como el hielo cuando dio un paso hacia ella.
—Entonces es mejor que seas valiente porque si sigues aquí cuando vuelva, te
ataré al poste de la cama. Después de que te desnude… —Su teléfono sonó.
Su corazón latía en sus oídos tan alto, que no pudo oírle responder al
teléfono. ¿La desnudaría? ¿Y atarla al poste de la cama?
—¡Pam!
Saltó cuando se dio cuenta de que le estaba hablando a ella.
—Los chicos me necesitan. ¡Vete! ¡Rápido!
¿Los chicos necesitaban ayuda? Se desvaneció y se materializó
silenciosamente detrás de Mikhail.
—Está bien, se ha ido —dijo él al teléfono—. Voy para allá.
Ella saltó a su espalda justo antes de que desapareciera.
Love At Stake #13.5