13.5- Vampires gone wild

Vampires Gone Wild
—¿Sabías que él quiso decir transformarte?
—No. —Ella dio a Mikhail una mirada irónica—. Fue algo chocante cuando
me atacó.
Mikhail apretó los dientes. Era algo bueno que el hijo de puta estuviera
muerto.
—Era tan tonta. Renuncié a mi oportunidad de tener niños para siempre.
El corazón de Mikhail se apretó mientras el recuerdo de su hija se extendía
por toda su mente.
—¿Querías niños?
Ella asintió con la cabeza, y una lágrima rodó por su mejilla.
—Entonces cometí el error de quejarme a mi padre. No entré en detalles, pero
fue suficiente para hacerle sospechar que los rumores eran ciertos.
Sus hombros se hundieron.
—Era cobarde. Sabía que mi padre odiaba a Max, pero no hice nada para
disuadirlo. Max confió en mí, y lo defraudé.
—¿Así que fue tu padre quien mató a tu marido? —preguntó Mikhail.
—Sí. Estacó a Max mientras nos tumbábamos uno junto al otro en nuestro
sueño de muerte. Mi padre dejó su anillo en las cenizas para que supiera que fue
él. Temía que los amigos vampiros de Max lo fueran a vengar matando a mi padre,
así que le imploré que escapara a América. Él me pidió que lo acompañara, pero
tuve demasiado miedo de ir. Lo abandoné cuando él estaba en peligro.
Ella sorbió por la nariz.
—Me uní al harem del Amo de Aquelarre de Londres, donde estaría a salvo.
Luego, más tarde, cuando los alemanes estaban bombardeando Londres, huí a
Nueva York. Como de costumbre, tomé la salida cobarde.
—Eso fue el instinto de preservación. Las guaridas subterráneas ya no eran
seguras.
—Y luego mi amiga, Vanda, estaba en peligro. Los Malcontents volaron
nuestra discoteca e intentaron matarla, y la abandoné. Volví a Londres. —Ella se
volvió hacia él, con lágrimas corriendo por sus mejillas—. ¿Ves por qué me
avergüenzo? Soy una cobarde que falla a quién cuenta conmigo. Yo los abandoné
cuando más me necesitaban.
Love At Stake #13.5