13.5- Vampires gone wild

Kerrelyn Sparks
Vampires Gone Wild
Las lágrimas nublaron su visión.
—Realmente lamento lo de tu hija, pero no puedo abandonar mi sueño y no
hacer nada el resto de mi vida. Creía que comprendías cuán importante es esto
para mí.
—Creía que tú comprendías cuán importante eres para mí. Tienes mi
corazón.
—¡Yo no lo pedí! —Ella se dobló de dolor. Oh Dios, no debería haber soltado
eso. Él instantáneamente se había encogido y la dejó ir.
Salió de la cama, su cara dura y sus ojos fríos.
—Mis disculpas por agobiarte con algo que no quieres.
Él caminó hacia el cuarto de baño y cerró la puerta.
Su pecho se apretó con un repentino dolor. ¿Qué había hecho? No había
querido hacerle daño. Solo quería ir a las misiones con él. Quería probarse lo fuerte
y valiente que era. ¿Qué estaba mal con eso?
En su lugar, se había probado que era una terrible idiota.
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Las lágrimas descendieron por sus mejillas. ¿Qué debería hacer? ¿Disculparse
y decirle que le amaba? ¿Lo hacía?
Oh, Dios, sí. Debía amarle para que esto doliera tan horriblemente.
Se deslizó fuera de la cama, lista para correr hacia el cuarto de baño y
confesar su amor. ¿Pero luego qué? ¿Esperaría abandonar sus planes?
Deambuló hacia el cuarto de baño y llamó a la puerta.
Sin respuesta.
—¿Mikhail? —Llamó otra vez—. ¿Podemos... hablar?
Sin respuesta.
Abrió la puerta, y la habitación estaba vacía. Debía haberse puesto algunas
ropas y se teletransportó lejos. Probablemente a la casa de Zoltan, preparándose
para la siguiente misión.
Estuvo tentada de seguirle, pero ¿cómo podía presentarse allí, llevando nada
excepto una delgada bata? Además, no sabía qué decir. Él probablemente no daría
marcha atrás, y ella no quería abandonar su sueño. Estaban en un punto muerto, y
no sabía cómo arreglarlo.