13.5- Vampires gone wild

Kerrelyn Sparks
Vampires Gone Wild
—Voy a explicaros el plan primero. Los Malcontents se encuentran
desordenados, con Casimir y Corky desaparecidos. Ningún líder claro ha surgido,
y la información es escasa. Sabemos de un club nocturno en Moscú que les gusta
frecuentar, así que hay una buena posibilidad de que podamos obtener
información valiosa allí.
Pamela asintió. ¡Cielo santo! ¿Esperaban que ella trabajara en Moscú?
—Es un lugar trágico. —Emma hizo una mueca—. Los mortales que van allí
son cautivados hasta el punto en que disfrutan siendo el alimento
sucesivamente. Finalmente, se les acaba la sangre y los echan a un lado como
envases de leche vacíos. Y, lamentablemente, hay más mortales listos para ocupar
sus lugares. Tendrías que ser testigo de eso, pero no hacer nada para ayudarlos o
tu cubierta quedaría destruida. Entonces, estarías metida en serios problemas.
Pamela tragó saliva.
—Entiendo.
—Trabajaríais en el bar, sirviendo a los mortales y escuchando a los
Malcontents —dijo Angus.
Pamela se desplomó. Esto no iba a funcionar.
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—Me temo que no puedo ayudaros. No sé nada de ruso.
—Es por eso que eres perfecta para el trabajo. —Emma le dirigió una sonrisa
alentadora—. Los Malcontents se sentirán libres de discutir sus asuntos delante de
ti.
—Lo más probable es que os prueben para asegurarse de no los entendéis —
le advirtió Angus—. Podrían deciros algunas cosas muy desagradables si ven que
reaccionáis.
—Simplemente ignóralos y sigue con tu trabajo sirviendo a los mortales —
dijo Emma—. Vas a estar cableada, así que tus conversaciones serán escuchadas
por nuestro agente ruso.
El corazón de Pamela dio un vuelco.
—¿Quieres decir... Mikhail?
—Sí —respondió Angus—. Él será vuestra pareja.
Ella negó con la cabeza.
—Él nunca estará de acuerdo con eso. No quiere que haga algo peligroso.