13.5- Vampires gone wild

Kerrelyn Sparks
Vampires Gone Wild
—Te ves delgada. Y pálida.
Ella parpadeó para alejar las lágrimas en sus ojos. Querido Mikhail. Sin falsa
adulación, sólo la cruda verdad. Era una de las muchas cosas que le gustaban de
él. Estaba más delgado, también. Sus pómulos y la línea de su mandíbula eran más
nítidos, y sus ojos tenían una mirada atormentada en ellos.
—No me di cuenta de que estabas en Londres.
—Llegué hace una hora para presentarle el plan a Angus. ¿Él te habló de él?
Ella asintió.
—Dijo que nosotros seríamos... socios en los negocios.
Su boca se apretó.
—Ese sería un buen comienzo.
¿Un comienzo para qué?
—Supongo que podrías necesitar vivir más cerca del bar donde voy a estar
trabajando.
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—Tengo una casa en Moscú. Eres bienvenida a vivir allí. —Una mirada de
dolor cruzó sus ojos—. Hay un dormitorio de repuesto.
Ella hizo una mueca para sus adentros.
—¿Entonces esta es una... propuesta de negocios?
—Sí.
Sacudió la cabeza, confundida.
—No sé por qué estás haciendo esto. Has dejado claro que no querías que yo
hiciera nada peligroso, pero ahora has…
—¿No sabes por qué? —Dio un paso hacia ella—. ¿No es obvio? Estoy
tratando desesperadamente de traerte de vuelta a mi vida. Estoy tan desesperado
que estoy dispuesto a ponerte en una situación peligrosa que va a provocarme un
infarto cada noche. Y estoy dispuesto a soportar la tortura sólo por que estarás
cerca de mí.
Su corazón se hinchó.
—Mikhail…
—Sé que te apresuré. He estado enamorado de ti desde hace casi doscientos