Limpieza social
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Mediación local: agentes de la victimización<br />
La mutación la confirma el Instituto Distrital para la Protección<br />
de la Niñez y la Juventud (IDIPRON): “En Ciudad Bolívar<br />
la disminución es de 8,8 por ciento en el número de pandillas.<br />
Pasó de 204 en el 2003 a 186 en el último registro” (El Tiempo,<br />
2008, julio 2).<br />
Antes que perpetradoras del aniquilamiento, las pandillas<br />
han sido sus víctimas 195 . Sus prácticas conflictivas crean zozobra<br />
e intranquilidad en los barrios, perturbando la convivencia y convirtiéndolas<br />
en objeto de aniquilamiento. “Ya no atacan con cuchillos,<br />
siempre cargan pistolas y arreglan las cosas a bala”, decía<br />
un habitante joven a comienzos de los años noventa (El Tiempo,<br />
1991, agosto 25). Por aquel tiempo la diseminación de la actividad<br />
criminal era visible tanto en Ciudad Bolívar como en Bogotá,<br />
jalonada por bandas de alto calado pero también por una<br />
delincuencia común entregada al atraco callejero y otros hurtos,<br />
con las pandillas como uno de sus principales exponentes. En la<br />
periferia la situación era explosiva, el hurto solía venir acompañado<br />
de lesiones personales y homicidio. “El gusto por matar” y<br />
el “temor generalizado” se convirtieron en frases traídas a cuento<br />
de seguido. Los barrios consolidados nucleados en el sector 1 albergaban<br />
la mayor cantidad, con frecuencia tomando su nombre<br />
del sector donde habitaban: Los de Compartir (que además hacían<br />
presencia en Juan Pablo II y Villa Gloria), Los de la URBA<br />
(nombre que viene de una urbanización construida en los límites<br />
entre Compartir y San Francisco), Los del Bolo Aéreo (en San<br />
Francisco), Los de Juan Pablo II, Los de Candelaria y Los Playeros<br />
(en San Francisco y Sauces).<br />
Las pandillas ocuparon un lugar destacado en el conflicto<br />
violento de la localidad, en particular durante la fase de la gestión<br />
de las bandas durante los años noventa —se anotó—. Sus<br />
enfrentamientos se convirtieron en hecho diario. Empeñadas en<br />
195 Aunque no fue corriente, también se dio el caso de pandillas contratadas para<br />
realizar las ejecuciones: “Habían (sic) pandillas que eran contratadas para que exterminaran<br />
a los ladrones y donde están las ollas” (CNMH-IEPRI, 2013, Entrevista<br />
a habitante de la localidad).<br />
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