Limpieza social
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<strong>Limpieza</strong> <strong>social</strong><br />
Una violencia mal nombrada<br />
junio 23) 212 . Las ejecutorias proyectadas pasaban por la dotación<br />
de vías y pavimentos; la habilitación de acueductos y alcantarillados;<br />
la entrega de lotes con servicios; la construcción de centros<br />
de salud y educación; el desarrollo de equipamientos a la manera<br />
de centros comunales de servicios; la legalización de los barrios,<br />
una buena parte de ellos erigidos bien por invasión bien por venta<br />
pirata (El Tiempo, 1983, junio 23). Se trataba, pues, de afrontar<br />
con determinación la tarea de levantar la ciudad bajo la dirección<br />
mediadora del Estado (Bogotá, 1984, Decreto 890/84) 213 .<br />
Sin embargo el programa, lejos de ayudar a superar una condición<br />
crítica, contribuyó con sus fracasos a la estigmatización de la localidad.<br />
Más allá de las ambiciosas metas, las sucesivas administraciones<br />
distritales se mostraron incapaces de contener la expansión de la periferia.<br />
A pesar de que el Programa fue firmado en 1984, su ejecución<br />
no comenzó sino hasta tres años después. Además de que la administración<br />
no contaba con la infraestructura institucional requerida<br />
para la implementación de un proyecto de semejante envergadura,<br />
los estudios técnicos, <strong>social</strong>es y financieros tardaron mucho en ser presentados<br />
y aprobados. Los resultados eran lamentables, muchas de las<br />
obras anunciadas o se habían cumplido a medias o no se habían emprendido.<br />
Lo titulaba un diario de la época, “Abandonadas varias avenidas<br />
del Programa Ciudad Bolívar” (El Tiempo, 1989, septiembre 13).<br />
Los problemas llovían, el Programa desató la especulación sobre<br />
el valor de la tierra. Circularon las denuncias acusando a concejales<br />
de comprar terrenos y construir ilegalmente, presionando luego al<br />
Concejo para que legalizara los terrenos e implementara los servicios<br />
públicos (El Tiempo, 1984, diciembre 1; y 1985, julio 9). El negocio era<br />
212 El grado de desamparo de la zona era proverbial. Para el año de 1985 todo<br />
este monumental sector de la ciudad tenía un déficit del 95 por ciento en materia<br />
de servicios <strong>social</strong>es, incluyendo educación, bienestar y recreación. Nada menos<br />
que el 54 por ciento de las viviendas tenía la condición de tugurio, mientras el 14<br />
por ciento carecía de acueducto y alcantarillado. El 50 por ciento de las viviendas<br />
contaba con solo dos de los cuatro servicios básicos, además de que poseía los indicadores<br />
más altos en relación a características físicas inadecuadas (19,7 por ciento)<br />
y hacinamiento crítico (23,7 por ciento) (Alcaldia Mayor de Bogotá, 1985).<br />
213 El proyecto se planteó de modo casi exclusivo como un plan de urbanismo e<br />
infraestructura, prestando atención marginal a la compleja situación <strong>social</strong> sobre<br />
la que se armaba la vida en aquellos territorios.<br />
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