Limpieza social
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<strong>Limpieza</strong> <strong>social</strong><br />
Una violencia mal nombrada<br />
sus estrategias. La guerrilla no tanto, cometió el dos por ciento del<br />
total de los casos registrados en la base de datos del CINEP (2014);<br />
los grupos paramilitares, de su lado, la emplearon de manera sistemática<br />
afirmando sin ambages que su proyecto pasaba por la<br />
“limpieza <strong>social</strong>” 62 . La toma del oriente del país —por ejemplo—<br />
encaminó sus actividades “a ubicar presuntos miembros de la subversión,<br />
delincuentes comunes, indigentes (…) expendedores y<br />
consumidores de drogas y en general personas con antecedentes<br />
judiciales” (Corte Suprema de Justicia, 2012, junio 6). El listado incluye<br />
activistas políticos, pero también otro conjunto de personas<br />
rubricadas por la identidad <strong>social</strong> 63 .<br />
Sin embargo los motivos políticos, una vez ingresan a la ciudad,<br />
entran en diálogo con los fines <strong>social</strong>es. Pese a estar en manos de<br />
un actor armado, la “limpieza <strong>social</strong>” se pone en operación como<br />
instrumento de búsqueda de legitimidad entre la población local<br />
mediante la intervención sobre los actores de la convivencia. Además,<br />
los grupos paramilitares trabaron relación con bandas criminales<br />
locales, pandillas y asaltantes callejeros, ya sea con el fin de<br />
integrarlos en sus filas o ya con el propósito de exterminarlos. La<br />
lógica <strong>social</strong> de los conflictos locales se pone en juego, la ciudad<br />
determina otras jerarquías 64 . Su papel en el proyecto de expansión<br />
de un actor armado da cuenta de la profundidad que tiene en Colombia<br />
el consentimiento del exterminio.<br />
El consentimiento <strong>social</strong> se nutre del estigma. Cada sociedad<br />
tiene los suyos, incluso a Europa Occidental —pese a ostentar el<br />
título de la democracia ejemplar de la modernidad— la invaden<br />
62 Rogelio habla de “paramilitares” recogiendo una narración popular que se<br />
quedó en los barrios después de su desmovilización. El término se usa de manera<br />
indiscriminada para referir todo actor urbano con cierto grado de presencia<br />
violenta, recogiendo la actuación paramilitar diseminada en la ciudad durante la<br />
primera mitad de la década del 2000 (según se verá en el Capítulo 8).<br />
63 Las mismas consignas atravesaron la incursión paramilitar en Bogotá, persiguieron<br />
a los miembros de la guerrilla y sus células de apoyo, así como una variada<br />
gama de identidades sometidas al veredicto inapelable del exterminio.<br />
64 Sucede que en no pocas ocasiones han sido asesinados activistas políticos y líderes<br />
comunales con los procederes típicos del exterminio <strong>social</strong>, con la condición<br />
particular que se los hace aparecer como “viciosos y delincuentes”, dando cumplimiento<br />
al tipo de enjuiciamiento que demanda su ejecución.<br />
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