Revista Móvil #13

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DISEÑO
POPCORN
CROSSOVER
CAMARO
de potencia de algunos clientes. Paradójicamente, hoy en día esa
primera serie de motores chicos es la más buscada por los coleccionistas
y por ende la más cara.
Chevrolet se posicionaba entonces como la marca más
aspiracional del segmento de los deportivos descapotables con un
Corvette que despertaba suspiros en el mercado y envidia en una
competencia que planeaba el contraataque. Y llegaría con el Thunderbird,
un auto que sin el posicionamiento deportivo del “Vette”,
penetraría fuertemente entre aquellos que buscaban un auto rápido
pero sobre todo confortable.
Si bien este Thunder 55 llegaría rápidamente a convertirse
en uno de los favoritos en Norteamérica, hacia 1960 era el Chevrolet
Corvair –con motor de aluminio refrigerado por aire, tracción
trasera y suspensión independiente–, quien contenía a la legión de
deportivos compactos europeos del estilo del 356 de Porsche que
invadían al país del norte. Con el Corvair y el Corvette, Chevrolet
controlaba tanto el segmento de los deportivos compactos como el
de los de pura cepa. Pero Ford no dormiría viendo la escena.
Cuatro años después, en 1964, presentaría el Mustang,
un auto que tenía en la mira al Corvair, pero sin emularlo en nada.
Por el contrario, Ford decidió diseñar un auto “low cost” destinado
al gran público –que compartía varios elementos con el Falcon–, saliéndose
del clásico deportivo para pocos y solo para hombres. Con
el Mustang todo volvió a equilibrarse. Esta vez le tocaba mirar a
Chevrolet cómo se vendían 100.000 de estos autos en seis meses y
casi medio millón el primer año. Algo había que hacer. Y se hizo el
Camaro.
En un principio, se contemplaron varias versiones que
incluían una rural, una coupé fastback y un roadster biplaza. Pero
para darle de lleno al Mustang, se comenzó por un convertible y una
DISEÑO POCHOCLERO
DISEÑO / ADN
CHEVROLET