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C OF Teruel
La mirada externa
i nos suele preocupar cómo crece el número
de españoles que se automedica,
mucha más alerta nos debería causar que
haya padres que abusen de determinados
medicamentos y administren a sus hijos o bebés
medicinas cuando no son necesarias o no sean
conscientes de los efectos secundarios que una
medicina puede causar en los menores de edad.
Con casi dos décadas de experiencia como pediatra
de atención primaria, Mónica valora, que en general,
los padres no suelen abusar de los medicamentos,
ya que la mayoría administran a sus hijos los medicamentos
pautados por su pediatra, aunque reconoce
que “algunos de ellos hacen un gran uso de
determinados analgésicos y mucolíticos que a veces
no precisan”. Respecto a si conocen los efectos que
los medicamentos, y en especial de los antibióticos,
causan en sus hijos, la pediatra confirma que
la mayor parte de los progenitores no los conocen,
únicamente quieren que los niños se recuperen lo
más pronto posible.
En relación a la información que manejan los pacientes-padres
sobre las medicinas que administran a
los niños, Mónica indica que no cree que haya crecido
el conocimiento que manejan los padres ya que
siempre ha dependido del nivel cultural de los mismos.
“Antes se informaban con el prospecto correspondiente
y ahora lo consultan por internet”, precisa
Mónica, que a lo largo de su trayectoria profesional
ha atendido a miles de familias de variados perfiles
sociales y culturales.
La red internet, tan útil en la vida actual, representa
en esta cuestión un arma de doble filo ya que
se constata que son cada vez más los ciudadanos
que, ante un síntoma o un problema de salud, acuden
a la red de redes para buscar un diagnóstico y
una solución. Asimismo, también son muchos los
padres que confían en internet a la hora de valorar
la salud de su hijo y administrarle una medicina. En
opinión de la doctora esa información sólo la debe
proporcionar el facultativo, que es el que valora no
sólo un síntoma sino el conjunto del estado de una
persona para elaborar un diagnóstico y la necesidad
o no de tomar una medicina. No obstante, Mónica
considera que la mayoría de esas consultas se realizan
sobre patologías banales, es decir, en torno a
afecciones comunes y sin complicaciones, pero no
sobre problemas importantes de salud. La confianza
en los farmacéuticos que mantienen los padres, en
la actualidad no ha variado, y a juicio de la pediatra
“en general, los padres que acuden a mi consulta
confían mucho en ellos”.
Otro de los fenómenos que se han generalizado a
la sombra de la proliferación del uso de las redes
sociales y los servicios de mensajería inmediata es
la rápida difusión de las comunicaciones farmacéuticas
sobre retiradas de lotes de productos o vacunas,
unas comunicaciones que se dan con normalidad
entre las oficinas de farmacia pero que ahora
se transforman en grandes alertas cuando se transmiten
por grupos de ciudadanos y padres. “Ante
alguna alerta, hace años los padres no se enteraban,
ahora sobre todo con el WhatsApp la información
vuela” asegura Mónica, quien piensa que no es
necesario alertar a la población sin motivo alguno.
Y sin abandonar la gran influencia que tiene la
red internet en nuestros hábitos de consumo más
recientes, la doctora se pronuncia sobre la conveniencia
o no de permitir la venta de medicamentos
sin receta por internet, una modalidad que ya cuenta
con la luz verde de la Unión Europea y que, sin
embargo, a juicio de la mayoría de los médicos y farmacéuticos
no ofrece todas las garantías que presta
la botica tradicional. “No debería estar permitido. Se
desconoce el origen real de los mismos, desconoces
si han estado conservados adecuadamente y,
por ejemplo, en el caso de vacunas, si han respetado
la cadena de frío...”, un largo etcétera de interrogantes
que llevan a descartar este nuevo canal
de venta de medicinas.
Para la doctora, el servicio que se presta por parte
de las oficinas de farmacia de nuestro país es
bueno, sobre todo en cuanto a abastecimiento de
los fármacos, “aunque en ocasiones proporcionan
al paciente productos que no deberían como antibióticos”.
El margen de mejora de dicho servicio
que aprecia la doctora podría radicar en la prohibición
de la venta de medicamentos sin receta”. Creo
que sería conveniente que las medicinas para niños
pequeños se deberían dispensar todos con receta
médica pues aunque sean pocos, hay padres
que abusan de mucolíticos, antihistamínicos o analgésicos...
Debería estar más controlado”, insiste la
doctora.
La farmacia suele ser también un punto de venta de
calidad que ofrece productos para lactantes. Así lo
entienden muchos consumidores y padres que confían
en el sello de calidad y la garantía que avalan
toda la gama de leches de fórmula y otros productos
diseñados específicamente para los niños recién
nacidos. A este respecto, la pediatra no considera
que sea el punto de venta lo realmente importante
que deben valorar los padres a la hora de adquirir
un producto, sino el laboratorio que lo avala. En
este sentido, valora por igual las diferentes marcas
de leche en fórmula que se venden en nuestro país.
En general, las marcas de leche de fórmula que se
venden en España son de alta calidad”, conocemos
a los laboratorios y sus proyectos y todas me
generan confianza, aun así hay que dejar claro que
hay laboratorios que dedican más a la investigación
que otros”. l
Antonio Hernández
Torres
Presidente
del COF de Teruel
La confianza en
los farmacéuticos
que mantienen
los padres, en la
actualidad no ha
variado, y a juicio
de la pediatra
“en general,
los padres que
acuden a mi
consulta confían
mucho en ellos”
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