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VE-24 MAYO 2016

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Los hombres sabios hablaron.<br />

Ozac se sintió orgulloso de ser el elegido. Guardó yesca en su<br />

piel de dormir, se colgó un odre a la espalda, se apoyó la azada en el<br />

hombro y se alejó de su aldea en busca de las piedras de agua. Una<br />

pareja de cabras serían su única compañía.<br />

Pasaron muchas lunas mientras recorría el camino de sus<br />

antecesores. La primavera fortaleció su cuerpo de adolescente; el<br />

verano curtió su piel inmadura; el otoño le despojó de su silencio y el<br />

invierno congeló su sombra.<br />

Una tarde en la que el sol parecía incendiar el horizonte, la<br />

monótona ondulación del terreno por el que transitaba se quebró y<br />

ante sus ojos, apareció una tierra llana, cubierta por matorrales que<br />

tenían el color del trigo marchito y, unos surcos de barro seco, que<br />

dejaban el testimonio de que en algún momento del tiempo, allí,<br />

había estado el agua.<br />

No tardó en encontrar los vestigios del otro elegido. Comprobó<br />

que el pozo aún tenía líquido. Aprovechó lo aprovechable y enterró el<br />

resto. Al día siguiente, después de sembrar sus semillas y acomodar<br />

sus cabras, empezó a peinar la tierra desde el punto exacto donde se<br />

había quedado inmóvil la ondulación.<br />

Un mediodía plomizo, en el que ni siquiera el viento le<br />

susurraba su eterna letanía, se fijó en sus manos y vio en ellas el<br />

reflejo de las ondulaciones que iba dejando tras sus pasos; intentó<br />

enderezarse, pero su cuerpo, agotado por el infructuoso trabajo de<br />

tantos años, se había quedado retorcido como las sabinas; pensó que<br />

si hallaba las piedras, no podría volver, y, por primera vez en su vida<br />

tuvo conciencia de sí mismo y de su condena por ser el elegido. Lloró<br />

con amargura. Y allí, donde la tierra se humedeció con su tristeza,<br />

apareció el tesoro que buscaba; con el corazón roto por la soledad,<br />

las tapó y siguió peinando el terreno hasta el final de sus días.<br />

Marisol Santiso Soba (Madrid)<br />

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