A Primera Vista
Este libro nos da una lección de vida y nos plasma la trágica historia de amor de un hombre enamorado.
Este libro nos da una lección de vida y nos plasma la trágica historia de amor de un hombre enamorado.
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compromiso, sería su embarazo, sólo para intentar averiguar si Jeremy sabía realmente dónde se metía. O<br />
peor aún, si ella le había tendido alguna trampa.<br />
Podía equivocarse, por supuesto. Quizá todos se mostraran encantados con la noticia. Quizá<br />
pensaran que la situación era de lo más razonable. Quizá creyeran que el compromiso formal y el<br />
embarazo no tenían nada que ver con lo que sentían el uno por el otro, porque ésa era la verdad. Y quizá<br />
ella desplegaría las alas y se marcharía volando a casa.<br />
Lexie no deseaba verse envuelta en problemas con su familia política. Por supuesto, como regla<br />
general no había nada que uno pudiera hacer para evitarlo, pero no se sentía con ganas de empezar esa<br />
relación con el pie izquierdo.<br />
Además, por más que no quisiera admitirlo, si ella estuviera en el otro lado, en el de la familia de<br />
Jeremy, también se mostraría escéptica. Casarse suponía un gran paso para cualquier pareja, y todavía<br />
más para una que apenas se conocía.<br />
A pesar de que la madre de Jeremy la había tratado con una ostensible amabilidad, Lexie había<br />
notado cómo la escrutaba, cómo intentaba llegar hasta lo más profundo de su ser, tal como habría hecho<br />
cualquier madre. Lexie había derrochado toda la simpatía de que había sido capaz, y al final, la mujer se<br />
había despedido de ella con un abrazo y un beso.<br />
Una buena señal, admitió Lexie. O un buen inicio, según como se mirase. La familia necesitaría<br />
tiempo para aceptarla en el clan. A diferencia del resto de las hijas políticas, Lexie no iría de visita cada<br />
quince días, y probablemente estaría en el punto de mira de todos, hasta que el tiempo demostrara que<br />
Jeremy no había cometido un error. Tal vez pasaría un año, o dos, o incluso más. Supuso que podría<br />
acelerar el proceso con llamadas telefónicas o escribiendo cartas con regularidad...<br />
«No te olvides de comprar papel de carta», se dijo a sí misma.<br />
Para ser honesta, incluso ella estaba un poco asustada con el rápido cauce que había tomado su<br />
historia con Jeremy. ¿Estaba él realmente enamorado de ella? ¿Y ella? Se había formulado esas preguntas<br />
un sinfín de veces al día durante las dos últimas semanas, y siempre acababa con las mismas respuestas:<br />
sí, estaba embarazada, y sí, el padre de la niña era Jeremy, pero no habría accedido a casarse con él si no<br />
creyera que podrían ser felices juntos.<br />
Y serían felices, ¿no?<br />
Se preguntó si Jeremy se cuestionaba la celeridad con que estaban discurriendo las cosas, y pensó<br />
que probablemente sí. Era imposible no cuestionárselo. Pero él parecía mucho más relajado que ella, y<br />
Lexie se preguntaba por qué. Quizá era porque ya había estado casado con anterioridad, o quizá porque<br />
había sido él quien había forzado la relación durante la semana que había pasado en Boone Creek hasta<br />
que acabaron acostándose juntos. Pero fuera por la razón que fuese, Jeremy siempre se había mostrado<br />
más seguro sobre su relación que ella, lo cual le parecía extraño, puesto que era él quien se definía a sí<br />
mismo como un escéptico nato.<br />
Lo miró de soslayo, se fijó en su pelo oscuro y en el atractivo hoyuelo que tenía en la barbilla, y se<br />
dijo a sí misma que le gustaba lo que veía. Se acordó de que la primera vez que lo vio en el pueblo pensó<br />
que era muy atractivo. ¿Qué había dicho Doris sobre él, después de conocerlo en el restaurante? «No es<br />
como te lo imaginas.»<br />
Bueno, pensó, ahora sí que, decididamente, iba a averiguar cómo era Jeremy, ¿no?<br />
Fueron los últimos en llegar a la casa. Lexie todavía estaba nerviosa al llegar a la puerta y se detuvo<br />
delante de los peldaños de la entrada principal.<br />
—Les encantarás, te lo aseguro —la reconfortó él.<br />
—No te separes de mí ni un momento, ¿vale?<br />
—¿Y adonde quieres que vaya?