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NUESTRA GENTE
UNA PERSONA
EXCEPCIONAL
Fue el 22 de febrero cuando
en el diario El Sur apareció publicada
la carta de Luis Cárdenas
Aguayo, pasajero que a través de
un par de líneas expresó su opinión
acerca de la gran experiencia que
había tenido viajando en Pullman
Tur, principalmente por la calidad
del servicio y también por la atención
y compromiso de un auxiliar
mayor de edad, a quien describió
como “fuera de serie”, que con
amabilidad lo había atendido durante
todo el recorrido.
El aludido era Fernando
Araya, quien inmediatamente,
gracias a las
sugerencias recogidas
por Leopoldo Sepúlveda,
fundador de la empresa
destacada por la calidad
de servicio a bordo,
fue reconocido por su
labor en una ceremonia
y fue destacado como
el Mejor Trabajador del
Año 2016 con un regalo
conmemorativo y un
diploma.
TRABAJADOR EJEMPLAR
Nacido en Chiguayante, que significa
“Tierra Bella”, Fernando Araya,
de 58 años, comenzó a trabajar
como auxiliar, tal como él relata,
el 14 de junio de 1978, con 21
años. A Pullmantur arribó recién
cuando la empresa fue creada y
comenzaba sus recorridos con una
máquina. “Don Leopoldo se inició
con un bus y cuatro personas que
seguimos trabajando para él: tres
choferes y yo”, explica Araya.
Fernando Araya junto a su jefe Leopoldo Sepúlveda.
Con un turno de 6x1, Fernando
es un trabajador que no se detiene
ni titubea al momento de realizar
sus responsabilidades antes de
que inicie un recorrido, ayudando
a los pasajeros a subir sus maletas;
preocupándose del aseo y
seguridad al interior del bus y, al
finalizar cada recorrido, despidiéndose
de los pasajeros.
“Iniciando un viaje, lo primero
de lo que me preocupo es de que
los pasajeros se pongan su cinturón
de seguridad y pedirles sus
datos personales. También reviso
que esté todo impecable, que el
aire acondicionado funcione bien,
y si todos, pasajeros y conductores,
están cómodos o necesitan
algo para ayudarlos. Por ejemplo,
a las personas les doy la clave del
Wi-Fi, y cuando vamos a pasar por
sectores donde se pierde la señal
les aviso, voy revisando que el
baño se mantenga limpio, ando de
arriba para abajo”.
El nivel de preocupación por
los detalles es increíble: “Si hay
alguna persona que tiene diabetes
y necesita comprar algo, me
encargo de hacerlo por ella en los
peajes. Es como un todo incluido,
para que estén bien y no les falte
nada. Y me gusta, porque cuando
se termina el viaje, las personas
se acercan a agradecerme y darme
la mano”, comenta Fernando
Araya, orgulloso de su labor y de
la relación que genera con los pasajeros.
Y su esmero también
le gusta traspasarlo
a las nuevas generaciones,
porque cada vez
que ve a un trabajador
nuevo, le aconseja que
atienda bien al pasajero,
que se preocupe de
la calidad del servicio
y que sea responsable,
para así mantener su
trabajo.
Respecto de su reconocimiento,
Fernando
sólo tiene palabras
de agradecimiento,
principalmente para Leopoldo Sepúlveda,
fundador de Pullman Tur,
y su familia. También agradece a
los auxiliares de otras empresas
que lo han felicitado en persona
y por las redes sociales. “Estoy
feliz, porque me gusta todo de
mi trabajo y por ahora seguiré
hasta que la salud me acompañe,
después veré ‘qué será de mí’, tal
como dijo Camilo Sesto”, cuenta
con una sonrisa.
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