20.09.2016 Views

America en la Profecia por Elena de White

Etiquetas - la libertad, la constitución, libertad religiosa, los derechos humanos, los derechos, los derechos civiles, la democracia, la libertad, la libertad de culto, la libertad de conciencia , democracia , democrático, leyes , las leyes religiosas , la religión , la represión religiosa , la persecución , la tiranía, la iglesia y el estado , iglesia, estado, separación de iglesia y estado, protestante, reforma, reformador, constitucional, historia

Etiquetas - la libertad, la constitución, libertad religiosa, los derechos humanos, los derechos, los derechos civiles, la democracia, la libertad, la libertad de culto, la libertad de conciencia , democracia , democrático, leyes , las leyes religiosas , la religión , la represión religiosa , la persecución , la tiranía, la iglesia y el estado , iglesia, estado, separación de iglesia y estado, protestante, reforma, reformador, constitucional, historia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

para que recibies<strong>en</strong> <strong>la</strong> verdad. Era el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Dios <strong>de</strong> verdad y <strong>de</strong> sabiduría el que dominaba a los mismos<br />

adversarios <strong>de</strong> <strong>la</strong> Reforma y preparaba así el camino para <strong>la</strong> gran obra que iba a realizarse. Martín Lutero<br />

no estaba pres<strong>en</strong>te, pero <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> Uno más gran<strong>de</strong> que Lutero se había <strong>de</strong>jado oír <strong>en</strong> <strong>la</strong> asamblea.<br />

La dieta nombró una comisión <strong>en</strong>cargada <strong>de</strong> sacar una lista <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s opresiones papales que<br />

agobiaban al pueblo alemán. Esta lista, que cont<strong>en</strong>ía ci<strong>en</strong>to una especificaciones, fue pres<strong>en</strong>tada al<br />

emperador, acompañada <strong>de</strong> una solicitud <strong>en</strong> que se le pedía que tomase medidas <strong>en</strong>caminadas a reprimir<br />

estos abusos. “¡Cuántas almas cristianas se pierd<strong>en</strong>!—<strong>de</strong>cían los solicitantes—¡cuántas rapiñas! ¡cuántas<br />

exacciones exorbitantes! ¡y <strong>de</strong> cuántos escándalos está ro<strong>de</strong>ado el jefe <strong>de</strong> <strong>la</strong> cristiandad! Es m<strong>en</strong>ester<br />

precaver <strong>la</strong> ruina y el vilip<strong>en</strong>dio <strong>de</strong> nuestro pueblo. Por esto unánimem<strong>en</strong>te os suplicamos sumisos, pero<br />

con <strong>la</strong>s más vivas instancias, que ord<strong>en</strong>éis una reforma g<strong>en</strong>eral, que <strong>la</strong> empr<strong>en</strong>dáis, y <strong>la</strong> acabéis” (ibíd.).<br />

El concilio pidió <strong>en</strong>tonces que compareciese ante él el reformador. A pesar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s intrigas, protestas<br />

y am<strong>en</strong>azas <strong>de</strong> Aleandro, el emperador consintió al fin, y Lutero fue citado a comparecer ante <strong>la</strong> dieta.<br />

Con <strong>la</strong> notificación se expidió también un salvoconducto que garantizaba al reformador su regreso a un<br />

lugar seguro. Ambos docum<strong>en</strong>tos le fueron llevados <strong>por</strong> un heraldo <strong>en</strong>cargado <strong>de</strong> conducir a Lutero <strong>de</strong><br />

Witt<strong>en</strong>berg a Worms. Los amigos <strong>de</strong> Lutero estaban espantados y <strong>de</strong>sesperados. Sabedores <strong>de</strong>l prejuicio<br />

y <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>en</strong>emistad que contra él reinaban, p<strong>en</strong>saban que ni aun el salvoconducto sería respetado, y le<br />

aconsejaban que no expusiese su vida al peligro. Pero él replicó: “Los papistas [...] no <strong>de</strong>seaban que yo<br />

fuese a Worms, pero sí, mi cond<strong>en</strong>ación y mi muerte. ¡No im<strong>por</strong>ta! rogad, no <strong>por</strong> mí, sino <strong>por</strong> <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra<br />

<strong>de</strong> Dios [...]. Cristo me dará su Espíritu para v<strong>en</strong>cer a estos ministros <strong>de</strong>l error. Yo los <strong>de</strong>sprecio durante<br />

mi vida, y triunfaré <strong>de</strong> ellos con mi muerte. En Worms se agitan para hacer que me retracte. He aquí cuál<br />

será mi retractación: Antes <strong>de</strong>cía que el papa era el vicario <strong>de</strong> Cristo; ahora digo que es el adversario <strong>de</strong>l<br />

Señor, y el apóstol <strong>de</strong>l diablo” (ibíd., cap. 6).<br />

Lutero no iba a empr<strong>en</strong><strong>de</strong>r solo su peligroso viaje. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l m<strong>en</strong>sajero imperial, se <strong>de</strong>cidieron<br />

a acompañarle tres <strong>de</strong> sus más fieles amigos. Me<strong>la</strong>nchton <strong>de</strong>seaba ardi<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te unirse con ellos. Su<br />

corazón estaba unido con el <strong>de</strong> Lutero y se <strong>de</strong>svivía <strong>por</strong> seguirle, aun hasta <strong>la</strong> prisión o <strong>la</strong> muerte. Pero<br />

sus ruegos fueron inútiles. Si sucumbía Lutero, <strong>la</strong>s esperanzas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Reforma quedarían cifradas <strong>en</strong> los<br />

esfuerzos <strong>de</strong> su jov<strong>en</strong> co<strong>la</strong>borador. Al <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> él, díjole el reformador: “Si yo no vuelvo, caro<br />

116

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!