20.09.2016 Views

America en la Profecia por Elena de White

Etiquetas - la libertad, la constitución, libertad religiosa, los derechos humanos, los derechos, los derechos civiles, la democracia, la libertad, la libertad de culto, la libertad de conciencia , democracia , democrático, leyes , las leyes religiosas , la religión , la represión religiosa , la persecución , la tiranía, la iglesia y el estado , iglesia, estado, separación de iglesia y estado, protestante, reforma, reformador, constitucional, historia

Etiquetas - la libertad, la constitución, libertad religiosa, los derechos humanos, los derechos, los derechos civiles, la democracia, la libertad, la libertad de culto, la libertad de conciencia , democracia , democrático, leyes , las leyes religiosas , la religión , la represión religiosa , la persecución , la tiranía, la iglesia y el estado , iglesia, estado, separación de iglesia y estado, protestante, reforma, reformador, constitucional, historia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hermano, y mis <strong>en</strong>emigos me matan, no ceses <strong>de</strong> <strong>en</strong>señar <strong>la</strong> verdad y permanecer firme <strong>en</strong> el<strong>la</strong> [...]. Trabaja<br />

<strong>en</strong> mi lugar. Si tú vives, poco im<strong>por</strong>ta que yo perezca” (ibíd., cap. 7). Los estudiantes y los vecinos que<br />

se habían reunido para ver partir a Lutero estaban hondam<strong>en</strong>te conmovidos. Una multitud <strong>de</strong> personas<br />

cuyos corazones habían sido tocados <strong>por</strong> el evangelio le <strong>de</strong>spidieron con l<strong>la</strong>ntos. Así salieron <strong>de</strong><br />

Witt<strong>en</strong>berg el reformador y sus acompañantes.<br />

En el camino notaron que siniestros pres<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos embargaban los corazones <strong>de</strong> cuantos<br />

hal<strong>la</strong>ban al paso. En algunos puntos no les mostraron at<strong>en</strong>ción alguna. En uno <strong>de</strong> ellos don<strong>de</strong> pernoctaron,<br />

un sacerdote amigo manifestó sus temores al reformador, <strong>en</strong>señándole el retrato <strong>de</strong> un reformador italiano<br />

que había pa<strong>de</strong>cido el martirio. A <strong>la</strong> mañana sigui<strong>en</strong>te se supo que los escritos <strong>de</strong> Lutero habían sido<br />

cond<strong>en</strong>ados <strong>en</strong> Worms. Los pregoneros <strong>de</strong>l emperador publicaban su <strong>de</strong>creto y obligaban al pueblo a que<br />

<strong>en</strong>tregase a los magistrados <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong>l reformador. El heraldo, temi<strong>en</strong>do <strong>por</strong> <strong>la</strong> seguridad <strong>de</strong> Lutero <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong> dieta y crey<strong>en</strong>do que ya empezaba a cejar <strong>en</strong> su propósito <strong>de</strong> acudir a <strong>la</strong> dieta, le preguntó si estaba aún<br />

resuelto a seguir a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte. Lutero contestó: “¡Aunque se me ha puesto <strong>en</strong>tredicho <strong>en</strong> todas <strong>la</strong>s ciuda<strong>de</strong>s,<br />

continuaré!” (ibíd).<br />

En Erfurt,Lutero fue recibido con honra. Ro<strong>de</strong>ado <strong>por</strong> multitu<strong>de</strong>s que le admiraban, cruzó aquel<strong>la</strong>s<br />

mismas calles que antes recorriera tan a m<strong>en</strong>udo con su bolsa <strong>de</strong> limosnero. Visitó <strong>la</strong> celda <strong>de</strong> su conv<strong>en</strong>to<br />

y meditó <strong>en</strong> <strong>la</strong>s luchas mediante <strong>la</strong>s cuales <strong>la</strong> luz que ahora inundaba Alemania había p<strong>en</strong>etrado <strong>en</strong> su<br />

alma. Deseaban oírle predicar. Esto le era prohibido, pero el heraldo dio su cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to y el mismo<br />

que había sido fraile sirvi<strong>en</strong>te <strong>de</strong>l conv<strong>en</strong>to ocupó ahora el púlpito.<br />

Habló a <strong>la</strong> vasta concurr<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> Cristo: “La paz sea con vosotros”. “Los<br />

filósofos—dijo—doctores y escritores han int<strong>en</strong>tado <strong>de</strong>mostrar cómo pue<strong>de</strong> el hombre alcanzar <strong>la</strong> vida<br />

eterna, y no lo han conseguido. Yo os lo explicaré ahora [...]. Dios resucitó a un Hombre, a Jesucristo<br />

nuestro Señor, <strong>por</strong> qui<strong>en</strong> anonada <strong>la</strong> muerte, <strong>de</strong>struye el pecado y cierra <strong>la</strong>s puertas <strong>de</strong>l infierno. He aquí<br />

<strong>la</strong> obra <strong>de</strong> salvación [...]. ¡Jesucristo v<strong>en</strong>ció! ¡he aquí <strong>la</strong> grata nueva! y somos salvos <strong>por</strong> su obra, y no <strong>por</strong><br />

<strong>la</strong>s nuestras [...]. Nuestro Señor Jesucristo dice: ‘¡La paz sea con vosotros! mirad mis manos’; es <strong>de</strong>cir:<br />

Mira, ¡oh hombre! yo soy, yo solo soy qui<strong>en</strong> he borrado tus pecados y te he rescatado. ¡Por esto ti<strong>en</strong>es<br />

ahora <strong>la</strong> paz! dice el Señor”. Y siguió explicando cómo <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra fe se manifiesta <strong>en</strong> una vida santa:<br />

117

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!