VE-26 OCTUBRE 2016
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Número <strong>26</strong><br />
Octubre <strong>2016</strong>
© Todos y cada uno de los derechos de las obras literarias, fotografías o<br />
ilustraciones publicadas en esta revista pertenecen en exclusiva a sus<br />
respectivos autores (aunque en algunos casos no se citen los nombres)<br />
Ilustración de la portada: Sin título – Sarah Martínez (Valencia)<br />
http://materpluvia.blogspot.com.es/<br />
Diseño y edición: Rafa Sastre<br />
Colaboraciones: revistave@hotmail.com<br />
«En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos<br />
para darle un sentido a la existencia»<br />
Miguel de Cervantes (1547-1616)<br />
Descarga de este número de la revista (formato PDF, 4.48 MB):<br />
http://www.mediafire.com/file/g2c1dsq7dwdcml2/<strong>VE</strong>-<strong>26</strong>+<strong>OCTUBRE</strong>.pdf
Nuestros libros<br />
«Buffet Libre» (2015) y «El tiempo y la vida» (<strong>2016</strong>)<br />
disponibles en AMAZON en papel y ebook<br />
Dos libros de relatos y microrrelatos<br />
con la participación de escritores habituales<br />
de la revista VALENCIA ESCRIBE<br />
¿Que no los tienes? ¡Y a qué estás esperando!
Índice<br />
Rentrée (Rafa Sastre) Pág. 1<br />
I Concurso de Relato Rápido «Valencia Escribe» Pág. 3<br />
Grandes profesionales des estilismo (Rafa Olivares) Pág. 5<br />
Miedo (Marisa Martínez) Pág. 7<br />
Retrato de familia (Conxa Gausí) Pág. 9<br />
Bacu (Rafael Blasco) Pág. 11<br />
Cosas de la edad (Enrique Mochón) Pág. 13<br />
¿Hay vida después de Blogger? (Alfredo Cot) Pág. 15<br />
La verdadera historia … (Pepe Sanchis) Pág. 17<br />
Campos de Castilla (Inmaculada Sastre) Pág. 19<br />
Espejismos (Nicolás Jarque) Pág. 21<br />
Meditando (Luis M. Martín) Pág. 23<br />
Un atardecer en Éfeso (Lu Hoyos) Pág. 25<br />
Florecer (Aldana Giménez) Pág. 27<br />
El dios del futuro (Esther Moreno) Pág. 29<br />
Mía (Gladys Alonso) Pág. 31<br />
Otra oportunidad (Carmen Fabiá) Pág. 33<br />
Sueño corto (Isabel Sifre) Pág. 35<br />
Cándido juega entre tinieblas (Belén Mateos) Pág. 37<br />
El templo (Sarah Martínez) Pág. 39<br />
Chasco (Rafa Sastre) Pág. 41<br />
Un día de septiembre (Carmen Martínez) Pág. 43<br />
Se extingue mi llama (Eva C. Franco) Pág. 45<br />
Servicio de Cartería (Manuel Serrano) Pág. 47<br />
Me estoy quitando (Aurora Losa) Pág. 51
A Tiger (M.Luisa Pérez) Pág. 53<br />
Travesuras (Vivian Rodríguez) Pág. 55<br />
Poema de amor (Toni Ávila) Pág. 57<br />
El que ríe el último (Concha García) Pág. 61<br />
Esperanza de pobre (Manoli Vicente) Pág. 63<br />
Yo trabajo con mis manos (Vicente Montemayor) Pág. 65<br />
Querido Víctor (Susana Gisbert) Pág. 67<br />
Es otoño y no llueve (Rosi Serrano) Pág. 69<br />
Grandes frases de grandes autores/as Pág. 71<br />
Valencia Escribe en las redes Pág. 72<br />
La foto de Miguel Pág. 74
Ilustración de Igor Morski (Polonia) http://www.igor.morski.pl/
Rentrée<br />
No sé si hemos vencido al verano, o el verano nos ha vencido a<br />
nosotros. El hecho es que han pasado volando tres meses y aquí<br />
estamos, de nuevo, ofreciendo guerra literaria —la mejor de las<br />
guerras— a los amantes de las letras. Tanto a los entusiastas de la<br />
lectura como a los aficionados a la escritura.<br />
En este nuevo número observaréis nuevas incorporaciones al<br />
elenco de narradores y poetas que han pasado (muchos de ellos para<br />
quedarse) en esta casa de todos que, con las puertas abiertas de par<br />
en par, es Valencia Escribe.<br />
También encontraréis los cuentos premiados en el I Concurso<br />
de Relato Rápido <strong>VE</strong>, celebrado el pasado 18 de junio en El Puerto de<br />
Sagunto. Una aventura enriquecedora en todos los sentidos que, si el<br />
destino lo permite, repetiremos (al igual que el Maratón) el próximo<br />
año.<br />
Disfrutad de los textos aquí recogidos. Los hay para paladares<br />
de cualquier origen y condición, porque ya sabéis eso que dicen: «En<br />
la variedad está el gusto».<br />
Rafa Sastre<br />
1
¿Quieres leer números anteriores de VALENCIA ESCRIBE?<br />
Número 18 (Noviembre 2015)<br />
http://www.yumpu.com/en/document/view/54535272/ve-18-<br />
noviembre<br />
Número 19 (Diciembre 2015)<br />
http://www.yumpu.com/es/document/view/54807799/ve-19-diciembre<br />
Número 20 (Enero <strong>2016</strong>)<br />
http://www.yumpu.com/es/document/view/54933702/ve-20-enero<br />
Número 21 (Febrero <strong>2016</strong>)<br />
http://www.yumpu.com/es/document/view/55061773/ve-21-febrero<br />
Número 22 (Marzo <strong>2016</strong>)<br />
http://www.yumpu.com/es/document/view/55255629/ve-22-marzo<br />
Número 23 (Abril <strong>2016</strong>)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55357609/ve-23-abril<br />
Número 24 (Mayo <strong>2016</strong>5)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55463300/ve-24-mayo<br />
Número 25 (Junio <strong>2016</strong>)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55598725/ve-25-junio<br />
NOTA: Enlaces de descarga en el interior de cada revista<br />
2
I Concurso de Relato Rápido <strong>VE</strong><br />
Celebrado el 18 de junio en el Casal Jove de El Puerto de<br />
Sagunto, con la colaboración de Ágora Puerto Cultural y Marián<br />
Creación Literaria<br />
El concurso consistió en escribir, en el espacio de 30 minutos,<br />
un relato (extensión mínima 75 palabras y máxima 150), con la frase<br />
de comienzo «Aquel día me fui a la cama a las once de la noche…»<br />
******************************<br />
Primer premio<br />
BARBA POBLADA<br />
Aquel día me fui a la cama a las once de la noche sin saber que<br />
sería nuestra última noche en casa. A primera hora la Policía llamó a<br />
la puerta y en pocos minutos el desahucio se hizo efectivo. Cogimos lo<br />
poco que teníamos y nos fuimos a vivir a una barba. Nos ubicamos en<br />
la zona de la barbilla, las más canosa, por lo de que el blanco ayuda a<br />
mantenerse más frescos. Los problemas vinieron con la llegada de<br />
más familias. Empezaron a organizar fiestas y barbacoas y lo dejaban<br />
todo sucio. Lo que provocó una foliculitis. Además nos llegó el rumor<br />
de que la barba iba a ser afeitada. Papá tuvo que inspeccionar nuevas<br />
zonas. Encontró una cabeza deshabitada. Hay poco pelo y tenemos<br />
que vivir de okupas, pero, al menos, está bien amueblada.<br />
Francesc Barberá (Algemesí)<br />
3
Segundo premio<br />
ESPÍRITU DE SERVICIO<br />
Aquel día me fui a la cama a las once de la noche, cansada de<br />
tanto debate político. Me acosté en el lado derecho mirando hacia la<br />
izquierda, como siempre. Él dormía a pierna suelta, apenas tapado<br />
por la sábana, ajeno a las próximas elecciones. Imaginé a cada<br />
candidato en el puesto de mando. Sopesé los pros y los contras unos<br />
minutos. Rocé su rostro y le di un beso en la mejilla sintiéndome el<br />
mismísimo Judas. Las fotos serían portada. Quién mejor que yo para<br />
hacerle la cama.<br />
Mónica Llanos (Bétera)<br />
Tercer premio<br />
LA PRIMERA JORNADA<br />
Aquel día me fui a la cama a las once de la noche. Estaba<br />
destrozado. Había sido una jornada dura, llena de emociones. Y mi<br />
ánimo había agotado su capacidad de abarcar más experiencias.<br />
Bostecé y con los puños me froté los ojos. Me llegó, en ese momento,<br />
un aroma de polvos de talco y cuajo lácteo. No podía quejarme.<br />
Aunque extenuado, me sentía feliz. Me arrullaron unos brazos que me<br />
transmitían paz. Supe entonces que pertenecían a mi madre. Y me<br />
alegré, porque eran mullidos y amorosos. Prometía muchas caricias<br />
futuras. Solo sé que, tras echar los aires de la primera toma, me<br />
quedé profundamente dormido. Y soñé con el devenir que era un<br />
gran regalo empaquetado y listo para estrenar.<br />
Lola Piera (Puerto de Sagunto)<br />
4
Grandes profesionales del estilismo<br />
Eyes closed shut – Bridget Cross http://bridgetcross.deviantart.com/<br />
Perfeccionistas hasta más allá de la extenuación. Uno de ellos<br />
quita la hilacha que descubre en el vestido, mientras el otro, con<br />
cierta aprensión, cepilla las motas de caspa del hombro. Entre los dos<br />
le recomponen aquel mechón rebelde y alisan las arrugas de las<br />
mangas. No se olvidan de darle un toque de color en las mejillas,<br />
sombra en los ojos y crema hidratante en los labios. Las gotas del<br />
perfume seductor son lo último. Con mirada severa la examinan con<br />
detenimiento hasta que ambos aprueban el resultado; es entonces, y<br />
solo entonces, cuando la introducen en la incineradora.<br />
Rafa Olivares (Alicante)<br />
http://potajedepalabras.blogspot.com.es<br />
5
Monsters in the dark – Natalia Deprina (Rusia)<br />
http://nataliadrepina.deviantart.com/<br />
6
Miedo<br />
Cuando irrumpió en casa tuve claro lo que tenía que hacer.<br />
Habíamos huido, pero era evidente que no lo suficientemente lejos.<br />
Creíamos que no nos localizaría; nos equivocamos, alguien le informó<br />
y venía dispuesto a todo. Sabíamos que no sería fácil, pero debíamos<br />
intentarlo. Demasiados años de penurias, sufrimientos, noches sin<br />
dormir, palabras sin decir. Siempre con el dolor en el cuerpo, el<br />
pánico en la mirada. La incertidumbre de si ese sería el día. Llegaba<br />
borracho y la tomaba con nosotros, sin preferencias. En alguna de<br />
aquellas palizas le pedí que me matara, que fuera la última, no podía<br />
más. Pero mi angustia aumentaba cuando esa violencia la ejercía<br />
contra mi madre o hermanas y yo me quedaba agarrotado sin poder<br />
ayudarlas.<br />
Se acabó la pesadilla, nunca más nos pondrá la mano encima. El<br />
miedo me hizo reaccionar.<br />
Marisa Martínez Arce (Valencia)<br />
7
Old grandfather clock – Tomi Pajunen (Finlandia)<br />
http://pajunen.deviantart.com/<br />
8
Retrato de familia<br />
En el hueco enmohecido del pasado<br />
se quedaron apilados<br />
los tarros de la miel<br />
de los veranos que se fueron,<br />
de cumbres imposibles que alcanzamos,<br />
de risa, llanto, pañal y sonajero.<br />
De silencios preñados de mensaje,<br />
de instintos primitivos en un lecho,<br />
de cuatro caminos que vinieron<br />
a prolongar el nuestro,<br />
de mejor siembra en la fecunda tierra,<br />
cosecha recogida con amor<br />
en un cuaderno,<br />
y el reloj,<br />
que nos marcó el tiempo...<br />
sin saberlo.<br />
Hoy la miel se nos ha hecho<br />
un poco agria,<br />
las cumbres han bajado<br />
a nuestro encuentro,<br />
9
a veces,<br />
empaña nuestra risa el llanto,<br />
en el desván, caducos,<br />
pañal y sonajero.<br />
Hoy los caminos<br />
se extienden a otros lares<br />
dejando con nostalgia<br />
nuestro centro,<br />
sin nada extraordinario<br />
que se aparte<br />
del curso natural de los sucesos.<br />
Pero aún nos queda<br />
aquel viejo reloj,<br />
un poco más cansado<br />
y más lento,<br />
y nos quedan las fatigas,<br />
y también<br />
nuestro cuaderno.<br />
(Invierno del 86’)<br />
Conxa Gausí Caballero (Valencia)<br />
10
Bacu<br />
KFP Peacock – Daisy (EUA)<br />
http://daisy7.deviantart.com/<br />
Las estrellas, fieles compañeras de la señora plateada, brillaban<br />
en ardua competencia pretendiendo servir de pendientes a la blanca<br />
dama, dueña de la oscuridad. Surcando la noche con el batir de sus<br />
alas, Bacu, el murciélago, volaba en busca de su alimento nocturno. La<br />
numerosa banda de mosquitos que detectó bajo la luz de la lámpara<br />
de una granja, le hizo acercarse para saciar su hambre.<br />
Percibía como un pavo real no cesaba de observarlo altanero,<br />
hasta que intrigado por la soberbia de las miradas que intuía,<br />
descendió hasta quedar frente a el ave y éste le habló con<br />
prepotencia.<br />
11
—Eres feo, pequeño y te alimentas de bichejos. Fíjate en mí, me<br />
dan el mejor pienso y tengo el calor y la protección de la granja<br />
¡Admira el colorido de mi plumaje!<br />
El pavo desplegó todas las tonalidades de sus plumas ante Bacu,<br />
que así le respondió.<br />
—Como bien sabes no puedo verlo, pero lo presiento mucho<br />
más que bello, infinitamente hermoso, pero, ¿qué fue de tus valores,<br />
que queda en ti de la ética y la solidaridad? —le dijo mientras el pavo<br />
replicaba riendo.<br />
—¡Dicen los dichos mal o bien dichos «la ética era verde y se la<br />
comió un burro y con la solidaridad ni se come ni se vive como un<br />
rico de verdad»!<br />
Sin previo aviso, el dueño de la granja apareció con un hacha en<br />
la mano y agarró al pavo por el cuello con la otra, arrastrándolo hasta<br />
un tronco cortado para sacrificarlo. Bacu emprendió veloz huida no<br />
sin antes decirle al horrorizado pavo.<br />
—¡Más vale ser feo, pobre, pequeño y comer mosquitos, que<br />
terminar en el plato de ningún señorito!<br />
Rafael Blasco López (Valencia)<br />
12
Cosas de la edad<br />
Marbles – P. K. Fruen(EUA) https://www.flickr.com/photos/pkfruen/<br />
Mi primo Roberto me lleva dos años, aunque cualquiera diría<br />
que son más. Según mi madre es porque con la última gripe pegó el<br />
estirón. Ya se afeita el bigote, y la voz se le ha enreciado en cosa de<br />
unas semanas, pero también influyen en ello sus gafas de espejo y el<br />
cigarrillo en la mano, y que de su boca solo salgan palabrotas y<br />
escupitajos. Ahora va casi siempre con unos vaqueros de mi primo<br />
Rafa, su hermano mayor, y unas botas camperas que le vienen un<br />
poco grandes, si bien esto último es algo que, como anda despacio y<br />
con cierta afectación, ni se le nota. Mi amigo Manolín y yo ya no<br />
jugamos a las canicas en su presencia. En cuanto lo vemos aparecer<br />
por la plaza hacemos como que pasábamos por allí, nos metemos las<br />
13
manos en los bolsillos y si tenemos la suerte de que haya alguna lata<br />
por el suelo nos ponemos a darle patadas.<br />
Su hermano le está enseñando a montar en moto. La otra tarde<br />
estábamos Manolín y yo en el parque cambiando cromos de Bambi<br />
cuando se presentaron allí al acabar una de esas clases. «Aquí os dejo<br />
a este paquete», dijo Rafa apenas sin mirarnos. No parecía muy<br />
satisfecho con los avances de su alumno, pero no dijo nada al<br />
respecto. En cuanto su hermano hubo bajado, gritó: «¡Adiós, fieras!»,<br />
y salió a todo gas. Yo dije entonces: «Primo, hueles a gasolina». Y<br />
Manolín: «¡Es verdad, de la moto!». Pero él no respondió. Se quedó<br />
tenso, mirando cómo se alejaba Rafa, cerrando la mano izquierda<br />
acompasadamente y murmurando: «Primera, segunda, tercera…»,<br />
hasta verlo doblar la esquina de la farmacia. Siguió callado un buen<br />
rato, a pesar de que yo le mostré mi balón nuevo de cuero, de<br />
reglamento, como especificó Manolín, y de que poco después se<br />
acercó nuestro amigo Juanillo con el brazo recién escayolado. Se<br />
había caído de un árbol aquella misma mañana, según nos contó con<br />
un hilo de voz y a punto de llorar, y se había partido el radio. A mí me<br />
vino a la cabeza aquel esqueleto del libro de ciencias, aunque me<br />
costaba aceptar que Juanillo llevara dentro algo parecido. Le<br />
firmamos los tres en la escayola y pareció animarse un poco.<br />
Empezaba a oscurecer. Marta y Lorena pasaron cerca de nosotros,<br />
mirándonos sin mirar, azoradas y hablando entre risas. Fue entonces<br />
cuando Roberto, algo más recompuesto, encendió un cigarrillo y,<br />
como quien habla para sí mismo, comentó que las mujeres lo llevaban<br />
agobiado, y no parecía referirse ni a mi tía ni a mi prima. Cuando<br />
preguntó si sabíamos qué quería decir, fue Manolín quien se apresuró<br />
a contestar: «Pues claro, tío». Lo hizo intentando agravar su voz de<br />
pito y no sin cierto aplomo. Acto seguido se escupió en la zapatilla.<br />
Enrique Mochón Romera (El Puerto de Sagunto, Valencia)<br />
14
¿Hay vida después de Blogger?<br />
Desperté lejos de mi sueño. El aire transmitía partículas<br />
invisibles de inquietud que se sentían como diminutos cristales de<br />
nieve golpeando en la cabeza. Pavarotti, mi jilguero de volar por casa,<br />
que todas las mañanas amenizaba mi baño con melodías varias,<br />
quedó mudo y sordo al mismo tiempo.<br />
Desdramaticé la situación achacándola a algún fenómeno<br />
doméstico de fácil explicación, e inicié el agradable ritual del<br />
desayuno.<br />
La verdadera revolución vino de la mano de los objetos más<br />
próximos... las magdalenas habían endurecido inexplicablemente, la<br />
leche abierta del día anterior presentaba en su superficie unas<br />
sospechosas manchas de olor rancio, y el azúcar, porque ponía<br />
«AZÚCAR», era sal. Algo había en el ambiente que lo hacía<br />
indisciplinado, desobediente, raro, muy raro.<br />
Intenté no perder los nervios. Puse la televisión con la<br />
esperanza de que estuviera de mi parte o al menos diera alguna<br />
explicación lógica de lo que estaba sucediendo. Las emisiones<br />
estaban canceladas, el aparato seguía encendido pero inanimado. En<br />
esa tesitura no debía salir a la calle. Esperar algún giro, alguna señal<br />
de que todo volvía a la normalidad y recordarlo como un mal sueño.<br />
Los minutos parecían horas, el mundo estaba parado, hasta se<br />
percibía una ligera ausencia de gravedad. La ansiedad por recuperar<br />
lo mecánico, lo regular, lo de cada día, la prensa o el programa de<br />
radio, todo ello se convertía en una necesidad vital.<br />
Recurrí a Internet como solución de emergencia, esperaba que<br />
mi última adquisición equipada con 2 procesadores Intel de 10 Ghz y<br />
100 GB. RAM, me diera cumplida satisfacción y reparase con creces la<br />
15
caótica y accidentada mañana. La pantalla se iluminó hasta<br />
deslumbrar y me vi reflejado en ella. Junto a mí, se veía un texto que<br />
no conseguía leer con claridad, parecía un mensaje desenfocado. Un<br />
dedo acusador rasgaba el aire con aleatorios movimientos dirigidos<br />
desde el fondo del PC que imprimía por última vez: «Es vuestro adiós,<br />
desvestíos de vuestros disfraces, porque el espectáculo ha terminado.<br />
Llorad esta pérdida y empezad de nuevo desde el desamparo y el<br />
anonimato. Llorad como niños, pues solamente la ausencia de pecados<br />
capitales os redimirá de tanto relato retórico e inconsistente.»<br />
La mañana se hizo noche silenciosa, y el pixelado texto fue<br />
tomando foco, hasta aparecer nítido como una sentencia en el fondo<br />
de la pantalla. De él, sólo me dio tiempo a tomar esta borrosa foto…<br />
Alfredo Cot (Valencia)<br />
http://alfredo-laplazadeldiamante.blogspot.com.es/<br />
16
La verdadera historia de una obra de arte<br />
Vénus de Milo – Hidehiko Sakashita (Japón)<br />
https://www.flickr.com/photos/hidesax/<br />
El Ayuntamiento esperaba con impaciencia que el escultor<br />
terminara su obra. La inauguración del Museo Municipal estaba fijada<br />
para el sábado y la efigie de la esposa del Alcalde debía ocupar un<br />
lugar preeminente. El viernes por la noche, cumpliendo órdenes<br />
superiores, dos Policías Locales entraron en el Taller y se la llevaron.<br />
La Historia del Arte todavía lamenta la lentitud de Milo.<br />
Pepe Sanchis (Massalfassar, Valencia)<br />
17
Foto extraída de la página http://www.xn--portal-espaol-skb.es/es/<br />
18
Campos de Castilla<br />
Dedicado a Paloma Baviera<br />
Campos de Castilla<br />
de primavera vestidos<br />
Sol naciente del alba<br />
bañando verdes espigas de trigo<br />
Campos de Castilla<br />
coloreados y vivos<br />
Hileras de salvajes amapolas<br />
moteando de rojo el camino<br />
Campos de Castilla<br />
vastos y cálidos<br />
Frondosa y solitaria encina<br />
regalando sombra al campesino<br />
Campos de Castilla<br />
laborados con mimo<br />
Labriego que ara el barbecho<br />
preparando el futuro cultivo<br />
Campos de Castilla<br />
fecundos y ricos<br />
Alimentando con tus frutos<br />
desde ancianos a niños<br />
Inmaculada Sastre Carpena (L’Eliana, Valencia)<br />
19
Shipwreck – Gordon (Australia) http://gorkath.deviantart.com/<br />
20
Espejismos<br />
Una tempestad del diablo partió el barco en dos y nos escupió a<br />
cinco miembros de la tripulación hasta esta isla, que no recogen los<br />
mapas de navegación y que he bautizado con el nombre de Paraíso.<br />
Desde el día siguiente al naufragio, de ya no recuerdo cuándo,<br />
recibimos tratamiento de marajás, cada uno dentro de una tienda,<br />
protegidos del sol abrasador, rodeados de mujeres bellas y desnudas<br />
que nos alimentan con ricos manjares de frutas y mariscos, nos lavan<br />
con agua de rosas y nos embriagan con licores, que nos permiten<br />
viajar a las estrellas. Y todo porque somos los únicos hombres en la<br />
isla, unos enviados de los dioses, como me ha revelado, en uno de sus<br />
trances, la que parece la hechicera de todas ellas. Imagino que por<br />
eso, últimamente, muchas noches de luna llena mis compañeros de<br />
aventuras experimentan placeres ocultos del más allá, pues les<br />
escucho aullar, entre sonidos de tambores, mientras lamento que<br />
nunca me elijan a mí. ¿Será por qué mi cuerpo se hundió con el<br />
barco?<br />
Nicolás Jarque Alegre (Albuixech, Valencia)<br />
http://escribenicolasjarque.blogspot.com<br />
21
The Thinker – Liam Peters (EUA) http://lpeters.deviantart.com/<br />
22
Meditando<br />
Alienado… fustigado en cuerpo y en mente<br />
me queda la dureza del espíritu incontenible,<br />
la ligereza de lo inmutable,<br />
apariencia de impasibilidad al ruido de lo banal.<br />
Escucho lo negro, miro la aspereza<br />
y siento el silencio, la ausencia de todo,<br />
la fuerza en un sólo punto… dentro.<br />
Lo fugaz a la fuga… el fugaz eterno…<br />
Y desprovisto de cualquier escudo innecesario,<br />
carente de anhelos imposibles<br />
e incorruptible al aullido y reflejo desprecio,<br />
completo y ligero abandono el pecado<br />
de ser el juez de lo aparentemente acontecido…<br />
Cierro los ojos, permanezco indomable y quieto.<br />
Se mueve, falso delirio… me cruza el universo<br />
y quedo liviano, etéreo ante lo informe…<br />
viene a mí lo nuevo, eco de cualquier lugar…<br />
el descaro osado de la frescura,<br />
el plenilunio perenne, constante respirar,<br />
hasta que repunta líquido el viento.<br />
Regreso entonces del exterminio del reclamo.<br />
Luis Miguel Martín Antón (Burgos)<br />
23
Heraclitus, pintura de Hendrick Jansz ter Brugghen (1588-1629)<br />
24
Un atardecer en Éfeso<br />
Un atardecer en Éfeso, hace de esto mucho tiempo, paseaba<br />
meditabundo Heráclito, «El Oscuro», bordeando el agua de una playa.<br />
Las olas acariciaban su pies descalzos en su ir y venir constante,<br />
salpicando su blanca túnica y refrescando su piel cansada.<br />
El mundo es una gran contradicción –pensaba para sus<br />
adentros-, el mar, sin ir más lejos, es el agua más pura y más<br />
corrupta; es potable y saludable para los peces; para los hombres, en<br />
cambio, es impura y nociva. Y así, creo, encontraré la misma sinrazón<br />
en todo aquello que mi espíritu indague.<br />
Cansado de sus pensamientos y en guerra consigo mismo y con<br />
el mundo todo, fue a derramar su furia entre los brazos de la bella<br />
Criseida que lo recibió ardiente, porque aquel hombre extraño<br />
conseguía excitarla y enfurecerla al mismo tiempo como nunca<br />
ningún otro…<br />
Lu Hoyos (Valencia)<br />
http://inventariodelucrecia.blogspot.com.es/<br />
25
Ilustración de Jesuso Ortiz http://jesusoart.com/ - Sugerida por la autora<br />
<strong>26</strong>
Florecer<br />
Mi corazón tiene primavera,<br />
no voy a simular mi sonrisa.<br />
Hoy he vencido esta prueba<br />
y me siento distinta<br />
he cortado las cadenas<br />
siendo yo misma,<br />
ahora mi vida está llena<br />
de valor y energía.<br />
Ha tomado un tiempo<br />
mi propia restauración,<br />
pero la comodidad y el miedo<br />
han vuelto al cajón.<br />
¡Mi corazón tiene primavera!<br />
Me he salvado luchando.<br />
Estoy siendo mi propia fuerza,<br />
finalmente he despertado.<br />
Aldana Michelle Giménez (Mendoza, Argentina)<br />
27
Control – Pawel Kuczynski (Polonia) http://pawelkuczynski.com/<br />
Imagen sugerida por la autora<br />
28
El dios del futuro<br />
Siguen a un dios viperino disfrazado con un traje luminoso.<br />
Colman su bolsillo con billetes dorados y vacían las cuentas de sus<br />
seres queridos. La búsqueda de una fuente de la juventud fue el<br />
reclamo más común en el pasado, ahora la población caza seres<br />
imaginarios en honor del omnipotente de vestimenta amarilla. El<br />
nuevo Zeus ha entrado en juego y nuestra mirada lo persigue de<br />
forma insistente. Son los fantasmas del futuro y nosotros los primos<br />
del presente<br />
Esther Moreno Morillas (Valencia)<br />
http://elcascabelalgato.blogspot.com.es/<br />
http://invisiblevoyeur.blogspot.com.es/<br />
29
Shadow self – Lackofa (Canadá) http://lackofa.deviantart.com/<br />
30
Mía<br />
Callada procesión<br />
en que sigue mis pasos<br />
y la luz la vigila.<br />
Sin rostro, sin palabras,<br />
desgarbada o solemne<br />
adelante o atrás<br />
su silencio me abruma<br />
es una parte mía.<br />
¿Me persigue o la dejo?<br />
Que estilice mis piernas<br />
que copie mi cabeza<br />
en una persistencia<br />
de fantasma y amiga,<br />
que deforme mi torso,<br />
que borre mi cintura<br />
y se quede conmigo<br />
en una infinitud preconcebida.<br />
¿La ignoro o la preciso?<br />
Ferviente y solariega<br />
te abrazo desde siempre.<br />
¡Sombra mía!<br />
Gladys Alonso (Chacras de Coria-Mendoza, Argentina)<br />
31
Dreams and false alarms – let-it-di http://let-it-di.deviantart.com/<br />
32
Otra oportunidad<br />
He pasado unos días en el campo respirando aire puro y<br />
disfrutando del silencioso entorno. Me he sentido por primera vez<br />
desde hace muchos años, en armonía con la naturaleza. Tanto en mi<br />
cuerpo como en mi mente se ha producido un efecto relajante,<br />
incluso diría yo que inspirador. He sido capaz de no beber nada<br />
durante cinco días. Estoy tan relajado que ni siquiera he necesitado<br />
ingerir ni una sola copa. Es el principio de mi rehabilitación. Te lo<br />
prometí. Dejaré la bebida por ti e iré de nuevo a conquistarte. Cuando<br />
eso ocurra espero que no sea demasiado tarde, mi amor. Desde que te<br />
marchaste, no es lo mismo.<br />
«No, no soy un alcohólico», me repetía una y otra vez hasta<br />
convencerme. Sin embargo, aunque suene a excusa barata, tengo que<br />
reconocer que últimamente he bebido un poco más de lo habitual en<br />
mí. Al final del día cuando llegas reventado del trabajo, las cosas no<br />
son como parecen. La casa está en soledad, sólo oigo el silencio y<br />
escucho una voz interior que me dice: «¿Acaso no es la vida que<br />
querías? Una vida independiente, sin ninguna mujer que te<br />
controlara ni que te dijera lo que tienes que hacer.»<br />
Me siento cansado, me duelen los huesos que van soportando<br />
más de cinco décadas, mi robusto cuerpo. Mañana empezaré a hacer<br />
deporte, me repito sin convencerme ni a mí mismo. Mañana<br />
empezaré la dieta, mañana dejaré de fumar.... Tengo un carácter<br />
indolente, lo reconozco. Y ese mañana nunca llega. Y en vez de<br />
ponerme manos a la obra, el sillón me puede. Mando en mano, dejo<br />
que pasen las horas lentamente, sin sentido alguno. Me siento tan<br />
cansado que... ya ni me acuerdo de cuándo empecé a abandonarme de<br />
esta manera. Instintivamente zapeo de una cadena a otra, hasta la<br />
política me aburre. ¡Quién me ha visto y quién me ve!<br />
33
Y por si fueran pocos mis males, el trabajo que antes me gustaba<br />
ha dejado de ser mi centro de interés. No es para menos, desde hace<br />
al menos cuatro años que la empresa está haciendo aguas. Cada vez<br />
nos pagan menos y trabajamos más. No, no es un tópico, es la pura<br />
realidad. Esta situación desmotiva al más pintado. Me siento como en<br />
un callejón sin salida. Lo único que se me ocurre para distraerme es<br />
coger una cerveza bien fría de la nevera y saborearla hasta que se<br />
acaba, y así una tras otra. ¿Y cómo puedo seguir diciendo que no soy<br />
un alcohólico? Pero, ¿a quién quiero engañar? No tengo solución.<br />
Observo cómo todo a mi alrededor se desintegra. Es una<br />
angustia existencial. Me duele la vida. Y más desde que tú no estás. No<br />
te juzgo. Me fuiste avisando. Te cansaste de dar sin recibir. No te<br />
guardo rencor. Yo soy el único culpable de haber arruinado mi vida,<br />
pero entiéndeme, no lo he tenido nunca fácil y me cansé de caer y<br />
volverme a levantar una y otra vez. Siento el daño que pude causarte,<br />
de veras. Esto es así, incluso a las personas que más quieres las dañas<br />
involuntariamente, cuando pierdes el control sobre tu mente.<br />
Pero ya ves, lo voy a intentar de nuevo, aunque sea lo último que<br />
haga en esta vida. Y como siempre, mi fuente de inspiración vas a ser<br />
tú. Como te decía al principio, llevo cinco días reconciliándome con la<br />
verdadera esencia de la vida: vivir libre de ese yugo opresor. ¡Te echo<br />
tanto de menos...!<br />
Carmen Fabiá Mir (Valencia)<br />
34
Sueño corto<br />
Fotografía de la autora, tomada en Croacia<br />
No suelo recordar lo que sueño. La causa bien pudiera ser que<br />
no me dejo soñar. Muchas personas nos regateamos el derecho al<br />
disfrute. Dar vía libre al sueño es casi un pecado.<br />
Ayer me aflojé el corsé y debe de ser por eso que esta noche he<br />
soñado. Mejor dicho, he recordado un sueño corto…<br />
Suelo despertar al filo de la madrugada, bebo un sorbito de agua<br />
y me vuelvo a dormir. Hoy he despertado tres veces. En la última pillé<br />
por sorpresa al sueño en plena acción.<br />
35
Un pavo real precioso. Plumas azul eléctrico brillante se<br />
mezclaban con otras negras y verde esmeralda. Miraba al horizonte.<br />
No sé qué hacía en aquella carretera pedregosa sin embargo no tuve<br />
la sensación de ver un pavo real con el rumbo perdido. Pasos<br />
majestuosos y semblante plácido. Imagen de felicidad serena.<br />
Colina abajo el balido de una cabra montesa saltando como lo<br />
hacen las cabras cuando tiene sed. Una culebra siseando mientras el<br />
cuerpo se ondulaba loco por alcanzar a la babosa. Dos perdices, un<br />
gallo, la luz de una mañana turbia y al fondo el arroyo abriéndose<br />
camino. Los árboles, una especie de manchones verdes y el río se<br />
adivinaba. No pude llegar a verlo.<br />
Qué curioso. Un paisaje difuminado. Solamente los animalillos<br />
gozaban de un contorno borroso. Sin embargo el pavo real era el rey<br />
de la escena. Rasgos nítidos, colores llamativos y porte elegante. El<br />
único animal perfecto en esta obra.<br />
No he oído su voz pero doy fe de que existen también pavos<br />
reales poco o nada presumidos. Pasean su belleza con el pico cerrado.<br />
Isabel Sifre Puig (Valencia)<br />
36
Cándido juega entre tinieblas<br />
Fotografía aportada por la autora<br />
Hubo un tiempo interminable en el que el viento helaba las<br />
lápidas y azotaba con fuerza las losas sempiternas y desgajadas por el<br />
tiempo.<br />
Aromas marchitos que se confundían con textos y que<br />
pretendían contar una vida que ya estaba exánime y borrada en el<br />
polvo de sus escasos restos. Palabras que se grabaron a fuego o<br />
fueron pegadas con la inocencia de saberse eternas, sin pensar que la<br />
lluvia o las primeras tormentas cobraban una violencia especial en<br />
ellas.<br />
37
Cuando la soledad se hacía presente en las sombras, los fuegos<br />
fatuos rompían el silencio, y de manera prudente bailaban alrededor<br />
de las tumbas sin turbar el sueño de quienes aún no se creían<br />
muertos. Leían los epitafios que más les divertían o los últimos en<br />
llegar a su Tierra Santa. Elegías de lamento, aforismos memorables<br />
creados en un momento lírico de sentimiento, esculturas rubricadas<br />
con palabras: «Recuérdame cuando pases a mi lado» ...hacían de ello<br />
todo un juego macabro.<br />
En los primeros albores del día se escondían, y tras su letargo<br />
llegaba la vida con forma de flores y llanto para cada una de esas<br />
ánimas con un nombre y un pasado.<br />
Quizás solo sea una leyenda antigua...<br />
Mª Belén Mateos Galán (Zaragoza)<br />
38
El templo<br />
Fotografía de Elena Lee (Valencia) http://www.elenaleefotografia.com/<br />
Aportada por la autora<br />
La luz nunca es tan clara cuando se filtra a través del cristal;<br />
el silencio, siempre como roca,<br />
perfila tus segundos,<br />
tiempo eterno que es el día.<br />
La duda ha construido todo un templo<br />
en el que, sumergida,<br />
desciendes.<br />
39
No temas el mostrarte,<br />
no hay límites para la belleza,<br />
el arte<br />
no perece.<br />
Lo plausible de la sensualidad<br />
te recorre<br />
enfrentándose a la inocencia<br />
que esconden tus formas.<br />
Asomarse<br />
al riesgo del deseo<br />
forma parte<br />
del movimiento.<br />
Lucha con la fuerza de tu vientre,<br />
que es tu arma<br />
y tu bandera.<br />
No importa cuánto camines,<br />
tu cielo estará esperándote<br />
siempre que te reflejes en el viento.<br />
Sarah Martínez (Valencia)<br />
http://materpluvia.blogspot.com.es/<br />
40
Chasco<br />
Tomb of the unknown soldier – Elton Kickman (Reino Unido)<br />
https://500px.com/elton_hickman<br />
Después de más de dos siglos siendo venerado y custodiado<br />
noche y día en su tumba, resultó que el soldado desconocido había<br />
pertenecido al ejército enemigo. Las pruebas genéticas fueron<br />
incontestables.<br />
Rafa Sastre (Valencia)<br />
http://rafasastre.blogspot.com<br />
41
Lipstick – Michelle Michelle<br />
https://www.flickr.com/photos/mwang_/<br />
42
Un día de septiembre<br />
«La luz mágica de la tarde una silueta de tonos imprecisos»<br />
El blanco vestido y un traje marrón tabaco por un camino de<br />
arena. Atardecía en el mar, azafrán y canela, con aromas de jazmín<br />
del mes de septiembre. En aquel coche de blanco satén paseaban el<br />
amor. Ellos dos. El filtro de la noche dejó pasar luces de todos los<br />
colores en el caleidoscopio de un ático con dos terrazas que miraba al<br />
sur.<br />
En el despertar de los días, ricos afectos con pan tierno y en un<br />
vaso de cristal sobre la mesita de té, margaritas. Aquellas paredes<br />
guardaban los te quiero entre los libros. Y los que quedaron escritos<br />
con buena letra de carmín, sobre el espejo redondo del tocador.<br />
De imágenes tranquilas, arreboladas por la ilusión y por las<br />
caricias de la juventud. La pasión vestida de desnudez se paseaba por<br />
la tarima flotante cuando los rayos de sol traspasaban la escena,<br />
siempre por el norte.<br />
Y los sonidos vibraban clásicos entre las paredes cándidas de la<br />
casa, aquella casa del bienestar. Tardes de luz mágica, cada una con<br />
sus tonos, indefinidos. Muy apreciados.<br />
Y en la gran urbe de la libertad, de los grandes paseos, de los<br />
grandes parques, la hojarasca servía de manto para retozar. Y, las<br />
ventanas abiertas de par en par con las puertas entornadas de íntimo<br />
acuerdo. Cada vez que leo este verso, evoca en mí aquel mes de<br />
septiembre. Han pasado muchos días, muchos años. Yo, todavía lo<br />
recuerdo… ¿Y tú, recuerdas?<br />
Carmen Martínez Marín (Murcia)<br />
http://aymaricarmen.blogspot.com/<br />
43
Burning candles – Andrey Armyagov (Rusia)<br />
https://500px.com/cookelma<br />
44
Se extingue mi llama<br />
Se extingue mi llama, casi ni percibo lo que un día fue su luz. El<br />
gélido frío del descanso me llama, para tomar mi reposo, y así mis<br />
pies dejen de marcar la huella de la vida, para transitar intangible por<br />
los senderos que me disponga el Creador.<br />
No siento miedo al ocaso de un instante, porque eso somos en el<br />
tiempo; instantes de soplo y suspiros. Sólo me atemoriza lo que<br />
queda; la sustancia de vida deleble derramada sin sentido en cada<br />
paso, y lo indeleble sembrado en las almas que comulgaron de una<br />
forma u otra conmigo…<br />
Se extingue mi llama, y perderá su oxígeno tan pronto cada hilo<br />
que me mantiene asida a un anhelo, se deslice entre mis dedos, llenos<br />
de llagas de dolores propios y ajenos, pero impregnados de amores<br />
fundidos con la sangre que impulsan cada uno de mis anhelos.<br />
No gritaré para implorar permanecer. Ha sido suficiente con<br />
derramar mi llanto, pintado de tristeza s, pero también de miles de<br />
encantos; cada uno, la razón de mi risa, de una lágrima, de un sueño,<br />
de la huella que moja el mar al elevarse tímida en el silencio de la<br />
noche que la arropa.<br />
Se extingue mi llama, y cansada sólo deseo congelar miles de<br />
recuerdos, y transmutarlo en otra esencia capaz de sobrevivir al<br />
holocausto, para que se esparza en corazones nostálgicos, y sea<br />
fuerza y sostén de la vida que seguirán sin mis pasos, pero con las<br />
huellas imborrables de mi amor…<br />
Y así me iré, para permanecer en las caricias de mis letras, en la<br />
esperanza del final de un nuevo comienzo, en las quimeras<br />
quijotescas del mundo posible, en la roca fría que resiste ante la<br />
45
pasión de la ola, para sencillamente agonizar, y revivir en cada uno de<br />
los recuerdos…<br />
Se extingue mi llama, mientras alguien siempre busca avivar mi<br />
luz…<br />
Eva C. Franco (Isla Margarita, Venezuela)<br />
46
Servicio de Cartería<br />
Letters to a ghost sailor – Deadpoets<br />
https://www.flickr.com/photos/raspberrypie-/<br />
Hice la mili en la Marina allá por el setenta y nueve. Dieciocho<br />
meses. Uno detrás de otro. Tuve un destino tranquilo después de<br />
jurar bandera; es un ritual que ha caído en desuso, como la mili.<br />
Después de algunos tumbos me concedieron un destino muy<br />
tranquilo: cartero.<br />
Ser cartero de los soldaditos o marineritos no es cualquier cosa.<br />
En aquel entonces no había internet, ni móviles, ni, ni, ni… sólo<br />
teléfono y correo ordinario. Sí, cartas de esas de poner un sello y<br />
echarlas en un buzón. Era un procedimiento sencillo: cogías un folio,<br />
un bolígrafo, un sobre y un sello y te pasabas varias horas<br />
escribiendo y muchos días esperando.<br />
47
Los catorce meses que me quedaron después de aquello -la jura<br />
de bandera y los destinos temporales-, lo pasé en el servicio de<br />
Cartería del C.I.M. (Centro de Instrucción de Marinería) de Cartagena.<br />
Era un destino tranquilo, aburrido. Cada día recibía, clasificaba,<br />
enviaba y entregaba cientos de cartas. Cartas de todo tipo: oficiales,<br />
con su ancla y todo, de los reclutas, gordas y pesadas y las más<br />
bonitas, perfumadas, rodeadas de besos…, las de las novias. Cada vez<br />
que llegaba el momento de dar las cartas a los reclutas, se armaba un<br />
buen tumulto: ¡Noticias frescas!<br />
Mi oficial estaba muy contento con mi forma de trabajar. Era<br />
eficiente. “«Un gran trabajador», decía mi subteniente, «lástima que<br />
te licencien. Gente como tú debería estar en la mil toda la vida».<br />
Inventé una forma diferente de dar las cartas: en vez de nombrar al<br />
destinatario, decía el nombre del remitente. Era divertido ir diciendo<br />
el nombre de mujeres en un lugar lleno de hombres solos.<br />
Así era yo. Eficiente y trabajador. Quizá fue lo me enseñaron en<br />
mi casa desde muy pequeño: «Trabaja, trabaja y trabaja. La<br />
recompensa ya llegará», era mi mantra.<br />
A mí, la recompensa me llegaba cada noche. Al terminar la<br />
jornada de trabajo, si es que se puede llamar así, elegía cuatro cartas<br />
al azar de entre las personales, dos que llegaban y dos que salían y<br />
me escondía en la biblioteca a leerlas. No tenía la intención de ser<br />
morboso ni cotilla, sólo quería contestarlas. Si era para los familiares,<br />
la cerraba y dejaba que siguiera su curso. Después de seleccionarlas<br />
empezaba por las que llegaban al cuartel. Normalmente de prosa<br />
florida y a veces incendiaria. Las novias contaban sus vidas en<br />
ausencia de los novios. Algunas eran muy divertidas. Buscaba el<br />
bolígrafo y el papel y me ponía a contestarlas. Sencillamente las<br />
contestaba pero poniendo todos los sentidos en lo que hacía.<br />
Las de los reclutas eran casi siempre más neutrales, menos<br />
novelescas y muy «machas», en muchas ocasiones recordaban lo que<br />
48
habían hecho la última vez que se vieron y en otras muchas lo que<br />
harían cuando se vieran. Les faltaba poesía… y yo se la ponía.<br />
Cambiaba aquellas palabras cargadas de testosterona por dulces y<br />
sentidas palabras de amor que a buen seguro recibiría la amada con<br />
extrañeza y que después se derretiría en dulce amor por su amado.<br />
Nunca supe a quién le contestaba. Ni quería saberlo. Cada tres<br />
meses cambiaban los reclutas y así no podía, ni quería, seguirles la<br />
pista, pero estoy seguro de que arreglé, incluso estropeé, más de un<br />
noviazgo.<br />
Así que si tú fuiste uno o una de mis destinatarios de cartas,<br />
espero que me disculpes o me busques, según te haya ido.<br />
Manuel Serrano (Valencia)<br />
49
Lonely man – Sascha Gebhardt (Alemania)<br />
https://www.flickr.com/photos/dersascha/<br />
50
Me estoy quitando<br />
Consulté al médico de cabecera, al cardiólogo, a la almohada, a<br />
los tíos que tomaban cañas en el bar, a un vejete que pasaba y al<br />
horóscopo; consternado por un mundo que se desmoronaba a mi<br />
alrededor sin que yo pudiera recoger un solo pedazo entre los dedos<br />
rotos de escarbar en el optimismo.<br />
Lo primero que hice fue quitarme del Telediario, lleno de<br />
miserias y tormentos, de injusticias, hambre, esperanzas rotas y<br />
ladrones de verbo elocuente. Conseguí dormir mejor, al menos<br />
durante una semana.<br />
Lo siguiente que dejé fue Facebook y, después, Twitter. Constaté<br />
que quitarme del Telediario servía de poco si me bombardeaban con<br />
gifs y memes de políticos, refugiados y osos polares nadando sin<br />
rumbo en un océano cada vez más cálido. ¿Adónde habían ido a parar<br />
las fotos de adorables gatitos?<br />
Dejé los cómics de Mafalda, aún más demoledores que cualquier<br />
periódico, con su existencialismo sin respuesta y su negatividad<br />
lacerante.<br />
Me aparté de las tertulias cafeteras porque odiaba el fútbol, los<br />
toros y los debates sobre el estado de la nación; ya no digamos los<br />
exabruptos sobre lo prieto de las nalgas de la camarera.<br />
Abandoné la novela histórica por sus inevitables vaticinios. No<br />
nos engañemos, la historia de la humanidad es circular y no quería<br />
pensar en los errores que se pondrían de moda la siguiente<br />
temporada.<br />
Por último la dejé a ella, al amor de mi vida, porque me dolía<br />
saber que no podría salvarla de la incertidumbre.<br />
51
Cogí todas mis nadas, las metí en una mochila y me eché al<br />
monte sin smartphone ni GPS, convertido en trotamundos, en Forrest<br />
Gump, en asceta. Ajeno a la voracidad del hombre sobre el hombre y<br />
lo que le rodea. Envuelto en el cálido abrazo de la madre naturaleza.<br />
Vi a un aguilucho cernerse sobre un ratón sin escapatoria, a una<br />
mantis devorar a su macho tras una cópula decepcionante, y a una<br />
araña esperar paciente a que alguna mosca lo bastante gilipollas se<br />
posara en su trampa de seda.<br />
Dejé de mirar a los animales.<br />
Contemplé los estragos de la polución en las hojas altas de los<br />
árboles, a los eucaliptos comerse el terreno de robles y castaños. A<br />
los gusanos y termitas horadar los troncos débiles y resquebrajados.<br />
Empecé a evitar las plantas.<br />
Consulté con las estrellas, con los guijarros del río, con las tripas<br />
de una cabra despeñada.<br />
Y me quité de la vida.<br />
(Relato inspirado en la canción «De respirar» de El bicho)<br />
Aurora Losa (La Palma del Condado, Huelva)<br />
https://ladesdichadesersalmon.wordpress.com/<br />
52
A Tiger<br />
Tiger (foto de la autora)<br />
La noche de verano<br />
ocultó tu sombra<br />
abandonó caricias<br />
y detuvo tus juegos.<br />
La noche de verano<br />
tan repleta de estrellas<br />
abrió el cielo oscuro<br />
en el que te perdiste.<br />
53
La noche de verano<br />
deslumbraron tus ojos<br />
de caramelo ámbar,<br />
como tu cuerpo.<br />
La noche de verano<br />
nos trae tu memoria<br />
y araña los rincones<br />
que evidencian vacío.<br />
En la noche de verano<br />
sin embargo, algo brilla:<br />
el recuerdo<br />
y tu añoranza Tiger.<br />
María Luisa Pérez Rodríguez (Valencia)<br />
http://marialuisaperezr.blogspot.com.es/<br />
54
Travesuras<br />
In kindness and mischief – Justin Rosenberg (EUA)<br />
https://500px.com/jsrphotos<br />
Me gustaría escapar de la rutina que ensombrece el alma y<br />
despertar la intención adormilada.<br />
Encontrarte en un rincón del juego, oculto sin piedra libre ni<br />
misterios tontos que esconden la esencia de nuestras almas.<br />
Disparar el sueño y que vuele hasta el cielo, por un camino<br />
oscuro y pedregoso, en una medianoche cualquiera, sabiendo que<br />
nadie conoce el escondite y en una puerta oculta de las sombras, que<br />
repiquen nuestras voces en un apenas perceptible: ¡SORPRESA!<br />
55
Detener en la ventana, las tinieblas de la noche y desconcertar<br />
con nuestra risa la melancolía apoltronada en nuestra cama,<br />
dejándola muda de furia y susto con nuestro desvelo apasionado,<br />
dibujando el sendero de las estrellas.<br />
Morder la fruta jugosa, robada en un monte vecino y no vivir<br />
por un día de imágenes enlatadas, desvaneciendo las ganas y los<br />
recuerdos, en una acuarela tibia de madrugadas, con sabor a canela y<br />
manzanas.<br />
Pintar las blancas paredes de la iglesia con una leyenda que<br />
diga: «Dios no existe, ayer me lo confesó», y rezar con nuestras<br />
manos la liturgia del deseo.<br />
Correr escaleras perjurando el silencio monacal del museo y<br />
dibujarle bigotes verdes a la Monalisa, para contarle que allí tampoco<br />
existen las musas ni los príncipes holgazanes.<br />
Invitarte a jugar en cinco esquinas impares, desparejas,<br />
improvisadas y pintarlas de colores desiguales y desflecados, para<br />
vivir en vuelo, como las cometas.<br />
Tocar el timbre de todas las puertas que duermen, y romper<br />
con la risa los ronquidos de los vecinos que anidan en fantasmas.<br />
Te espero a la vuelta de tus ganas. A ser amigos y cómplices de<br />
una inusual aventura que nos hace vivos, para escribir la música de<br />
una travesura, rojo sobre negro, blancas y corcheas, en este solemne<br />
infinito.<br />
Vivian Rodríguez Dorgia (Montevideo, Uruguay)<br />
http://bibilaurugualla.blogspot.com.uy/<br />
56
Poema de amor (Poeturbación #1)<br />
Fake love – Fake (Reino Unido) https://www.flickr.com/photos/lype/<br />
Te quiero.<br />
Te quiero.<br />
Te quiero.<br />
¡Oh, sí! ¡Cómo te quiero!<br />
Saldré a la calle, si no me crees,<br />
con los brazos abiertos,<br />
y lo gritaré al viento, para que todos se enteren:<br />
¡QUE TE QUIERO!<br />
Se lo diré a la carnicera,<br />
al estanquero,<br />
57
al mendigo sordociego,<br />
al gitanillo del organillo,<br />
y a su cabra acóbrata.<br />
Acróbrata… Acó…<br />
Y a su cabra.<br />
Y, sí, ya que lo mencionas, también a la inquilina del tercero,<br />
esa tan mona y tan fina,<br />
a la que le dije que yo era soltero.<br />
Y tú, mi prima.<br />
Confía en mí,<br />
que esta vez ya no te engaño.<br />
Puedes estar segura,<br />
de que te querré con locura<br />
hasta que nos separe la muerte,<br />
como dijo el cura.<br />
Y, para que no estés tan arisca,<br />
en vez de irme al bar,<br />
a jugar a la brisca,<br />
te llevaré a un restorán<br />
multiestrella Michelín,<br />
A cenar sopa en esferas,<br />
espumas raras,<br />
tierras dulces y saladas,<br />
y tortillas desestructuradas.<br />
58
Y, que sepas que te voy a poner a una asistenta,<br />
para que no estés tan cansada por las noches.<br />
Y podamos hacer el amor<br />
sin que me reproches<br />
que soy un inmaduro,<br />
un egoísta,<br />
y que ojalá te hubieras casado con aquel dentista.<br />
Y te juro, por lo que más quiero,<br />
que es mi Play4,<br />
que, cuando vengan mal dadas,<br />
a lo mejor, buscaré trabajo.<br />
Y, quizás, dejaré la bebida.<br />
Y lo mismo haré con el juego,<br />
y con las drogas.<br />
Y que, sí, probablemente, aprenderé a poner la lavadora.<br />
A planchar, a barrer y a cocinar.<br />
Y que, a diferencia de otras veces,<br />
te acompañaré a la iglesia a pedir leche para los niños…<br />
Cuando se nos acabe el dinero del cupón de la ONCE<br />
ese que me he enterado,<br />
que dicen,<br />
que te ha tocado.<br />
Toni Ávila (Castellón)<br />
https://los40sonlosnuevos30.wordpress.com/<br />
59
Every seven years there comes a lunar age – Deer-o (Polonia)<br />
http://deer-o.deviantart.com/<br />
60
El que ríe el último<br />
Estaba radiante cuando se acercó a preguntarme cuántos días<br />
llevaba desaparecida. Me arrojó unas palabras formales que en lugar<br />
de consolarme consiguieron que me recorriera un escalofrío. Cómo<br />
ha cambiado.<br />
Recordé una anécdota de aquellos días infantiles. Durante el<br />
verano, reunidos en el porche de la casona, los primos solíamos<br />
contar historias de miedo antes de irnos a la cama. Yo era el que más<br />
hablaba. Me divertía ser macabro, evocar imágenes aterradoras,<br />
dejarles contando ovejitas.<br />
La abuela iba a cocinar su consomé de tomate con huevos de<br />
codorniz. Así que puso en la nevera un colador con los tomates<br />
licuados sobre un cuenco, para separar el zumo de la pulpa. Allí debía<br />
estar toda la noche.<br />
El jugo, espeso y oscuro, se me antojó tan rojo como la sangre.<br />
Inventé una truculenta historia y llevé a Corina a la cocina para<br />
enseñárselo, sabiendo de antemano que no pegaría ojo en varios días.<br />
No me caía bien, me repelían sus lloriqueos.<br />
Corina, tan delicada, tan frágil entonces. Quién hubiera dicho<br />
que se dedicaría a la investigación criminal. Su mirada inquisitiva,<br />
esa sonrisa taimada. Es cuestión de tiempo, lo sé. Sé que intuye que<br />
ahora no se trata de tomate.<br />
Concha García Ros (Cartagena, Murcia)<br />
http://nosvemosenkairos.blogspot.com.es/<br />
61
Who’ll stop the rain? – Adam T (India)<br />
http://jadedphotographer.deviantart.com/<br />
62
Esperanza de pobre<br />
Esperanza de pobre son mis días:<br />
Sal y leña quemada.<br />
Desde este asilo de vanas promesas<br />
donde la única certeza es la lluvia.<br />
Estos cuadros de niebla pegándose a los ojos,<br />
la cohorte de buitres al acoso esperando<br />
su ración de carne fresca.<br />
Y un eterno desfile cara la galería<br />
cuando ya solo quedan<br />
las misas de domingo y el reloj de la torre<br />
dando las horas muertas.<br />
Esperanza de pobre en el destierro<br />
son estos días de octubre en los que el frío<br />
no se quita con fuego.<br />
Manoli Vicente Fernández (Viana del Bollo, Orense)<br />
http://lascosasqueescribo.wordpress.com<br />
63
Sin título - Shuba Norka (Rusia)<br />
https://www.flickr.com/photos/shuba-050-358-30-19/<br />
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Yo trabajo con mis manos<br />
Yo trabajo con mis manos<br />
para modelar tu cuerpo.<br />
Tus suaves curvas serenas<br />
tus largas piernas doradas<br />
tus valles y tus colinas<br />
y tus caderas voladas<br />
Con mis dedos yo cincelo<br />
esos capullos perfectos<br />
que adornan divinamente<br />
las aristas de tus pechos.<br />
Los pinceles de mi lengua<br />
te dibujan por entero<br />
desde el largo de tus piernas<br />
hasta el refugio del cuello.<br />
Mas con los labios esculpo<br />
la luz de tu bajo vientre<br />
tus otros jugosos labios<br />
donde nacen<br />
vida y muerte<br />
Vicente Montemayor (Omaha, Nebraska – EUA)<br />
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4/50 – Benjamin Toegel (Alemania)<br />
https://www.flickr.com/photos/benjamintoegelphoto/<br />
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Querido Víctor<br />
Probablemente, tú no sepas quién soy. Y si lo sabes, lo más<br />
seguro es que quieras tirar esta carta a la basura o, al menos, no<br />
seguir leyéndola. Pero, por favor, dame una oportunidad.<br />
Yo también me llamo Víctor aunque, para cuando esta misiva<br />
esté en tus manos, sería más correcto decir que me llamaba, porque<br />
ya habré dejado este mundo. He empezado a escribir esta carta hace<br />
mucho tiempo, pero me prometí hace mucho más que nunca lo haría,<br />
y hasta ahora, mi cerebro andaba ganado al corazón. Pero cuando<br />
sabes que te llega la hora, cambian mucho las cosas.<br />
No sé si alguien te habrá hablado de mí y, caso de que lo haya<br />
hecho, no habrá sido en términos muy halagüeños. No quiero<br />
redimirme, sólo que conozcas la verdad y que te sirva para que nunca<br />
hagas lo que yo hice.<br />
Como ya habrás adivinado, soy tu padre. Al menos, soy tu padre<br />
biológico. Sé que otro hombre asumió mi función, al lado de tu madre<br />
y al tuyo, y estoy seguro que ha sido mejor para ti que si yo hubiera<br />
permanecido. Pero eso no me exime de nada, ni lo pretendo.<br />
Imagino que, a tu edad, alguien te habrá dicho que tu padre<br />
estuvo en la cárcel. Son cosas que la gente no puede o no quiere<br />
esconder siempre. Es cierto. Y lo merecía. Asumí mi castigo y el<br />
castigo adicional de una vida entera sin vosotros, y quizá eso fue lo<br />
único que hice cabalmente en mi vida.<br />
Yo quería a tu madre, y te adoraba a ti. Pero lo hacía a mi<br />
manera. Yo entonces no lo sabía, pero era incapaz de amar de verdad.<br />
Para mí, amar no era dar, era poseer. Tu madre y tú me pertenecíais,<br />
y no podía soportar que nada ni nadie compitiera por mi posesión.<br />
Tampoco aguantaba que ella te pudiera querer más que a mí. Así de<br />
necio fui, ignorante de que en un corazón como el de tu madre había<br />
sitio para los dos, y para el universo entero…<br />
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Llevé muy mal el tiempo en que se dedicaba casi en exclusiva de<br />
ti. Tanto que un día, no recuerdo el motivo exacto, perdí los estribos<br />
porque tus necesidades se habían antepuesto a mi deseo. Lo<br />
siguiente, fue verla inconsciente en el suelo y a ti berreando<br />
aterrorizado. Quise escapar, pero antes de hacerlo, cuando fui a<br />
limpiarme la sangre al baño, vi en el espejo algo que me trastornó.<br />
Aquella imagen no era la mía, a quien vi fue a mi padre. A mi padre, sí,<br />
al ser que más he odiado en el mundo porque gritaba y pegaba a mi<br />
madre, porque nos insultaba a mí y a mis hermanas, a ellas sobre<br />
todo, a aquel ser que convirtió mi infancia en un infierno.<br />
Espantado, decidí remediar en lo posible aquel desastre en que<br />
había convertido mi vida, avisé a la Policía, a Urgencias, y me<br />
entregué.<br />
Afortunadamente, tu madre salió con vida, no sin muchos<br />
esfuerzos. Yo fui juzgado, reconocí los hechos y cumplí mi condena,<br />
algo menguada por el arrepentimiento que entendieron que tenía.<br />
Jamás quise volver a contactar con vosotros, aunque dudo que ni tu<br />
madre ni tú lo hubierais aceptado si lo hubiese intentado. Ese fue mi<br />
peor castigo.<br />
De todos modos, nunca os perdí la pista. Mi hermana ha seguido<br />
informándome cumplidamente de tu vida, tus logros, tus estudios, tu<br />
boda y hasta del nacimiento de ese nieto que nunca conoceré.<br />
No te pido que me perdones. Sólo te ruego un último favor:<br />
mírate al espejo. Si sólo te ves a ti mismo, si no asoma ninguna<br />
imagen de quienes fueron tu padre ni tu abuelo y puedes mirar tu<br />
cara con la cabeza alta, por favor, pon una flor blanca junto a la lápida<br />
donde mi cuerpo está enterrado. Y así, por fin, mi alma descansará en<br />
paz.<br />
Tu padre<br />
Susana Gisbert Grifo (Valencia)<br />
http://conmitogaymistacones.com/<br />
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Es otoño y no llueve<br />
Miner 2 – Suha Denbert (Turquía) http://catman-suha.deviantart.com/<br />
¿Por qué si todos vivimos bajo el mismo sol, existen lugares<br />
donde la tierra abre las puertas al infierno? -Me pregunto una y otra<br />
vez, cada día de mi breve existencia.<br />
Un desafortunado accidente trajo la tristeza más grande que<br />
pudiera existir para enturbiar mi llegada. Mamá me ha tenido sola,<br />
mientras mi padre se halla a setecientos metros bajo tierra.<br />
Desde que llegué a la vida hace unos días, tengo una cita en la<br />
explanada de la mina. Han instalado un campamento llamado<br />
Esperanza.<br />
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Se escucha el murmullo del viento. El tiempo pasa lentamente.<br />
Y sube el primero. Se oye un gran revuelo de voces. Y van llegando<br />
uno detrás de otro, así hasta el número 33. ¡Él! Sí, creo que es mi<br />
padre. Mamá me arrulla contra su pecho, y su corazón empieza a latir<br />
con fuerza, entonces he creído verte llegar despacio, con ese andar de<br />
los que están cansados.<br />
Al vernos nos abrazas a todos, hasta mí llega el olor a sudor, a<br />
carbón de la vieja mina.<br />
Es una tarde de otoño, esas que los pintores aprovechan para<br />
dar luz en una ocasión especial. Y como esperando la luz más<br />
adecuada para pintar esa escena, ahí estás tú como el caballero que<br />
baja de su caballo para salvar a la dama.<br />
Me coges entre tus brazos y te escucho susurrar mi nombre.<br />
«Esperanza».<br />
En el lienzo el pintor puede dibujar la escena, tus manos<br />
encallecidas tomando la mía, como pintado con prisa. Y me pregunto<br />
¿Cómo se podrá dibujar, cuando la vida te da la oportunidad de vivir<br />
de nuevo?<br />
La respuesta viene difuminada a través del humo negro y el<br />
polvo que delata al fondo la vieja mina. Hoy no llueve, sin embargo<br />
en mi rostro percibo una sensación fría… miro hacia arriba y observo<br />
que son las lágrimas de mi padre. ¡Yo también, te doy las gracias por<br />
haberte conocido papá!<br />
Rosi Serrano Moreno (Móstoles, Madrid)<br />
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Grandes frases de grandes autores/as<br />
«La literatura existe porque el mundo no basta» (Fernando Pessoa)<br />
«El autor sólo escribe la mitad del libro, de la otra mitad debe<br />
ocuparse el lector» (Joseph Conrad)<br />
«La tristeza es la cuna de inspiración de todo escritor» (Agatha<br />
Christie)<br />
«Necesitamos desesperadamente que nos cuenten historias. Tanto<br />
como el comer, porque nos ayudan a organizar la realidad e iluminan<br />
el caos de nuestras vidas» (Paul Auster)<br />
«El camino al infierno está pavimentado de adverbios» (Mark Twain)<br />
«Un libro tiene que hurgar en las heridas, incluso provocarlas. Un<br />
libro ha de ser un peligro» (Emil Cioran)<br />
«Primero soy escritora y después mujer» (Katherine Mansfield)<br />
«Lo que hace que la profesión de escritora sea animada y apasionante<br />
es la constante posibilidad de fracasar» (Patricia Highsmith)<br />
«Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que<br />
pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio» (Federico<br />
García Lorca)<br />
«Sobre la tierra, antes que la escritura y la imprenta, existió la<br />
poesía» (Pablo Neruda)<br />
«La poesía no es una carrera, es un destino» (Alejandra Pizarnik)<br />
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Valencia Escribe en las redes<br />
Os recordamos que en nuestro muro de Facebook Valencia<br />
Escribe, además de otras cosas, seguimos proponiendo imágenes<br />
para ser relatadas y colgando convocatorias de concursos literarios:<br />
https://www.facebook.com/pages/Valencia-Escribe/134450789952020<br />
Si tienes un blog y quieres hacernos partícipes de su existencia o<br />
mantenernos al tanto de las entradas que publiques, no olvides que<br />
también tenemos el grupo Valencia Escribe Blogs<br />
https://www.facebook.com/groups/1571068066474683/<br />
Para los aficionados al Haiku, también tenemos un espacio, que<br />
para ser originales nos dio por bautizar como Valencia Escribe Haiku.<br />
Podéis dejar allí vuestros poemas pero intentad cumplir las reglas…<br />
https://www.facebook.com/Valencia-Escribe-Haiku-746524675464504/<br />
Más poesía en un blog de poco alcance que queremos potenciar<br />
con vuestras aportaciones<br />
http://valenciaescribepoesia.blogspot.com.es/<br />
Y para seguir leyendo relatos de nuestros autores, nada mejor<br />
que pasar cada día por nuestro blog:<br />
http://valenciaescribe.blogspot.com.es/<br />
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¿Te gusta leer? ¿Te apetecería comentar con nosotros tus<br />
lecturas? ¿Dar/pedir opiniones o recomendaciones sobre libros,<br />
decirnos lo que estás leyendo, vas a leer o desearías leer? ¿Compartir<br />
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Club de Lectura Valencia Escribe:<br />
https://www.facebook.com/groups/432549686885240/<br />
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La foto de Miguel<br />
Regent’ Park, Londres - Miguel García Rodríguez (Valencia)<br />
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