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Para que los mercados trabajen y los agentes económicos tomen decisiones correctas, los<br />
mercados deben darnos información buena, incluyendo el coste completo de los productos<br />
que<br />
compramos<br />
Como responsables económicos, consumidores, planificadores corporativos, responsables<br />
políticos del gobierno, inversores bancarios, todos dependemos del mercado para obtener<br />
información que nos guíe.<br />
Sin embargo, el mercado nos está dando información errónea y, consecuentemente,<br />
estamos tomando malas decisiones, tanto que están amenazando a la civilización. El<br />
mercado es, en muchos ámbitos, una institución increíble. Asigna recursos con una eficacia<br />
que ningún organismo central de planeamiento puede emparejar y equilibra fácilmente la<br />
oferta y la demanda.<br />
Aún así, el mercado tiene algunas debilidades fundamentales; en primer lugar, no<br />
incorpora los costes indirectos de producir mercancías en los precios; no valora los servicios<br />
de la naturaleza correctamente; y no respeta los umbrales sostenibles de la producción de<br />
sistemas naturales. También favorece el corto término por delante del largo plazo,<br />
demostrando poca preocupación por las futuras generaciones.<br />
Reflejar los costes reales de los productos para modelar la demanda<br />
Hoy más que nunca antes, necesitamos líderes políticos que puedan ver el panorama<br />
completo, que entiendan la relación entre la economía y sus sistemas de apoyo<br />
ambientales. Y puesto que los consejeros principales del gobierno son economistas,<br />
necesitamos a los economistas que pueden pensar como ecologistas. Desafortunadamente,<br />
son raros. Ray Anderson, fundador y presidente de Interface, empresa con base en Atlanta y<br />
principal fabricante de alfombras del mundo, es especialmente crítico con la economía que<br />
se enseña en muchas universidades:<br />
“Continuamos enseñando a los estudiantes de economía a confiar en la mano invisible<br />
del mercado, cuando la mano invisible está claramente ciega a las exterioridades y genera<br />
subsidios masivos, tales como una guerra para proteger el petróleo para las compañías<br />
petroleras, como si los subsidios fueran merecidos. ¿Podemos confiar realmente en una<br />
mano invisible ciega para asignar los recursos racionalmente?”.<br />
El mundo después del petróleo<br />
El petróleo nunca se agotará, es imposible extraer el 100% de los yacimientos,<br />
simplemente porque llega el punto en el que no es energética y económicamente viable, el<br />
agotamiento se plantea desde una perspectiva tecnológica y económica, no geológica.<br />
Capítulo II La Cultura de Transición<br />
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