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Marítimo
bién los gobiernos deben involucrarse,
e incluso los congresos en
pro de volver a legislar y evolucionar
la gobernanza portuaria.
“Estamos llegando a un momento
en el que la transformación
portuaria de finales del
siglo pasado y de la cual
hemos cosechado bastantes
beneficios empieza a agotarse.
Hay retos para la industria vinculada
a la cadena de transporte,
entre ellos la logística,
que implica el ejercicio de las
autoridades en el puerto como el caso de la
aduana, que a veces parecen nuestros enemigos;
el caso de la especialización de los puertos
y terminales, el de la conexión con los
centros de consumo y, de manera muy importante,
los temas informáticos”, resalta Hugo
Cruz, Director General Adjunto de Análisis Jurídico
y Enlace Institucional de la SCT.
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puertos en
el mundo
concentran 50%
de la carga.
En ese sentido destaca que en México
se han planteado cambios fundamentales
en la operación de los puertos, lo cual
debe ocurrir también en otros países,
siempre y cuando existan las regulaciones
adecuadas para evolucionar los
puertos hacia centros de negocios
eficientes y competitivos.
“Creo que está llegando el
punto en el que necesitamos otro
cambio estructural, y estos se dan
en la legislación, en la ley; cuando
se ha legislado de manera radical
se ha dado el empujón que necesita
la actividad portuaria y, posiblemente, estemos
en ese momento”, acentúa Cruz.
La mayoría de los contratos vigentes de
concesión de las terminales se hicieron durante
los años 90, los cuales hoy tienen prórrogas o
están por vencer, por lo que se deberán renegociar
sin que se caiga en el mismo modelo, precisa
Ricardo Sánchez.
“Estamos en un momento en el que se
requieren cambios importantes desde el punto
de vista de la gobernanza portuaria, de la visión
del negocio portuario y logístico, porque hay una
realidad muy distinta a la de 25 años atrás,
cuando el desafío era subir y bajar contenedores
de una manera rápida y económica. Hoy, subir
y bajar cajas de un barco es un commodity, y
estos tienen menores ingresos y rentabilidades;
entonces hay que ayudar a que ese negocio sea
visto de una manera mucho más completa que
antes y lograr como política pública que esos
nuevos negocios mejoren la productividad de las
economías”, comparte Sánchez.
Así, las terminales portuarias, por lo menos
en la región de Latinoamérica, no sucumbirán
ante la tormenta perfecta que las exigencias del
transporte marítimo les ha creado, yendo de la
mano iniciativa privada con gobiernos, pero también
con la evolución constante que les permitirá
no rezagarse ante la inminente llegada de más
prestadores de servicios en los puertos.
T21 Diciembre 2016 I 51