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filtro de carbono con una sección de<br />
tubo ducting.<br />
En cuanto hayamos colocado la extracción<br />
y el filtro de carbono, sólo nos quedará<br />
colocar el foco. El kit del foco consta<br />
de un reflector con casquillo, un balastro,<br />
la bombilla y el cable trifásico, y de un<br />
grosor acorde a la potencia usada. El<br />
balastro debe ir siempre colgado en una<br />
pared, cultivemos en habitación o armario,<br />
a una altura que evite problemas en<br />
caso de que se caiga o salpique algo de<br />
la solución nutriente con la que alimentamos<br />
a nuestras plantas. El balastro<br />
siempre debe ser acorde en Vatios a la<br />
bombilla que se use, es decir, 400 W con<br />
400 W y 600 W con 600 W.<br />
Una vez colgado de la pared elegida, el<br />
siguiente paso es realizar las conexiones<br />
del balastro con el enchufe y con el<br />
reflector; los armarios de cultivo tienen<br />
en la pared trasera y por arriba una<br />
pequeña vía, hecha para poder pasar por<br />
ella el cable trifásico hasta el reflector.<br />
Para realizar esas conexiones deberemos<br />
calcular cuánto cable necesitaremos<br />
y no dejarlo con mucha holgura o enrollado<br />
sobre sí mismo al colocarlo. Tampoco<br />
debemos dejar cables pelados al aire,<br />
fuera de la regleta donde se realizan las<br />
conexiones, que supongan posibilidad de<br />
un susto, y tampoco deberemos tocar<br />
el balastro cuando esté funcionando, ya<br />
que genera mucho calor mientras trabaja<br />
alimentando la bombilla.<br />
Es muy importante hacer bien la conexión<br />
y respetar el orden de los cables a la<br />
hora de conectarlos, debemos asegurarnos<br />
que las conexiones se correspondan<br />
a lo que indica el esquema que viene<br />
dibujado, señalizando cada una de ellas<br />
en el balastro a tal fin. Lo mejor de todo,<br />
en realidad, es hablar con un electricista,<br />
preferentemente cannábico. Cuando ya<br />
estén bien hechas las conexiones que<br />
salen del equipo, una con una sección<br />
cable que llevará en el extremo el enchufe<br />
y otra que tenemos aún que conectar<br />
al casquillo del reflector, instalaremos el<br />
reflector en el techo de la habitación o<br />
del armario.<br />
Para poder colgarlos correctamente, los<br />
reflectores tienen en su parte posterior<br />
unas pestañas que levantaremos con la<br />
ayuda de un destornillador plano hasta<br />
dejarlas en ángulo de noventa grados.<br />
En estas pestañas se engancharán las<br />
típicas poleas para focos colgadas del<br />
techo, que nos permiten nivelar el foco a<br />
la altura deseada en cada momento del<br />
crecimiento de nuestras plantas. También<br />
se pueden utilizar cadenas y mosquetones<br />
para sujetarlas y graduar la altura del<br />
foco, subiendo según sea necesario para<br />
las plantas. Ya sólo falta quitar el plástico<br />
protector de los reflectores para proteger<br />
su parte interior, la que refleja la luz que<br />
emite la bombilla.<br />
Ahora sólo nos faltaría colocar la bombilla<br />
de alta presión de sodio con su correspondiente<br />
equipo. Debemos tener en cuenta<br />
algunos factores para llevar a cabo la<br />
elección de bombilla. Lógicamente, 600<br />
W nos dan la posibilidad de poder obtener<br />
una mayor cosecha que 400 W, debido a la<br />
potencia. Con un 400 W podemos cultivar<br />
en un espacio de un metro cuadrado y con<br />
un 600 W podemos ampliar ese metro<br />
cuadrado hasta casi un metro y medio<br />
cuadrado. Pero todo tiene pros y contras,<br />
con un foco de 600 W el consumo eléctrico<br />
será mucho mayor que con un 400 W, y<br />
el calor que produce y genera la bombilla<br />
es mayor. La luminosidad también, por<br />
lo que las plantas nos demandarán una<br />
mayor cantidad de agua y nutrientes. Esta<br />
elección se debe llevar a cabo antes de<br />
efectuar el montaje y en el momento de<br />
colocarla debemos ser muy cuidadosos,<br />
hay que tener en cuenta que las bombillas<br />
de alta presión de sodio (también llamadas<br />
HPS) son muy frágiles y delicadas,<br />
por lo que debemos manipularlas con<br />
sumo cuidado.<br />
La bombilla es lo último que instalaremos<br />
del foco y lo haremos extrayendo de su<br />
envase la parte del casquillo de la bombilla,<br />
pero manteniendo la parte de cristal<br />
dentro. Agarraremos la bombilla por la<br />
zona del envase de cartón y la enroscaremos<br />
en el casquillo del reflector ya instalado<br />
del techo. Una vez que esté completamente<br />
enroscada, sacaremos con cuidado<br />
el envase de cartón. Haciéndolo de esta<br />
forma evitaremos dejar manchas, restos<br />
de humedad o sudor en la bombilla que<br />
no son nada recomendables. Cuando tengamos<br />
que cambiar la bombilla, debemos<br />
dejar que pase casi una hora hasta poder<br />
manipularla, es recomendable volver a<br />
ponerle el envase de cartón para quitarla.<br />
Según hayamos conectado el extractor<br />
y el foco, los encenderemos para comprobar<br />
que todo está bien conectado<br />
y que funciona correctamente. Acto<br />
seguido nos encargaremos de colocar<br />
el termohigrómetro, de tal manera<br />
que podamos subirlo o bajarlo según<br />
la necesidad, y de poner en hora el<br />
temporizador para poder programarlo<br />
para que se encienda y apague a la<br />
hora que decidamos.<br />
Hay que tener en cuenta que, en la fase<br />
de crecimiento, el ciclo de luz/oscuridad<br />
es de 18 horas de luz y seis de<br />
oscuridad; al cambiar debemos variar<br />
el ciclo de luz/oscuridad que reciben<br />
las plantas para dejarlo en 12 horas<br />
de luz y 12 horas de oscuridad. Cuando<br />
hablamos de oscuridad debe de ser<br />
absoluta, y en esas horas no debemos<br />
entrar a la habitación ni abrir el<br />
armario para nada, ya que sólo conseguiríamos<br />
producir estrés en nuestras<br />
plantas, además de alterar su ciclo, lo<br />
que repercutirá en el resultado final.<br />
Tan sólo nos queda poner el plástico<br />
reflectante en las paredes de la habitación<br />
para poder aprovechar al máximo<br />
la luz, pero si utilizamos un armario no<br />
será necesario, ya que el interior de ellos<br />
tiene incorporado el reflectante. También<br />
nos restaría colocar los tiestos en los que<br />
irán nuestras plantas, de tal forma que la<br />
lámpara quede justo sobre el centro de<br />
ellos y que estén colocados de tal manera<br />
que dibujen la figura de un cuadrado, a<br />
fin de aprovechar bien la luz. Tampoco<br />
estaría de más utilizar unas bandejas o<br />
algún tipo de plato (personalmente prefiero<br />
bandejas) para evitar que la solución<br />
nutriente que drena las plantas tras los<br />
riegos se vierta al suelo. Las macetas las<br />
rellenaremos con tierra bien suelta para<br />
facilitar la oxigenación de las raíces y que<br />
puedan desarrollarse bien. A tal efecto,<br />
soltaremos la tierra en los sacos, previo<br />
rellenado de los tiestos, solamente cuando<br />
vayamos a efectuar el trasplante de<br />
nuestras semillas germinadas o clones −<br />
en el caso de poder conseguir unos clones<br />
sanos, fiables y de calidad−.<br />
SUSTRATO Y NUTRICIÓN<br />
Es esencial no escatimar dinero en<br />
adquirir una tierra de buena calidad y<br />
que esté bien preparada y equilibrada.<br />
Podemos elegir una tierra muy abonada<br />
o una tierra poco abonada, aunque para<br />
evitar problemas de excesos en las plantas,<br />
si estamos comenzando a cultivar en<br />
interior, será recomendable utilizar una<br />
tierra poco o ligeramente abonada de<br />
las muchas que podemos encontrar en<br />
cualquier growshop.<br />
Para la alimentación y nutrición de las<br />
plantas, de una forma equilibrada y básica,<br />
es recomendable la utilización de un estimulador<br />
de raíces en los primeros riegos<br />
de la fase de crecimiento. Posteriormente<br />
utilizaremos un nutriente biológico de crecimiento<br />
durante toda esta fase. Al cambiar<br />
a la fase de floración, mientras la planta<br />
no nos muestre que está comenzando a<br />
formar sus flores, seguiremos utilizando<br />
el abono de crecimiento: la planta necesita<br />
nitrógeno. Según comience a florecer, dejaremos<br />
de usar el nutriente de crecimiento<br />
para empezar a usar el nutriente de floración,<br />
que utilizaremos hasta que falte entre<br />
una semana y diez días para cosechar.<br />
En ese momento comenzaremos a regar<br />
sólo con agua y seguiremos así hasta el<br />
momento de tener que recoger la cosecha.<br />
De ser posible, dos días antes de cortar las<br />
plantas ya no las regamos más.<br />
Es importante consultar las proporciones<br />
recomendadas por cada marca de<br />
nutrientes e incluso quedarse un poco por<br />
debajo de la dosificación que se describe<br />
en las indicaciones de uso de las botellas<br />
de cada uno de ellos. Menos es más, es<br />
mejor quedarse corto que pasarse con la<br />
dosificación, ya que se corrige más fácilmente<br />
una carencia que un exceso.<br />
Por otra parte, también es muy importante<br />
que administremos la solución<br />
nutriente a nuestras plantas mientras<br />
la lámpara de sodio esté encendida (las<br />
plantas sólo comen cuando hay luz) y de<br />
ser posible, cuando lleve poco tiempo<br />
encendida. Por ello será necesario adecuar<br />
la programación del temporizador<br />
a tal fin, para que las horas en las que<br />
debamos cuidar y trabajar con las plantas<br />
coincidan con que haya luz.