Excodra XXXV: La descendencia

II
Inés Mendoza
Inés, en cuanto a la descendencia, como esa parte de la población
que llega al mundo y se encuentra con un determinado estar
en la vida, ¿qué sientes que sea una generación a nivel cultural,
político incluso, histórico y, cómo interviene lo que represente en
el desarrollo de las sucesivas descendencias?
Sin ánimo de enmendar a pensadores como Ortega y Gasset, he de
confesar que desconfío de términos como generación, que suelen incluirnos
en conjuntos a los que quizá no queramos pertenecer. Para ponerte
un ejemplo, no me siento identificada con el conjunto de los escritores
y escritoras que persiguen dinero o notoriedad. Mi deuda es
con Baudelaire, Byron, Novalis, Miller, no con el estatus. Aún así, admito
que “generación” es un término muy útil para abordar ciertos estudios,
como los literarios.
Contestando a tu pregunta, creo que nada puede escapar a lo histórico,
lo político o lo social. Somos pura historia. Por lo tanto, es muy lógico
que la cosmovisión de un movimiento literario influya sobre las generaciones
posteriores, y también que un escritor reaccione a las pautas
o “maestros” que le precedieron, ya sea rebelándose contra sus propuestas
o resucitándolas. En realidad, yo prefiero una tercera postura:
la que revisa y cuestiona tanto las ideas del pasado como las del presente
sin caer en la ambigüedad política o en el “todo vale”. De ahí que
la vanguardia y el romanticismo sean mis dos grandes amores. Como
lectora y como escritora valoro las propuestas de ruptura que parten
del conocimiento de lo previo. La fea costumbre de descubrir el Mediterráneo
es de un narcisismo insultante, y me parece un mero subterfugio
para justificar el arribismo intelectual.
La arquitectura es una parte muy significativa de tu formación y
de tu vida, como persona, como escritora, entonces, se me ocurre
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